Me quedo totalmente paralizado por la noticia, no puedo creer que este pasando, mi madre está muy grave según lo que me dijo mi papá, de inmediato fui a tomar el bus para ir al hospital, el problema es cuál tomo para ir, Lizbeth me mira con preocupación, —¡Me tengo que ir, explico luego! —les grito a todos —Lizbeth ¿Conoces el bus para ir al hospital? —si ¿Porque? —tengo que ir es una emergencia —le digo casi gritando —bien vamos —me dice ella, la tomo del brazo y empiezo a correr, no muy rápido para que Lizbeth me pueda seguir el paso, después de correr durante varias cuadras, de sentir la adrenalina por mi venas desde que recibí la noticia, llegamos a donde se detiene el bus por pasajeros, después de un momento el bus llega, Lizbeth se sube conmigo, tomo asiento junto a ella y continuó con mi preocupación.
—¿Puedo saber qué sucede? —pregunta Lizbeth con preocupación —es mi mamá —le contesta mientras siento como se quiebra mi voz, hoy no tengo ganas de llorar en público, —tranquilo Emil todo saldrá bien —me dice ella con una sonrisa, mientras yo anelho con todo mi corazón que ella tenga razón, siento como ella toma mi mano y la aprieta, de alguna manera eso me da seguridad, después de un largo trayecto sin decir nada llegamos al hospital y veo mi reloj, faltan 15 minutos para las 7 de la tarde, —¿No te tienes que ir? —le pregunta a Lizbeth con la poca compostura que me queda, —si, pero eso no importa mucho ahora —dice ella —esta bien —por fin llegamos a la entrada del hospital, que es muy grande, tardo un momento corriendo de un lado a otro buscando a mi padre, después de un tiempo lo encuentro y ve con extrañeza a Lizbeth —¿Cómo esta? —pregunto con desesperación —no lo sé Emil —me dice mi padre muy angustiado, nunca lo había visto así, por lo regular es alguien fuerte, que no muestra signos de debilidad, pero está vez es diferente, noto que tiene una laceración por encima de la ceja, un moretón en el brazo y varias heridas alrededor de la cara y brazo izquierdo, un guardia me pide mi tarjeta de ciudadano, solo la tienen los que son mayores de edad y por obvias razones no la tengo, —no la tengo aquí, —¿Y la chica? —dice el guardia señalando a Lizbeth, ella solo niega con la cabeza, papá está sentado con la mirada clavada en el suelo sin decir nada, —por favor abandonen esta sala, no está permitido a menores estar aquí adentro, —mi madre está aquí, —lo se pero tenemos que cumplir el reglamento, —porfavor —suplico —salga, es la última advertencia, —me dice el guardia con un tono amenazador, Lizbeth ya está afuera, yo solo me quedo en silencio, el guardia me empuja ligeramente hacia afuera e intento resistirme pero su fuerza es mucho mayor a la mía y terminó afuera, me siento en un pastizal afuera del hospital, mientras miro el suelo y comienzo a sollozar, no me creo que sea tan débil, siento como Lizbeth me abraza sin decir nada, yo me recargo en ella y no puedo soportar las lágrimas, empiezo a llorar en su hombro, ella no dice nada, pasa el tiempo y no dejo de mirar el suelo, Lizbeth ya se tenía que ir hace mucho tiempo, —¿No piensas irte? —le pregunto —no mientras las cosas no estén bien —dice ella mientras que desde mi mejilla hace que levante la mirada para verla a los ojos, —te van a regañat —le propongo —no importa, en estos momentos esto es más importante, tú harías lo mismo en mi lugar —responde ella y tiene razón —te quiero mucho —le digo con toda la sinceridad y aún secandome las lágrimas —y yo a ti Emil —responde ella, mientras suena una canción muy conocida en la radio de un auto, es de los cuatro dragones curiosamente, habla sobre muchas cosas bellas, pero dice: hoy no, —bonita canción —opino —si, me encanta esa canción, —dice ella que intenta fingir una sonrisa, en eso sale mi padre me hace una señal de que ya nos tenemos que ir y empieza a sonar el teléfono de Lizbeth seguro es su mamá.
(POV LIZBETH)
Sonó mi teléfono vi que es es mi madre así que conteste de inmediato, —¿En Donde estás? —pregunta mi madre preocupada —mamá, estoy con Emil, sus padres tuvieron un accidente y la mamá de el está muy grave, —hija ya es muy tarde ¿Que vas a hacer? ¿Enserio es muy importante ese chico? —mamá es un gran amigo y no lo quiero dejar en su dolor, no sé qué haré a esta hora ya no hay transporte público, —le contesto a mi mamá, en eso el padre de Emil, que por cierto me da algo de miedo por su mirada sería, me pregunta —¿Es tu mamá? —si —le respondo susurrando para que mi mamá no me escuchará en el teléfono, —¿Puedo hablar con ella? —me pregunta el padre de Emil —si —le digo y le entrego el celular, Emil ya está a mi lado y solo me mira sin decir nada, noto esos “demonios” en su mirada, nunca lo había visto desde que lo conocí, después de ello el padre de Emil me da el teléfono, ¿te parece si te quedas está noche con nosotros? —si —le respondo —tu madre ya te dio permiso —esta bien señor, gracias —le digo y es sólo sube al auto, que tiene logotipos de una empresa, debe ser en la que el padre de Emil trabaja, no entiendo porque me llevan a su casa si podrían llevarme a la mía pero supongo que es mejor, así puedo estar con Emil en estos difíciles momentos, subo al auto y Emil se sienta conmigo en la parte de atrás, ha pasado gran parte del recorrido y nadie ha dicho nada, veo a Emil triste, hasta su cabello parece apagado y muy caído, en una rara intención tomó su mano y la aprieto, el voltea y me mira con esa mirada fría, pero que en el fondo refleja calidez, llegamos a su casa, es muy bonita, simple pero bella, todos bajamos del auto, el padre de Emil habré la puerta y entramos, veo un bello arco con luces en el interior, El padre de Emil me muestra el cuarto donde dormiré —Gracias —le digo —a lo cual es sólo asiente con la cabeza y se va, intento dormir, pero para mí es difícil dormir en una casa diferente a la mía, me da sed y busco ese pretexto para salir, voy a lo que parece ser la cocina y encuentro un vaso para servirme agua, es una casa ajena a mi, pero enserio que tenía sed y no quiero despertar a nadie, estoy a punto de irme a mi cuarto cuando escucho un ruido, un sollozo en la parte de atrás de la casa, voy con mucho cuidado y me encuentro con Emil...
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La veracidad del amor
Teen FictionEmil Gunderson es un joven Islandés, que se ve obligado a mudarse a Buenos Aires Argentina por su familia, así es como comienza su aventura con un idioma diferente en un país desconocido descubre: La Veracidad Del Amor