Cap 2: El encuentro

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"Las casualidades son las cicatrices del destino. No hay casualidades, somos títeres de nuestra inconsciencia." -Carlos Ruiz Zafón

Saliendo de la escuela me fui directamente a la parada del autobús para ir a mis cursos. Al parecer no me queda de otra porque mi papá está en el trabajo, mamá está comprando algunas cosas para la cena y Damian, bueno hoy no vino a la escuela.

Llegando a la parada ya estaba el autobús así que me dirigí hacia él corriendo, si lo perdió me toca dar una larga caminata y eso es lo que menos quiero, así que al llegar a él el chofer abrió la puerta y me aventuré a entrar.

Entrando podía ver la mayoría de los asientos ocupados excepto que había dos libres; uno que estaba junto a un señor muy obeso y todo sudoroso y otro que estaba junto a un chico con capucha negra, obviamente preferí el asiento junto al chico, no quería estar oliendo todo el camino el sudor del señor.

Caminé hacia el asiento y al llegar en él baje mi mochila para que no me estorbara, así poniéndola en mis piernas, al sentarme saqué mi celular para ver la hora eran las 4:45.

—Rayos— expresé con voz baja.

Espero el autobús se dé prisa, mis cursos empiezan a las 5:00 y no quisiera llegar tarde.

Al sentir que el autobús comenzaba a andar, saqué mi celular para ver Facebook, para así poderme distraer un poco, pero lamentablemente no funcionó, se me habían acabado mis datos.

—¿Enserio?— me quejo en voz baja.

Guardé mi celular y no tuve más opción que mirar a la gente del autobús, a mi costado izquierdo en los otros asientos había una pareja muy acaramelada abrazada y dándose miles de besos, la verdad cada vez cuando veo ese tipo de parejas me siento incómoda ya que siento que les estoy invadiendo su momento, así que rápidamente con la cara probablemente roja me dispuse a mirar hacia mi costado, donde estaba el chico de capucha.

Él estaba recostado viendo hacia la ventana, su capucha cubría casi toda su cabeza nada más se notaban algunos mechones negros de su pelo que sobresalían de ésta, tenía sus manos dentro de los bolsillos de la capucha al igual que sobresalía el cable de los audífonos que tenía.

¿Cómo será su cara?

15 minutos después el autobús llegó a mi destino, así que rápidamente tome mi mochila poniéndomela sobre mi hombro y me dispuse a bajar.

Al bajar del autobús viéndolo en marcha, busqué con mi mirada al chico de la capucha negra que estaba recargado en la ventana (si soy muy curiosa), al ver que el autobús se estaba yendo vi al chico de la capucha pero ya no estaba mirando hacia la ventana si no que estaba recargado sobre ella.

Rayos ahora me quedaré con la curiosidad de saber cómo era. En fin cosas que pasas con extraños.

Me dirigí rápidamente hacia mis cursos, mientras iba caminando apresuradamente decidí sacar mi celular y ver la hora.

5:10

Maldición, ¿en qué momento pasaron los 10 minutos?

Guardé mi celular y decidí correr lo más rápido que pude.

Al llegar a mi salón con la respiración agitada decidí tocar y abrir la puerta.

—Hallo, Emma. Warum bist du zu spät?—(¿Por qué llegas tarde?) me preguntan mientras entro al salón poniendo mis cosas en un lugar libre.

Hallo, Enschuldigung, Es war verkehr.—(perdón había tráfico) contesté aún con la respiración agitada.

No le iba a decir que me quedé parada por unos 10 minutos para saber cómo era la cara del chico con el que me había sentado, aparte de que no sabía cómo decir eso en alemán, decidí por algo básico y simple.

Sr. CortesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora