5. Idiota

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Sin poder ser capaz de resistirme más, marqué su número y coloqué el aparato en mi oreja. El tono de marcar resonó un par de veces en mi oído y mordí con potencia el interior de mi mejilla. Me acomodé en la orilla de mi cama con la vista fija en mis pies, enfundados en unas tiernas pantuflas de conejo de color rosa.

Estaba claramente ansiosa porque Choi YoungJae, cogiera el condenado móvil para que, la molesta opresión que se instaló en mi pecho la tarde anterior, se aliviara un poco.

Desde ayer que no hemos vuelto a hablar. Anoche, le envié un mensaje antes de irme a dormir y otro más ésta mañana.

No contestó ninguno de los dos.

Y lo peor, es que estaba muy claro que el chico era consciente de que le había mensajeado y que decidió pasar de ellos. Su historia en Instagram de Coco, su perrita, y el aviso de su última conexión en KakaoTalk me lo hicieron saber, dejándome un sabor desagradable en la boca.

"El número al que usted ha marcado no se encuentra disponible. Después del tono, deje su mensaje en el buzón de voz."

— Maldición... — bisbisee, colgando antes de que sonara el pitido. Tiré mi teléfono con frustración junto a mí, queriendo gritar del enojo que me provocaba el ser ignorada por quien, se suponía, era mi mejor amigo.

Me apoyé en mis muslos y oculté mi rostro entre mis frías manos. Rememorando la tarde anterior y analizando lo sucedido para así, tratar de averiguar qué diablos fue lo que hice para que YoungJae me ignorara de esa forma tan infantil.

Porque... Estaba siendo infantil, ¿no?

En vez de conversar conmigo para intentar arreglar las cosas como las personas adultas que se suponía que éramos, él chico, prefería pasar de mí, lo cual se podría definir como un actitud netamente infantil... ¿Verdad?

— ¿Y ahora qué haré? — gruñí.

— ¿Ya no quieres ir a tu cita? — cuestionó JaeBum, apareciendo en el umbral de mi puerta con una vestimenta descuidada mientras bebía una leche de frutilla.

— ¿Qu- Qué? No, no, no es eso.

Elevó una de sus cejas.

— ¿Entonces? ¿Por qué estás tan frustrada? — interrogó.

Tense los labios y observé por unos segundos a mi hermano mayor. Debatiéndome internamente, si era buena idea el contarle lo sucedido ¿Le agradaría la idea de que me gustara uno de sus mejores amigos?

Aunque también era mi mejor amigo pero...Según había visto en varias películas, muchos chicos y chicas poseían esa regla de: el hermano/a de tu mejor amigo/a esta completamente prohibido y ¿sería lo mismo con Jae?

Debo admitir que es un hermano algo sobreprotector en ocasiones, por lo que no sería muy extraño que impusiera esa absurda regla a los chicos antes de que ellos me conocieran o luego de que lo hicieran.

— ¿Es por YoungJae? — Preguntó, tomándome con la guardia baja.

— ¿Co- cómo sabes eso?

Se encogió de hombros restándole importancia.

— Se lo contaste a YuGyeom y bueno... YuGyeom no es alguien que guarde este tipo de secretos.

¡¿YuGyeom le dijo a mi hermano que me gusta YoungJae?! ¡¿Es en serio?!

— ¡Maldito bocazas! — exclamé, poniéndome de pie. Tomé una almohada y comencé a golpear mi cama con ella deseando que fuera YuGyeom. — ¡Voy a golpearlo! ¡Confíe en él! ¡Se suponía que no le dijera a nadie que me gusta YoungJae y él...!

— ¡¿Te gusta YoungJae?! — gritó, totalmente asombrado.

Me volteé a verlo con los ojos como platos y con el color desapareciendo de mi cara. ¿Qué carajos...?

— ¿Qué?

— ¿Te gusta Choi YoungJae? — repitió.

— Espera... — bajé la almohada con lentitud. — Creí que YuGyeom te contó que...

— Que tú y YoungJae discutieron — aclaró.

— Oh my good... ¡ME LLEVA LA...!

— ¡YAH! — chilló para llamar mi atención. — ¿Te gusta uno de mis mejores amigos?

— También es mi mejor amigo — puntualice.

Me miró completamente impactado. Su boca se abrió y cerró un par de veces para luego, posar ambas manos en su cintura mientras apoyaba todo su peso en su pierna izquierda, sin saber si reír o enojarse.

— ¿Por qué diablos me vengo a enterar ahora que te gusta YoungJae?

— ¿Estás molesto? — interrogué, cautelosa.

— ¡Molesto porque no me dijeras! ¡Se supone que somos hermanos! ¡Que tenemos confianza entre nosotros!

— Yo no pensé que querrías que te dijera que me gustaba alguno de los chi...

— No, no, no. — negó energéticamente. — Yo no quiero escucharte decir que te gusta Bambam o Jackson, dado que son muy populares con las chicas y eso podría traer muchos problemas pero YoungJae... ¡Joder! ¡Él y JinYoung son a los únicos que les confiaría el corazón de mi hermana menor!

— ¡Oh mi dios! — arrugue la cara, impactada. — Jamás creí oírte de decir algo así. Es impresionante.

— Yo soy impresionante — me guiñó un ojo, haciéndome reír suavemente. — Ahora, tengo otra pregunta...— asentí, indicándole que preguntara. — Si te gusta YoungJae... ¿Por qué vas a salir con otro chico? Es que... ¿Aún funciona algo aquí adentro? — se acercó a mí y picó con su dedo índice mi cabeza— O es alguna absurda técnica que usan las chicas para...

Quité su mano de un manotazo y arreglé mi cabello.

— Porque... No voy a seguir esperando a que YoungJae me mire como una mujer. Ya ha pasado mucho tiempo y...

— ¿Me estas tomando el pelo? — bufó, cruzándose de brazos. — ¿De verdad eres tan tonta? Oye, creo que está bien que hasta ayer, no te hayas dado cuenta pero que aún no te percates es... Asombroso.

— Percatarme de... ¿Qué?

Rodó los ojos.

— ¡Que YoungJae está celoso y herido por tu cita y por eso no te habla!

Mi corazón sufrió un espasmo y aspiré, sobresaltada por sus palabras.

— ¿Ce- celoso?

— Bueno, supongo que sabes que son los celos, ¿verdad? O... ¿También tengo que explicártelo?

Gruñí y lo empujé lo más fuerte que mis brazos me permitieron. Trastabilló dos pasos hacia atrás, riendo de mi expresión.

— Eres tan idiota, mujer. Si yo no estuviera, ¿qué sería de ti? — preguntó sin dejar de sonreír, boyante. — Ahora se inteligente y arregla las cosas con ese chico — fue lo último que dijo antes de abandonar la habitación, dando por finalizada la conversación y dejándome completamente sola con mis pensamientos.

—Mierda... Jae tiene razón. A veces soy tan idiota — susurre, sacudiendo mi cabello con frustración por mi propia estupidez.

Era impresionante lo ciego que podían ser algunas personas ante cosas tan... Obvias. Porque, ahora que JaeBum me lo acaba de decir, me parece tan evidente que YoungJae se puso celoso ayer y que...

— Está herido. Herí a YoungJae sin quererlo realmente... ¡¡PERO QUE IDIOTA SOY!!

— ¡¡YA LO SABÍA!! ¡¡ACEPTARLO ES EL PRIMER PASO, YEIRI!! — me felicitó JaeBum desde su cuarto.

— ¡¡CÁLLATE!! — grité y me senté en la cama. — Bueno, supongo que tengo que hacer algo...— tomé mi móvil y comencé a buscar entre mis contactos. Lo primero que tenía que hacer, era hablar con Jun y luego... con YoungJae.

BAD DRIVER » CHOI YOUNGJAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora