7. Felices

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— Estoy nervioso.

— Relájate.

— ¿Y si lo hago mal?

— Relájate.

— ¿Y si por accidente atropello a alguien? — cuestionó girando a verme con el terror reflejado en sus ojos.

— Acelera a fondo y nos vemos en el aeropuerto.

Me observó por unos segundos hasta que no fue capaz de aguantar más y dejó escapar una de esas escandalosas carcajadas que tanto me gustaban. Sonreí para mí misma y me di una palmadita mental en la espalda por lograr hacerlo reír cuando se notaba, que estaba a punto de orinarse en los pantalones debido a los nervios.

Nos encontrábamos esperando a que llamaran a YoungJae para que fuera a hacer la última fase de la prueba: conducir por la vía pública con un examinador junto a él. YoungJae ya ha conducido mi auto por calles concurridas como manera de práctica pero obviamente, la presión ahora es diferente a la que tenía cuando solo estábamos los dos en el auto. Yo no estaba con una tablet en mano fijándome en todos sus errores con una cara de póker y quitándole puntos, en realidad, me dedicaba a corregirlo y a animarlo para que lo volviera a intentar debido a que solía frustrarse.

— Sólo respira profundo y recuerda todo lo que practicamos, ¿sí? — asintió lentamente. Le dí un apretón a su mano que se hallaba entrelazada con la mía y le extendí mi refresco. — ¿Quieres?

— No, gracias. En este momento mi estómago no está listo para recibir ningún tipo de alimento — dijo, sin parar de moverse en su lugar. Humedeció sus labios por octava vez en menos de cinco minutos y, de manera veloz y algo peligrosa, se inclinó para robarme un casto beso en los labios.— Ahora me siento mucho mejor. — suspiró, enseñándome una brillante sonrisa de alivio que removió mi corazón.

« ¡Este hombre me encanta! » Pensé, sonriendo como una completa boba.

— Pero... ¿Qué diablos es eso? — preguntó con una mezcla de extrañeza y diversión, con sus pequeños ojos fijos en algo a mis espaldas.

— ¿Qué...? Oh, por el amor a todas las pizzas del mundo... ¿Qué diablos?

BamBam sonrió.

— ¡Vinimos a apoyar a YoungJae Hyung! — alzó los pompones de color verde chillón por sobre su cabeza.

— ¡Nosotros hicimos los pompones! — Jackson sacudió el objeto en mi cara con orgullo y de un manotazo lo alejé, conteniendo la risa.

— Sí, eso es genial. Chicos, es maravilloso que vengan a apoyar a YoungJae pero... ¿A qué viene esa ropa?

— En una tienda de disfraces vendían estas lindas playeras de animadores a muy bajo precio — contestó YuGyeom.

— Eso explica lo de las playeras pero... ¿A qué se deben las faldas?

YoungJae hizo el gesto de querer levantarle la falda a Jackson pero este lo evitó golpeando su mano de forma afeminada.

— Tenía que combinar, ¿no? — cuestionó Bambam, jugando con su falda verde.

Con YoungJae nos miramos por una fracción de segundo antes de comenzar a reír como dos completos desquiciados. Los chicos no dijeron nada, es más, Mark y JinYoung se rieron con nosotros mientras que mi hermano sólo sonreía.

— ¿Hicieron todo esto por mí?

— ¡Claro que sí! — contestó Jackson tirándose encima de mi novio y rodeando su cuello con sus fuertes brazos.

— Mentira, perdieron una apuesta.

— Eso explica por qué ustedes no llevan falda — comenté, viendo que Mark, JinYoung y JaeBum no llevaban ni falda ni pompones.

BAD DRIVER » CHOI YOUNGJAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora