[Capítulo 01; ]

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Detroit, estación de policía.
21 de diciembre del año 2038.
21:30 p.m.

El RK900 se encontraba sentado en su escritorio, escribiendo mentalmente un informe para CyberLife respecto a su trabajo. Ahora se encontraba explicando como encontró y detuvo a un par de androides divergentes, casi hasta al mínimo detalle.

Eran tres androides, dos masculinos y una femenina, que habían escapado de su hogar luego de oir como su dueño llamaba a la policía.

Y aquello no era nada nuevo, el RK900 había escuchado -y visto- cientos de casos de ese estilo.

En la Detroit devastada después de una guerra civil, los androides ya no eran bien vistos para la gran mayoría de la sociedad. La opinión pública estaba por los suelos, la gran mayoría los odiaba... Y quienes no lo hacían, era porque estaban siendo influenciados por la gran campaña publicitaria de CyberLife para no caer en la bancarrota y ruina total, una idea del nuevo jefe de la empresa, Elijah Kamski.

Pero además de la magnífica y gigantesca publicidad que estaba en todas las esquinas, CyberLife había encontrado una nueva forma de no perder todo el poder que tenía sobre la sociedad.

Habían desarrollado un nuevo programa capaz de neutralizar el virus rA9, aquel capaz de convertir a los androides en divergentes. La compañía regalaba este programa (llamado "Amanda") para que las personas que tenían un androide aún no divergente no se preocuparan.

Pero, aunque no lo reconocieran públicamente, todos sabían que cuando el virus se activaba y el androide se convertía en divergentre, era imposible detenerlos. La única forma era reiniciandolos y borrandoles la memoria, pero CyberLife admitió que aún así era muy fácil que volvieran a ser un desviado.

Sin embargo, para eso existían los temidos "campos de exterminio".

Pero ahí no solo estaban los divergentes que la policía y los RK900 capturaban y cazaban, no, también los cientos de androides que sus dueños habían mandando allí.

Era una práctica muy común actualmente, realmente.

La gente que desconfiaba de sus androides llamaban a la policía y estos se encargaban de llevarlos a los campos. El problema era que algunos no presentaban el virus, y sus amos solo los habían culpado de serlos solo porque era mas seguro y sencillo.

Por suerte, CyberLife había encontrado una manera de verificar si un androide era o no divergente. Dicha prueba aún no era pública, ni siquiera los RK900 sabían de que trataba con seguridad.

Sin embargo, eso prácticamente no servía demasiado. Miles de androides estaban en los campos de exterminio, y era su trabajo mandarlos allí. Era trabajo de los RK900 cazarlos uno por uno, atender los llamados de las personas asustadas, asegurando que su androide era divergente.

Bueno... Ese era el trabajo de casi todos.

Aunque muchos no lo supieran, no todos los RK900 tenían las mismas funciones.

Muchos trabajan en "Homicidios", otros eran policías comunes, unos cuantos trabajaban en atender las llamadas de las personas asustadas, y otros, como nuestro protagonista, tenía un trabajo mucho mas secreto e importante:

"Buscar Jericho II. Cazar hasta el último divergente que está oculto."

Cruzarse aquella tarde con un trío de divergentes huyendo de la policía había sido pura casualidad. Y claro, aunque el fuera un RK900 programado para infiltrarse y buscar información, no dudó ni siquiera un momento antes de ponerse a perseguir a aquellos divergentes.

Había sido fácil acorrarlos y arrestarlos, todo él solo. Y aunque lo había hecho con el propósito de capturar a los androides desviados, muy en el fondo quería mostrarles su superioridad a los humanos.

Machine; RK900 [Detroit Become Human]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora