Choi (___) es una joven decidida y fuerte. Sin embargo, no fue así en su vida anterior, las dudas hicieron que ella se alejara de él hombre que amaba. Ahora, defenderá su amor sin importar si las cosas empiezan a tomar el mismo rumbo.
Historia ficti...
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-Época Goryeo- Año 939 -Vigésimo Primer Reinado de Taejo Wang Geon-
Pov. Princesa Mi Suk:
Salgo corriendo a escondidas de las Damas de la Corte y de el Eunuco a cargo de mi cuidado. Llevo varios días haciendo lo mismo, me dirijo hacía Hwangju solo para verlo a él.
Amo verlo sonreír, me encantaba estar con el cuando éramos niños, era el único que se sentaba a leerme de lo que estudiaba. Los demás Príncipes jugaban entre sí o practicaban con la espada y sus artes marciales. El solo disfrutaba de las cosas simples de la vida, y yo me sentía bien a su lado.
Pero la tragedia ocurrió, fuimos separados por la orden de el Rey.
Diez años atrás, la Reina Hwangbo fue acusada de envenenar a la Concubina Oh, la única mujer que el Rey ha amado, y hacer perder al Príncipe que crecía en su vientre. Yo era una niña que no entendía la magnitud de la situación, pero sabía que jamás volvería a ver a Wook Orabeoni.
Al poco tiempo, So Orabeoni, fue enviado lejos también, lo habían llevado a Shinju, Madre decía que el traía la desgracia al palacio y por eso debía ser alejado de nosotros. Estaba muy sola y triste.
Con eso en mente, llegó a Hwangju, nadie me reconoce, estoy vestida con prendas muy sencillas. De pronto, veo que va caminando en la calle principal, a pesar de que hay mucha gente, logró distinguirlo. Me acerco un poco más para ver lo que hace, soy feliz aunque lo vea de lejos.
Por un instante, lo pierdo de vista, me abro paso entre la gente, y no lo logro ver. Me recriminó por descuidarme y no ver hacia dónde fue. Sigo caminando y siento que alguien me jala, forcejeó pero soy llevada a un callejón.
—¿Quién eres? ¿Por qué me sigues? —Wook es quien me tiene tomada de la mano, yo solo estoy nerviosa por la cercanía— ¿No me contestaras?
—Yo... ¿no me recuerdas? —preguntó dudosa si debería o no decirle.
—Si —abro mis ojos ante la sorpresa y mi corazón empieza a latir fuerte— Me has seguido toda la semana y no se si eres de por aquí o simplemente eres una sirvienta de algún noble —mis nervios están a flor de piel, pensaba que el no se daría cuenta que lo observaba.
—Bueno...
—Es mejor que vuelvas a tu casa, podrían estar buscándote —dice con esa hermosa sonrisa que tiene— Toma, —pone en mi mano unas monedas— no es mucho dinero pero llévalo a tu familia.
