Capítulo 6

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El silencio era incómodo y frustrante, yo no decía nada y él tampoco. Solo el sonido de nuestras respiraciones.

- Nos conocíamos de toda la vida - dijo él -. Éramos novios, pero más que eso, amigos. Ella era dos años menor que yo. Vivía al lado mío. Nuestras mamás eran amigas, y nuestros papás también. Era perfecto.

»Pero llegó esa chica nueva al colegio... Lauryn. Me deslumbré. Ella me hablaba mucho, me coqueteaba, me decía lo que todo hombre quería oír. Sabía como atraparme, y lo hizo.

»Y la que pagaba siempre las consecuencias era mi novia. Primero no hacía mucho caso, pero cuando se dio cuenta que la cancelaba mucho para algún plan empezó a sospechar. Ese día me siguió hasta el parque donde me quedé en encontrar con Lauryn. Ella ya estaba ahí, me vió y... me besó. Pero mi novia estaba viéndolo todo.

»Me dijo-: Justin... ¿Cómo pudiste? y salió corriendo.

»La seguí y... la ví cruzar la calle, luego... luego como camión chocaba con ella.

Puso una mano en su cara mientras la otra estaba apretada en un puño, yo puse mi mano derecha en su hombro.

- Murió al instante - prosiguió -. Y fue cuando me dí cuenta que a la que de verdad quería era a ella, pero era demasiado tarde. Estaba... muerta, y por mi culpa.

»Lloré mucho. No hablaba, no comía, no hacia... nada. Ya no hablaba con mis amigos, no salía a fiestas. Yo era popular en el colegio, pero luego era el raro.

»Pasaron dos años, y yo seguía igual. Hasta mis padres se separaron, a mi no me chocó. Es más, ni siquiera lo sentí. Ya no me importaba nada. Fue cuando a mi mamá le ofrecieron trabajo aquí, en New Jersey. Ella ya estaba preocupada por mi estado, así que decidió que un cambio no me haría daño. Pero antes de partir hablamos... y después de dos años, pude sacar todo el dolor que llevaba dentro.

» Me desahogué por completo, y mi mamá me entendió, me aconsejó, y decidimos que ambos empezaríamos desde cero aquí. Nuevo país, nueva ciudad, nuevos amigos, nueva gente, nueva escuela. Que mejor para empezar de cero.

Subí las piernas al sillón y las abracé un poco con mis brazos, poniendo mi cabeza encima de mis rodillas

- ¿Cómo se llamaba? - fue lo primero que se me ocurrió decirle.

- Nevaeh - contuve un sollozo mientras una lágrima recorría desde mi ojo hasta el mentón cayendo en la rodilla de mi pantalón.

- ¿Ne... vaeh? - le pregunté y sin querer solté un sollozo.

- Si... - sentí su mirada en mi cara - ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Escondí mi cara en mis brazos e intenté contener las lágrimas.

- ¿Qué sucede Jolle? Creo... creo que no debí contarte eso.

- No es eso - dije en un susurro -. Es solo que... - levanté la cara -. Ahora me toca mí contarte algo.

- No tienes porque... - me dijo.

- Tengo qué - le dije y me enderecé.

- Te escucho.

- Faltaba una semana para Navidad. Tenía trece años, estaba jugando en el patio con mi perro... sacaron a alguien en una camilla cubierta por una tela blanca. Subí a preguntarle a mi papá, pero el estaba llorando. Y fue cuando lo entendí, la persona de la camilla era mi mamá.

»No quise escucharlo. Salí corriendo y perseguí la ambulancia. Comenzó a llover, regresé a mi casa y mi papá no estaba, pero en su lugar había una nota - tomé aire -. Se había ido, y me mando a su abogado para que firmara un acta donde me emancipaba legalmente.

»Me prometió que vendría para Navidad, pero no lo hizo. Luego me prometió que vendría para año nuevo, y tampoco lo hizo. Después para vacaciones, menos. Y más tarde para mi cumpleaños, y nunca llegó. Dejé de leer sus cartas a partir de entonces.

»Siempre me manda una carta y un regalo para ocasiones especiales. Me deposita dinero en mis tarjetas de crédito para mantenerme. No lo he visto en... tres años - la voz se me quebró y noté como las lágrimas acudían a mis ojos pero ya no tenía la fuerza suficiente para retenerlas. Me cubrí los ojos con una mano.

»Me alejé de mis amigos - proseguí -. También era popular, era del grupo de Baylee, pero dejé de serlo. Empecé a usar las capuchas... ya no salía de mi casa, me gustaba estar sola, porque me daba tiempo para reflexionar.

»Hace rato... te dije que mis papas habían salido de viaje porque... nunca le he dicho a nadie lo que te acabo de decir.

»Mi mamá... también se llamba Nevaeh. Nevaeh Voulverd. Y tú... tus ojos, tus ojos son idénticos a los de... ella.

Y al recordar eso no aguanté y las lágrimas salieron de mis ojos como mares, casi instantáneas. Arropé mis rodillas con mis brazos y escondí mi cara en ellos.

- Llora - dijo Justin y paso un brazo por mi hombro pegando mi cara a su pecho, puse mis mano ahí y baje un poco las piernas -. Llorar te hará bien, te has desahogado un poco, pero debes llorar. A veces es la única manera de expresar nuestros sentimientos, nuestro dolor.

Yo me pegué más a el mientras las lágrimas corrían por mis mejillas una tras otra.

Lloré, lloré, lloré mucho... muchísimo.

... Y llegaste tú y todo cambió ❝j.b❞ #1| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora