Adda
Él se mantuvo en silencio, mirando al suelo, sin intención de responder. Mi ira aumentó, ¿Cómo podía temer tanto a mi hermano? A Francis ni siquiera le importaba que pase un rato conmigo, la única condición era que no robe a su amigo. Y, no tenía intenciones de hacerlo.
-Ven, vamos por el café. - dijo tratando de tomar suavemente mi muñeca.
-Nunca dije que tomaría café - gruñí, alejando bruscamente el brazo de él.
Y seguí mi camino hacia la cafetería, seguía enfadada, pero de alguna forma, cuando comencé a oir el eco de sus zapatillas golpeando el suelo tras de mí, siguiéndome... eso me tranquilizó.