Cuarto Apodo

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—¿Puedes prepararme la comida, Jichu?—La menor hizo un puchero.

Ambas se habían quedado a solas en el departamento, ya que ninguna de sus otras dos amigas estaba en casa, a alguna le tocaba preparar la comida. Kim, quien se encontraba al lado de ella sentada en el sofá hizo una mueca.

—¿Quieres que te envenene con la comida que yo preparo?—Rió.

—Por favor.—La chica junto ambas manos sobre su pecho, observándole suplicante, como sólo ella sabía pedir a Jisoo.

—¿Y yo que recibo a cambio?

—Lo que quieras.— Respondió la menor rápidamente. Su hambre podía ganarle en muchas ocasiones, como ésta por ejemplo.

La peli-negra sonrió satisfecha e inmediatamente se levantó de su cómodo sillón para comenzar con su labor. Chaeyoung le siguió hasta la cocina donde tomó asiento en una de las sillas del comedor.

Park se quedó esperando pacientemente la entrega de su comida, sentada, observando atentamente a su mayor prepararle la comida.

Por su parte, Jisoo se sentía un poco nerviosa ante la mirada de su menor, sus manos temblaban levemente y sus mejillas adquirieron un leve tono rosado. Se sentía como si estuviera en un examen muy importante.

Y de hecho, para ella lo era.

Tomó un delantal de cocina y encendió la estufa, poniendo sobre la misma una cazuela con agua. Un par de minutos más tarde vertió un paquete de fideos.

Cortó en pedazos pequeños un par de zanahorias, se disponía a cortar más pero una mano le detuvo.

—Yo te ayudo.— Sonrió retirando el objeto punzo cortante de su mano y comenzando ella.

Parecían una pareja recién casada preparando la cena juntas. El pensamiento le hizo sonrojarse hasta las orejas, distraerse con una vida con Kim no sería tan mala idea. Haciendo que por accidente se hiciera un pequeño corte en su dedo.

La muchacha soltó un pequeño chillido al ver la sangre, llamando la atención de la mayor que se disponía a sacar la cazuela del fogón. Al ver la herida, tomó su mano y la acercó al grifo del lavaplatos, accionando la palanqueta para que cayera agua y así limpiar la herida.

Jisoo se retiró de la cocina, Park cerró el grifo admirando la pequeña elevación que se había marcado en su piel debido al corte. ¿No podría ser más torpe acaso? Por una vez que quería hacer las cosas bien y pasaba esto ¿Era una señal?

La dueña del departamento regresó con una bandita en su mano, tomó la contraria y depositó un pequeño beso en la zona herida para después colocarle la bandita en el dedo. Todo esto bajo la incrédula mirada de Chaeyoung.

Al instante en que la peli-negra terminó, le agradeció y básicamente obligó a que se sentará nuevamente. Diciéndole que ella terminaría con la comida. No tardó mucho en preparar lo demás pues ya todo estaba casi terminado. Depositó el plato al frente de ella, y uno del lado contrario, con la sopa humeante. Tomó los palillos y probó su comida con total gusto.

Sin embargo, su menor no había probado ni un bocado, en lugar de ello, miraba la comida fijamente.

—¿Perdiste el apetito?— Le habló bajo, tomando su mano por sobré la mesa.

Chaeyoung pareció reaccionar, y al momento negó con la cabeza.— Solamente estaba pensando en el porqué causó tantos accidentes.—Sonrió pequeño.— Siempre arruino las cosas.

—¡No arruinaste nada!— Intentó animarle Kim.—Además ¿En qué tanto pensabas como para que pasara eso?— Preguntó en tono sugerente Jisoo, moviendo sus cejas de arriba a abajo.

Park de sonrojó violentamente al pensar nuevamente en ello, sintiendo como el latir de su corazón retumbaba sobre su pecho del nerviosismo.

—Y-Yo...— Tartamudeó.—Pensé en que nos veíamos como una pareja.—Soltó, liberando su agarre con el de la mayor, cubriendo su rostro.

—Bien.—La peli-negra sonrió con ternura.—De ahora en adelante tu apodo será esposa.— Le guiñó un ojo. Lo que hizo a Chaeyoung encogieres aún más en su asiento.

¿Cómo podía decir esas cosas a la ligera?

Sin embargo, lo que la peli-naranja no sabía, era que Jisoo hablaba completamente en serio.

Apodos [Chaesoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora