Enamorada de mi mejor amigo

Capítulo 12: Suya

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Mi rutina diaria seguía su curso habitual mientras caminaba hacia la escuela. Las clases iban transcurriendo sin sobresaltos, pero en mi interior, había un vacío, una sensación de tristeza que se había apoderado de mí desde que Mike y yo nos distanciamos. Sin embargo, ese día, algo parecía diferente.

Finalmente, el sonido de la campana del almuerzo resonó en el aire, y mi amiga Natalie, quien también era amiga cercana de Mike, se acercó a mí con una mirada preocupada en sus ojos. Su voz temblorosa transmitía la importancia de sus palabras.

"Lilly, necesito hablar contigo. He hablado con Mike sobre todo lo que ha pasado, y se siente terrible por ello. Quiere que lo perdones", pronunció Natalie. Mi corazón dio un salto en mi pecho, llenándome de esperanza y nerviosismo. Quería escucharlo de él, quería verlo frente a mí y saber si lo que sentía por él aún estaba vivo. Respondí rápidamente, tomando asiento frente a Natalie, con la expectativa latente en mi mirada.

Natalie asintió con seriedad y se alejó en busca de Mike. Mientras esperaba, los minutos parecían eternos, y mi corazón palpitaba con intensidad. Finalmente, lo vi acercarse a paso lento pero decidido. El brillo en sus ojos reflejaba una mezcla de ansiedad y esperanza. Natalie nos dejó solos, dándonos el espacio para hablar.

Mike comenzó a hablar con voz suave y sincera. Sus palabras fluían, reconociendo sus errores y pidiendo perdón por su comportamiento pasado. Cada palabra resonaba en mi corazón, y mis emociones se agolpaban dentro de mí. Sentía una mezcla de alivio, felicidad y vulnerabilidad.

Mis ojos se encontraron con los suyos, y pude ver el anhelo en su mirada. Me disculpé por mi distancia y le expliqué todo lo que había estado pasando en mi vida. Las lágrimas amenazaban con escaparse de mis ojos, pero me esforcé por mantener la compostura.

A medida que nuestra conversación avanzaba, un sentimiento de cercanía y complicidad se afianzaba entre nosotros. Mike extendió su mano temblorosa hacia la mía, buscando conexión y reconciliación. Sin pensarlo dos veces, entrelacé mis dedos con los suyos, sintiendo un estremecimiento cálido recorrer todo mi ser.

Al final de nuestras palabras, Mike buscó mi aprobación y preguntó con voz temblorosa: "Entonces, ¿qué dices? ¿Vuelves a ser mía, pequeña?". Una sonrisa iluminó mi rostro mientras asentía con la cabeza, dejando escapar un suspiro lleno de alivio y alegría. Nuestro abrazo fue apasionado, lleno de la fuerza de nuestros sentimientos y el anhelo de volver a estar juntos.

Mis brazos lo envolvieron con ternura, aferrándome a él como si no quisiera dejarlo ir nunca más. Cada latido de mi corazón parecía sincronizarse con el suyo, y en ese abrazo, sentí la seguridad y el amor que tanto había extrañado.

En ese instante, Natalie irrumpió en la habitación y nos encontró en ese abrazo cargado de emoción. Ella se unió a nosotros, celebrando nuestro reencuentro con una mezcla de lágrimas y risas. Éramos un equipo nuevamente, dispuestos a enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en nuestro camino.

El abrazo de Mike era un refugio, su aroma familiar me envolvía, y su tacto suave y cálido me transmitía una sensación de paz y felicidad indescriptible. En ese momento, supe que estábamos destinados a estar juntos, y nada ni nadie podría separarnos de nuevo. El reencuentro con Mike había despertado en mí una nueva esperanza, renovando nuestra promesa de amor y compromiso mutuo.