Capítulo 7: El principio del fin

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Pablo estaba en el patio sentado en un banco con sus amigos. El banco era de piedra. Un poco áspero, ideal para rallar la pantalla del móvil. Aquellos bancos llevaban el colegio toda la vida. Ese día aún no estaba su amigo Juan. Pasó a lo lejos María junto con Iván. María llevaba una camiseta verde azulado muy llamativa que le hacía destacar sobre los demás, aunque para Pablo siempre destacaba. Desde hace unos días siempre iban juntos. Pablo siempre intentaba reconfortarse pensando que son personas completamente diferentes y que no encajan de ninguna forma.

Desde hace una semana Pablo vivía en un Déjà vu, como había predicho cuando cambio la canción de su despertador. Todos los días dos aburridas y largas clases, un recreo en el cual se reúne con sus amigos, con los cuales ya ni habla, se dedica a quedarse en silencio haciendo como que los escucha. Ya ni siquiera almorzaba. Mas o menos a la misma hora pasaban María e Iván. Poco después el timbre sonaba y otras dos eternas horas de clase en las que no hacía nada. Un mini recreo en el cual apenas le daba tiempo a bajar y subir. Luego una hora en la que sinceramente ni Pablo ni ningún compañero prestaba atención. Se iba a casa a comer y poco después volvía y otras dos horas de clase.

Durante aquella larga semana Juan no fue a clase. A las cinco Pablo decidió llamarle. Después del tercer intento, por fin cogió el teléfono. Su voz sonaba débil. No le gustaba cómo sonaba. Juan le dijo que seguramente la semana siguiente volvería a clase. Mientras, vio a María salir del cole. Iba hablando con una amiga. Cada vez que Pablo la veía sentía la necesidad de ir y hablar con ella. Pero algo le impedía hacerlo. María siempre estaba ocupada y a Pablo nunca le parecía buen momento. Eso impedía que hablase con ella, aunque cada vez que la viese fuera como una puñalada en el corazón.

El domingo por la tarde le mando un WhatsApp a María.

"Yo: Tenemos que hablar"

"María: ¿Pasa algo? ¿Debería preocuparme?

"Yo: no, tranquila."

El lunes Juan fue a clase y hablo con Pablo en el recreo.

La vida es duraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora