Capítulo 3.

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Narra Johanna.

Durante las semanas siguientes Daniel y yo convivíamos bastante, yo iba a su casa a pintar y siempre terminábamos viendo una película o hablábamos de nuestros intereses, convivíamos 5 horas diarias. Sorprendentemente Daniel es alguien muy maduro para su edad, y tiene muchos gustos afines a los míos, le gusta leer y el cine clásico. Nos estábamos volviendo muy unidos, aunque el cuadro que vi me sigue dando vueltas ¿será que está obsesionado conmigo?

El lunes llegamos a la casa de Daniel a pintar, él puso música de los Queen y pusimos manos a la obra.

- ¿te gusta Queen? -pregunte.

-Sí, sino no lo hubiera puesto.

-a mí me gusta, pero prefiero KIZZ?

-ok, KIZZ será- se levantó y se fue hacia unas pequeñas bocinas para cambiar la música, y noté que tenía una basura en el cabello y fui hacia el para quitársela. me acerque demasiado y podía sentir su respiración, jamás había notado bien sus ojos verdes y su nariz fina tan de cerca, era muy guapo. Al parecer lo estaba incomodando pues se puso rojo como tomate, rápidamente me alejé y me volví a sentar, él puso la música y no hablamos en todo el rato.

- ¿Tienes hambre? - me pregunto horas después rompiendo con el horrible silencio.

-Sí.

- ¿Quieres un sándwich?

-Está bien.

ambos nos paramos y fuimos a la cocina, el preparo los sándwiches y saco una bolsa de frituras de un cajoncito de la cocina.

-Ten este es el tuyo- me dijo entregándome un plato con un sándwich que se veía como de comercial junto con unas frituras.

-Gracias.

-No hay de qué.

Daniel se dirigió a la sala y prendió la tv poniendo Netflix, me senté junto a él devorando mi sándwich, vimos una película antigua muy melosa que me dio hastió, volteé a ver a Daniel y parecía feliz, él era muy serio y casi no mostraba esa expresión, se veía lindo.

- ¿No te gusta verdad? - pregunto Daniel sacándome de mis pensamientos.

- ¿Qué? no, sí, aunque está muy melosa.

-Si quieres ponemos otra cosa.

-No está bien si a ti te gusta déjala.

- ¿De verdad?

-Sí además ya me tengo que ir de todas formas, gracias por la cena mañana nos vemos, deje el plato en la cocina, recogí mis cosas y me fui.

El miércoles siguiente antes de ir a la casa Daniel, el y yo fuimos a la plaza a pasear y pedir un café, yo pedí un americano y el un capuchino, la mesera era de su edad y era muy bonita.

-Es bonita- dijo Daniel sin darse cuenta de que lo había dicho, cuando lo dijo me hizo sentir un poco de celos.

- ¿Te gusta? - pregunte como si fuera poca cosa.

-si es bonita.

pasaron unos minutos y regreso la mesera con los cafés.

-serian $70.

saque mi billetera y le pague.

-muchas gracias por el café-. me dijo Daniel

-de nada tú me diste un lienzo así que ya estamos a mano.

ambos tomamos los cafés y tomamos camino, pero Daniel me pidió que lo esperara un poco y se regresó al café, cuando regreso tenía un papelito.

- ¿Le pediste su número?

-sí.

Al oírlo me sentí muy celosa y me pregunté ¿por qué?

Nota: gracias por leer este capitulo, deja tu comentario, pues me ayudan y me apoyan a continuar.



Un amor poco convencional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora