first time ; kooktae

O2

Decir que Taehyung no miraba embelesado a Jungkook sería mentira, el castaño ya se había duchado y tenía ahora una camisa blanca, dejando que sus tatuajes se traspasen y el rubio se sienta intranquilo. La verdad, es que no entendía porque aquellas calaveras y rosas le llamaban tanto la atención, eran sólo tinta, nada más. El cabello lo tenía un tanto despeinado por el secador, los pantalones negros abrazaban demasiado bien sus muslos, se notaba por todos los medios que hacía ejercicio y mucho. Unas Timberlands ajustaban con mucha emoción sus pies.

Sip, Jimin se había dado cuenta que su mejor amigo estuvo un buen rato viendo a su otro amigo grandulón, este tal vez no lo notó por lo divertido y entusiasmado que se encontraba con la conversación de Hoseok sobre HaeRin.

Los cuatro estaban situados en la isla flotante, cada uno sobre un taburete, Jimin al lado de Taehyung y Hoseok y Jungkook enfrentados, el pelinaranja sonreía cada tanto, le daba una suave caricia a su chico y volvía a ver a su amigo.

El café que tenía el rubio entre sus manos se había enfriado, Jimin lo notó, tanto que se enojó por no darle un sorbo a la cafeína, porque si, estaba casi intacta. La mayor parte del tiempo, el rubio, sólo vio a aquel total desconocido, algo no le cabía en la cabeza, pero no sabía qué.

Entre risas de los mayores, Jungkook miró a la persona que sería su acompañante. Podía estar tan metido en su mundo de libros y estudios, más conciertos y trabajo, pero no negaría que aquel chico "inocente" era atractivo, pero tenía novio, y sólo sería un día para tener sexo.

El castaño no entendía algo, Jimin le comentó todo sobre aquel chico, y cuando hablamos de todo es literalmente TODO, ¿por qué quería que un desconocido sea su primera vez y no su novio? Eso le llamaba mucho la atención, aunque tampoco se negaba, no era problema suyo de todas formas.

— Y bueno Taehyung, cuéntame algo de ti. Nunca antes nos hemos visto y sería bueno tenerte como amistad, ¿no lo crees? — habló Jungkook, poniendo los codos en la mesa y reposando su mentón entre sus manos, le sonrió dulcemente y vio cómo el contrario se erguía y carraspeaba.

— No hay mucho que contar, tengo diecisiete, estoy en último año y planeo seguir fotografía, y luego bueno vivo con mi familia nos queremos y creo que eso es todo lo base, ¿algo más? — negó el contrario, le sorprendía como una figura tan delicada y pura podía tener una voz tan grave. Aquel chico le parecía un enigma, aunque por su forma de moverse se veía demasiado incómodo. — Y cuéntame algo de ti, Jungkook. —juraría que sus mejillas se pusieron rosas al ver la rectangular sonrisa del otro, era demasiado hermosa y el hecho de que sus ojitos quedes entrecerrados y con arruguitas le daba demasiado ternura.

— Jeon Jungkook, veinte, universitario estudiando literatura inglesa, tatuador y entrenador en un gimnasio los fines de semana. Pero claro, seguro eso ya lo sabes por Hoseok, persona metiche. — le gruñó al chico pelirrojo que se mordía el labio desde el comienzo de la conversación, conocía bastante a su mejor amigo y sabe que aquello, lo más probable, fue lo primero que le contó.