Introducción

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-me canse-

Fueron las palabras de un hermoso omega rubio. Estaba agotado tanto física como mentalmente, no soportaba más esta situación, lo dio todo, realmente se esforzó en poder cumplir las expectativas de todos, pero con ello dejó de vivir. Estaba harto de todo.

Miró su casa, una bella casa estilo moderno y sintió náuseas, amaba su casa pero desde que nació su hijo era una prisión y eso ya había pasado hace 10 años. Dirigió su mirada a su esposo e hijo, ambos sentados frente al televisor ignorándolo, como hacían desde ya varios años, para ellos solo era la mucama, alguien que cumplía sus caprichos y para su esposo no era más que el contenedor en sus días de celo, el amor que alguna vez existió se había extinguido. Realmente le dolía ello pero ya había tomado una decisión.

Toco la marca en su cuello, la sintió tan débil que le dolía, ¿hacia cuanto no la renovaban? ¿5 años? ¿Más?.

Lágrimas comenzaron a bajar por sus ojos levantó la vista notando como su supuesto esposo ignoraba el llamado de ayuda que este le pedía, y ello fue la última gota.

Limpio el resto de lágrimas que estaban en sus mejillas y subió a la habitación que compartía con su esposo, tomó toda su ropa y con delicadeza la ordenó en las 2 grandes valijas que colocó arriba de la cama. Una vez toda su ropa estuviera guardada más sus artículos personales respiro hondo y asintió decidido.

Bajo las escaleras y vio a su hijo

-sirvienta, ¿y la comida?- preguntó mirándolo serio y su corazón terminó de romperse

-llama a tu padre- pidió en un susurró y el pequeño niño corrió hacia su padre susurrándole un "la sirvienta tiene valijas". Solo esa frase bastó para que este se levantara y caminara junto a su hijo frente al rubio

-¿que sucede?- preguntó indiferente y él omega sólo sonrió desgastado

-me canse- negó con la cabeza- no entiendo qué cambio, realmente no lo entiendo, quizás fui yo el causante de todo esto, cumplir todos sus caprichos. Pero también ha sido culpa tuya, pero estás perdonado, cuida bien de Menma, volveré, no hoy ni mañana, pero lo haré.

Volvió a agarrar ambas valijas y camino a la puerta, sintió dolor en la débil marca que descansaba en la unión de su cuello y hombro. Pero fue su turno de ignorar ese dolor y salió de la casa.

La expresión de dolor que estaba impregnada en su rostro era tan dolorosa que dejó caer lágrimas por sus ojos cayendo de rodillas

-¿que sucede padre?- le preguntó preocupado al verlo caer

-perdimos todo Menma- levantó la vista viendo la puerta- perdí mi mundo

-¿papi nos dejó solos?- preguntó mientras lágrimas caían por sus ojos- pensé que le gustaba cuando lo llamábamos así

-hicimos mal hijo-

Negó sin dejar de llorar mientras su hijo se lanzaba al suelo también llorando

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¿Una vida perfecta? (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora