Kwon
Y en en momento en que se le cayó el vestido, mierda, mis ojos no hicieron otra cosa que mirar todo su cuerpo, y mi mente pensó en lo bien que le quedaba ese conjunto de ropa interior. Su piel pálida junto a un cuerpo perfectamente proporcionado, y su cabello rubio cayendo por sus hombros. Mierda se ve como una maldita diosa.
—¿papi? —dice sacandome de mi mente. Y ya esta, esa palabra hace que mi miembro despierte completamente, cubro mi entrepierna con ambas manos y retrocedo un poco.
—C-Chae ve a t-tu habitación —digo titubeando. Mierda no puedo, necesito tocarla, desde que llegue a esta casa he fantaseado con ella.
—Pero papi. He sido una mala niña y tienes que castigarme —se acerca a mi rodeando mi cuello con sus brazos, yo no hago más que mirarla un poco confundido— ¿papi? —ya esta, al decir esa palabra que tanto me pone, a corto la distancia que hay entre nosotros y junto nuestros labios explorando toda su cavidad bucal.
Carajo, su boca es deliciosa, sus labios son tan suaves y su aliento sabe un poco a vainilla, para nada a alcohol. Rodeo su cintura pegandola más a mi.
Bajo mis manos hasta sus glúteos, levanto su pequeño cuerpo haciendo que sus piernas queden alrededor de mis caderas, sujeto sus piernas y me separo un poco quedando a pocos centímetros de su rostro. La miro pidiéndole a gritos con la mirada que me diga que es lo que quiere, necesito que lo diga en voz alta—Quiero que sigas —susurra mirándome fijamente, acariciando mi pectoral izquierdo con su mano derecha—Por favor —me besa como si me necesitara, la mano que antes se encontraba en mi pecho, ahora acaricia mi mejilla. Camino a la habitación de Chae, sibubiendo las escaleras a pasos torpes, no quiero interrumpir el beso, así que camino sin abrir los ojos, cuando llego a la puerta, busco rápidamente el cerrojo cosa que encuentro rápido, lo abro y entro con ella. Me separo un poco bajando hacia su cuello repartiendo pequeños y suaves besos por su clavicula, cuello y escote. La recuesto cuidadosamente sobre la cama y sin querer del todo, me separo. Ella abre los ojos y quita su sostén dejando que este caiga al suelo, vuelvo a acercarme a ella esta vez a la parte alta de su abdomen, dejando besos cálidos sobre este sintiendo como su piel se eriza ante el tacto de mis labios, acaricio uno de sus senos e introduzco a mi boca el otro, dejo que mis manos bajen hasta su pelvis y bajo su pantie con lentitud, dejándola completamente expuesta ante mi.
—Necesito que me digas que es lo que quieres —murmuro con la voz ronca, descendiendo lentamente por su abdomen y vientre, dejando delicados pero salvajes besos sobre su hermosa piel.
—Quiero ser tuya —jadea mientras aprieta fuertemente la sábana con ambas manos.
Bajo mi pantalón junto con mi boxer y abro sus piernas, introduciendome en ellas, para finalmente hundirme en su feminidad haciendo que suelte un leve gemido de placer, llevo mis labios hasta su cuello, besando el mismo y parte de su mandíbula.Doy fuertes estocadas intentando mantener el ritmo.
Maldita sea, ella esta muy apretada, lo cual me exita mucho más, me gusta la sensación, me gusta como su cuerpo me aprieta, como si no quisiera que me fuera. Un leve cosquilleo recorre mi espina dorsal y relajo mi cuerpo al instante. Finalmente me corro dentro de ella y para mi sorpresa ella también lo hace, salgo lentamente de su feminidad para recostarme a su lado e intentar pensar en lo mal que esta lo que acabo de hacer, sin embargo es difícil ya que toda mi atención esta en sus expresiones corporales. Su cuerpo esta empapado de sudor, su cabello esta sobre sus hombros ligeramente enredado, su piel tiene un brillo natural que la hace ver como una niña pequeña apunto de dormir, sus manos están buscando mi cuerpo y al encontrarlo se lanza a mi para abrazarme.—Lo siento —correspondo a su abrazo, quitando los mechones rubios que están sobre su rostro.
—¿Por qué lo sientes? —levanta la vista hacia mi, con una expresión llena de inocencia y su leve tono de voz hace que parezca aún más como una niña
—Por lo que paso —la miro también y al ver que baja la mirada agrego rápidamente— Estas ebria, probablemente no lo recuerdes mañana.
—No estoy ebria —vuelve a mirarme— Cada vez que peleo contigo mis niveles de alcohol bajan rápidamente —sonríe ligeramente por lo que yo me separo un poco para verla mejor, sin soltarla completamente.
—¿ah, sí? —sonrío juguetonamente— No se si debería sentirme bien por eso —golpea mi pectoral suavemente, provocando que ambos riamos. Esconde su rostro en mi pecho permitiéndome un mejor acceso a su cabello y espalda baja. Recargo ligeramente mi barbilla sobre su cabeza.—¿Qué le diremos a Bom? —murmura aún escondida en mi pecho, obligándome a volver a la realidad.
—Será mejor que no le digamos nada —suspiro aún acariciando su cabello.
—Sí —ella se acomoda sutilmente y se que comienza a quedarse dormida al sentir su cambio de respiración sobre mi pecho. Acaricio su cabello por unos minutos más, pero al pasar el tiempo comienzo a quedarme dormido también.
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Daddy
RomanceTal vez necesitaba alguien que la hiciera sentir querida, tal vez necesitaba sentir ese cariño paternal que nunca recibió pero que tanto anhelo, o tal vez solo necesitaba que dejaran de tratarla como lo que su madre era. Una puta.