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—Solo vete.— contesto Julieth tomando su mochila del sofá, Mike la miro sin entender nada, parecía todo tranquilo, pero la verdad, a esas alturas, nada en ambas vidas estaba tranquilo, los dos se habían logrado desarmar sin darse cuenta, quedándose sin nada y recibiendo todo, pero la actitud que años atrás habían adoptado los separaba, como se separaba el agua del aceite.

—¿Quieres que me vaya?— le pregunto él en el inició de las escaleras, ella quiso decir que no, una fuerza incontrolable quiso decirle que no, pero la sensatez que siempre reinaba en su vida, o en la mayoría, le aconsejo decirle que si.

—Si. Nada de esto funcionara, lo supimos desde el principio Mike, tu y yo somos totalmente diferentes, pero seguimos adelante, nada más era para pasar el rato, para pelear cada vez que nos mirábamos, no para llegar a tanto.— respondió ella, Mike se apresuro a ella, pero se detuvo cuando ella dio un paso a atrás, jamás durante la relación que habían llevado ella había reaccionado de aquella manera, sus ojos reflejaban miedo, inseguridad.

—Lo siento. —trato de ser más amigable de lo que podía verse, a decir verdad, ella había logrado ver atravez de todo lo que él imponía— No supimos ver todo lo que había en contra, pero tampoco vimos cuando todo avanzo, pase por alto las cosas que me llevaron a odiarte y las razones para no abrirme ante ti y sin darnos cuenta sucedió.— ella asintió tomando fuerte su mochila, no le tenía miedo, pero al parecer, de los dos, ella era quien tenía todo claro, si no terminaban todo eso de una vez, nada saldría bien, ni para él ni para ella.

—Soy lo que odias, sigues odiando todo eso, la forma en que trate a Siena, en la que arme todo para que ella sufriera y no me arrepiento, en el amor todo se vale, debí hacer más para que terminaran odiándose aun más, para que me dejara el camino libre con Patrick, pero no lo logre.—comento ella, recordar lo patética que fue, le daba un mal sabor de boca, pero era necesario recordarle el porque la odiaba, para que siguiera haciéndolo con más fuerza y ella pudiera librar el dolor que le estaba causando dentro.

—Ya basta con eso.— le dijo de la manera más amable, Julieth sabia muy bien que le molestaba recordarle eso, siempre fue de la misma manera los últimos meses.

—No, no basta, ya no.— vio como la respiración de Mike se aceleraba, le hubiera gustado que fuera en otra situación, pero no esa— Ame a Patrick, quise borrar a Siena de su mente, dejar que me amara, lograrlo un momento, pero no lo hice, no pude, no fui suficiente mujer y me refugie en los brazos de otros, me acosté con cualquiera que se puso en mi camino, como me acosté contigo, ¡soy una maldita zorra!—nadie en sus cinco sentidos se llamaría de esa manera, nadie que no fuera ella, pero Julieth decía lo que pensaba, sin importar si el daño era para ella o no— Estuve con tantos hombres que no recuerdo con cual olvide a Patrick, no recuerdo quien fue el segundo dentro de mi, ni tampoco el que me diera el mejor orgasmo, no recuerdo nada.— Mike tenso la mandíbula, estaba volviéndose loco con tan solo escucharla.

—No es necesario que digas eso, sé que nada es perfecto.—comento molesto, Julieth trago saliva, su respiración estaba peleando con su corazón para no delatarla, tenía que estar tranquila, relajada y como si nada le importara.

—Yo soy una zorra que no recuerda cuantos hombres la han tocado, y tú eres el amante de la mejor amiga de tu madre.— río sin nada de chiste, Mike estaba apunto de hablar, pero lo freno negando— No digas nada, porque todo es verdad, te tiraste a la mejor amiga de tu madre mientras tenías quince años, yo solo... Soy lo que soy.— respiro profundo y camino a la puerta — No quiero nada tuyo cuando regrese.— sentenció ella cerrando detrás de si, su corazón latía como loco, estaba gritando, llorando de dolor, quería ir con él, amarlo, tenerlo para ella, moriría por él pero no podía.

Mike cerro los ojos, si tan solo se hubiera alejado de ella cuando era necesario, cuando debió hacerlo, no se hubiera llevado toda esa desilusión, no hubiera sentido que la vida se le iba con ella al salir de la casa, las cosas entre ellos habían comenzado muy diferente a una relación, parecían odiarse mutuamente gracias a él y su boca, que nunca parecía quedarse quieta, al menos hasta ese momento, meses atrás le hubiera parecido un chiste de mal gusto enamorarse de la mujer que le hizo la vida imposible a Siena, su mejor amiga, la compañera de vida y que protegía no solo la suya, si no la de todo su equipo, odiaba a Julieth, incluso cuando se acostó con ella la primera vez, la odio hasta que ese odio comenzó a latirle en el corazón, derribando todo lo que él era, no supo cuando comenzó a cambiar de parecer, cuando comenzó a desear verla, hacerla reír y ser bueno para ella, muy a su pesar, seguía pensando que era incorrecto, se habían conocido de la manera más común, presentados, pero a diferencia de Mike, ella no lo había odiado, no hasta dejarlos solos, cuando con tragos de más, se atrevió a decirle lo que pensaba, poco valiente, pues estaba borracho, pero aquello hizo enojar tanto a Julieth que le dio una bofetada, ella se marcho de la fiesta y tras arrepentirse al siguiente día de combinar varias bebidas, se dio cuenta que había hecho lo correcto ante sus ojos, dos semanas después, había hecho lo mismo, a diferencia de la primera, esa había terminado ahí, en la casa de Julieth, entre sus sabanas y sintiendo aun el cuerpo de ella contra él. Ambos en aquel momento se dieron con todo lo que tenían, palabras, hechos y hasta con algunas almohadas y golpes de parte de ella, sin darse cuenta, comenzaron a desearse, o bien, a recurrir al otro cuando la pasión o los tragos eran de más.

El paso que habían dado les había golpeado fuerte, dos personas iguales pero con diferentes vidas, Mike era perteneciente al grupo Delta de las Fuerzas Especiales, forence y químico de la Policía de Los Ángeles, con una inteligencia única, valiente por más y concentrado en lo que hacia, decidido a ser mejor y con una sonrisa para todos, dulce y comprometido con su madre, su padre había muerto años atrás en servicio, pero no lo detuvo para seguir adelante, demostrar do que se podía, que se rompían niveles, metas y reglas, Siena, la capitán, lo había reclutado años atrás por destacar como forence y ser el centro de atención de muchas agencias de inteligencia, pero tras decidir con corazón, las Fuerzas Especiales fueron lo suyo, se mejoro y se comprometido con ellos y su país, teniendo en cuenta que a los que le decía todo aquello, eran sus padres, Julieth por su parte, era integrante del equipo Alfa de las Fuerzas Especiales, había destacado por su valentía e interés en estar ahí, había sorprendido a Patrick, el capitán del equipo, pues el primer año de entrar al ejercito, se había destacado por buena conducta y buena estrategia, pero al momento de encapricharse con él, todo había cambiado, estaba comprometida con su trabajo, pero deseaba a Patrick, una racha en su vida que deseaba quitar, cometió errores que estaban calandole, había hecho cosas impensables para llamar su atención, pero tras años odiando a Siena, y encontrarla en un lugar menos esperado, se dio cuenta que no podía seguir así, abrió los ojos para descubrir que a pesar de años, seguían amándose como cuando los separo, había marcado en su vida y en la de ella ya había varias marcas que quería olvidar, se atrevió a cambiar, aunque Mike se empeñara al inicio a no aceptarlo.

Fuerzas Especiales: Julieth [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora