Entró al edificio de la CIA sintiendo un vuelco en el estomago, todo aquello era a la vez nuevo, pero conocido, solo que había cambiado muchas cosas y su experiencia estaba incluida en aportar a la CIA loejor de ella, pensar en que estaría meses era algo duró, porque no vería a Mike, aunque era mejor así, no tendría que estar constantemente pensando en como alejarse de él y doliendole no poder tenerlo, era mejor para ella y para él todo eso, entre más lejos mejor, menos sentimientos, pensamientos y ganas de estar a su lado, al menos lo creía; se encamino a la recepción y sonrió apenas un poco.
—Buenos días, ¿en que puedo ayudarle?— preguntó la mujer detrás del escritorio, Julieth miro por completo a la mujer, era una morena de cabello negro, ojos miel y cara simpática, con un cuerpo esculpido y una sonrisa encantadora, vestía como los otros dos recepcionistas, con traje negro y camisa blanca, con cabello en una coleta alta y dejando ver su gafete con su nombre y puesto en él.
—Buenos días. —saludo educada, se paro recta y miro a la mujer a los ojos—Soy Julieth Moore, vengo de Los Ángeles.— se presento, la chica abrió los ojos y miro la computadora frente a ella y después la volvió a mirar.
—¿Equipo Alfa?— pregunto, Julieth asintió serio— La están esperando en la sala de reuniones, solo faltaba usted.—le comunicó, Julieth cerro los ojos pensando en que había llegado tarde para su primera impresión— Descuide, suelen llegar temprano todos, pero la junta es dentro de media hora, aun falta, despreocupese.— le dijo jugando, Julieth sonrio— Tome el ascensor y vaya al cuarto piso, ahí verá a un hombre en traje gris, es el encargado de llevarla a la sala...— le explicó.
—Muchas gracias.— agradeció ella caminando al ascensor, subió y presiono el piso junto a otras personas más, se abrió el mismo dos veces y después en el piso deseado, frente a ella, había un hombre recargado en un muro y miraba su celular con interés— Buenos días.— saludo esperándolo.
—Pase por aquí. Estaban esperándola.—comento él, camino frente a Julieth siendo un poco restringido con palabras, la llevo por algunos cubículos y dieron vuelta por un pasillo, hasta llegar a unas oficinas, toco la puerta de una y la deslizo después—Entre.— ordeno él — ¿Gusta algo de tomar?—pregunto más educado.
—Té, por favor.— pidió educada también.
—¿Alguno en especial?— pregunto, negó entrando.
—Sargento Moore, la estábamos esperando. —escucho que decía una voz fuerte por la sala, no tardo mucho en encontrarlo, estaba sentado frente a todos, había seis óperas de sillas en color negro en la habitación, cada una con cuatro sillas, la ventana estaba creada y ocupaba la parte de en medio de la pared, la habitación estaba iluminada y un proyector estaba encendido, el hombre se puso de pie, era un hombre mayor, pero sabía quien era, Peter Baranski, el jefe de la CIA en Nueva York y quien había pedido su ayuda, un hombre grande, de al menos cercano a cincuenta años, con cuerpo de deportista de treinta, cabello canoso, con piel blanca y una cara de seriedad intacta, no parecía temer arrugas pues su expresión era sola una, pero hablaba con simpatía a pesar de ello.
—Gracias, trate de llegar más temprano, pero la ciudad es un caos.— bromeo haciendo que los otros rieran junto a él, quien se miraba ya que si tenía arrugas, había una fila de hombres trajeados frente a él, cada uno con una carpeta y lentes oscuros, detrás de ellos había dos mujeres menudas, de la misma edad que ella o cercana, con uniforme militar, en camuflaje una arena y otro gris.
—Se ha completado el trio de princesas.— bromeó un de los hombres sentados, Julieth alzo una ceja mirando a todos.
—Si realmente quiere ser princesa, debería dejar ese traje.— comento otro haciéndolos reír aun más.
—El único que quiere ser guapo aquí, es usted, pero esos enormes lentes hacen ver más enorme su nariz y no lo logra.— reto ella dejando a todos los hombres en silenció y las mujeres explotaron en risas, junto con Baranski que no podía controlar el ataque de risa.
—Esta bien, toma asiento junto a las mujeres.— dijo Baranski cuando se recompuso, Julieth camino a donde las mujeres y se sentó saludándolas de mano, ellas le sonrieron muy amistasas.
—Si no te incomoda, estaba leyendo tu expediente.— dijo una de ellas, Julieth miro la carpeta, ahí estaba ella, con todo su expediente.
—No te preocupes, es el protocolo, supongo.— comento ella.
—Creo que si... Me llamo Madison Ryals.— Julieth le saludo.
—Ya sabes mi nombre, Julieth Moore.— ella asintió y la otra mujer se asomo entre ellas, parecía ser más seria que la otra.
—Mila Hartley.— se presento— Un gusto conocerte.
—Igualmente.— comento Julieth sonriente, una aplauso llamó la atención de todos, Baranski estaba de pie frente a todos con una carpeta, alguien toco el hombro de Julieth y miro a la persona, era el mismo hombre que la había llevado a la habitación, llevaba en sus manos el té y una carpeta como los demás—Gracias.— agradeció simple, dejo el té de lado y abrió la carpeta, vio a un hombre joven, muy apuesto y unido a muchas hojas, era la típica imagen de la persona volteando a otra parte, su perfil era fantástico, nariz recta y respingada, pestañas largas y chinas bañando unos ojos de color miel, piel perlada y cabello negro haciéndolo ver más atrayente, labios carnosos en una linea recta y cejas delineadas, era un hombre vanidoso y varonil a la vez.
—Muy bien, el hombre en la primera hoja se llama Jacks Pierce, alias "la joya neoyorquina", de padres alcoholicos y drogadictos, lo maltrataban y a causa de ello salio de casa a los trece años, conoció a unas personas que lo introdujeron en el robo, cuatro años estuvo como carterista y un año en el tutelar de menores por ser descubierto robando, no levantaron cargos más que una sola persona, al salir del tutelar, entro al robo de autos, actualmente con treinta y dos años es uno de los ladrones con más ganancia y experiencia en el robo no solo de autos, si no también de arte, joyas, vende drogas, también armas y creemos cuenta con una empresa fantasma, para asesinar personas e incriminar a otros...— explicó brevemente.
—Comete el asesinato, o la llaman para limpiar la escena e incriminar a alguien inocente. —les comento Mila, Baranski asintió a ella y todos la miraron con el ceño fruncido— En Washington tuvimos un problema con él y su equipo, entro a la base militar y robo un auto de colección que había sido confiscado con dólares y drogas...— explicó ella, Julieth asintió, ese hombre realmente una ficha, más de quince años haciendo ilegalidades que estaba acostumbrado más que entrenado para hacer y deshacer frente al presidente si era posible.
—Así es.— afirmo Baranski, camino al pizarron y apunto a todos los que estaban ahí — Este es el equipo de Pierce, hay un infiltrado que las ayudara a entrar.
—¿Como que "las"?— pregunto uno de los hombres muy confundido.
—Para eso están ellas aquí. Para ser infiltradas en la organización de Pierce, son todo lo que un hombre como él y los de su equipo necesitan, mujeres atractivas... Con habilidades sorprendentes y que disfrazan a la perfección lo que son.— comento orgulloso, las tres se miraron entre si, realmente eran hermosas, pero letales— Serán lo que tengan que ser para atrapar a Jacks Pierce.
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Fuerzas Especiales: Julieth [EDITANDO]
RomanceEn un principio todo parecía ser diferente entre ellos, todo menos su trabajo, tal vez tenían diferente entrenamiento, pero se dedicaban a lo mismo, no creyeron terminar en una situación que los rebaso sin darse cuenta, que los dejo expuestos a una...