Los sentimientos de una chica [Ranma 1/2]

IX: Una amiga

Ranma llegó tarde a casa a propósito, luego de la hora de la cena, no quería cruzarse con Akane, no sabía cómo iba a confrontarla después de tantas mentiras. Tomó un aperitivo en la cocina y luego fue a bañarse, la casa estaba en silencio. Estando en la bañera sus pensamientos giraban sin control, ya no sabía qué hacer ahora que había armado tal escándalo, jamás se había imaginado que amar a alguien fuera tan duro y que le traería problemas a tantas personas.

De pronto la puerta del baño se abrió y Akane entró sólo cubierta por una toalla.

—¡¿Akane?! —exclamó Ranma casi parándose en la bañera, pero en seguida recordó que estaba en su forma masculina por el agua caliente, así que volvió a sentarse ante la mirada abochornada de la joven —¿Qué haces aquí? ¿No ves que me estoy bañando?

—Ranma... ¿Puedo hablar contigo un momento? Vine porque necesito hablar con Ranma, no con Ranko...

Ranma entendió a qué se refería y asintió con la cabeza. Akane acercó un banquillo y se sentó delicadamente, cubriéndose pudorosamente con la toalla.

—Hoy cuando todos volvieron a casa parecían muy molestos, pero no quisieron decirme nada —comenzó a decir Akane—, ¿qué está sucediendo, Ranma?

El chico quedó en silencio un momento, aún no había planeado lo que iba a decirle a Akane, así que no quedaba otra que ser sincero por esta vez.

—Lo que sucede es que ahora soy la novia de Kuno... —Su voz de hombre diciendo que sería una «novia» se sintió tan ajena en ese momento, como si fuera el eco de un mal sueño.

Los ojos de Akane se abrieron de par en par y estuvo a punto de decir algo, pero se contuvo. Respiró serenamente, tratando de no sacar conclusiones precipitadas.

—¿Quieres explicarme a qué te refieres?

—Es como oíste, ahora estoy con Kuno.

—Anda, Ranma, ambos sabemos que eso es imposible, a ti no te gusta Kuno.

—Pues ahí lo tienes, ahora soy su novia —le repitió, intentando convencerla de ese absurdo, y también intentando convencerse a sí mismo—. Ahora que lo sabes... Sólo quiero decir que... —Intentó explicarse, pero era difícil pedir perdón, más a Akane— Que no decidí ser mujer para romper el compromiso contigo, así que... Lamento que hayas pensado eso.

—Está bien, lo entiendo... —dijo Akane, bajando la mirada pensativamente por un momento— No, espera, ¡no lo entiendo! —exclamó y se levantó— ¿Por qué Kuno? ¿Qué diablos está pasando? ¿Desde cuándo quieres ser una mujer para gustarle a Kuno? ¡No lo entiendo!

Akane se había acercado hasta la bañera y había arrinconado a Ranma a gritos, ahora sí no tenía a dónde escapar, ni tampoco sabía qué inventar para poder convencer a Akane, quien seguía acosándolo.

—¡¿Acaso estás enamorado de Kuno?!

—¡¡No!! —gritó desorientado por tantas preguntas.

—¡¿Estás saliendo con él por dinero?!

—¡¡No!!

—¡Entonces explícame por qué!

—¡¡Es porque me gusta Ryoga, ¿contenta?!!

Akane quedó en silencio y Ranma se tapó la boca. Lo había dicho sin pensar, sin medir las consecuencias, había guardado ese secreto tan bien que jamás se había dado cuenta lo mucho que había estado queriendo salir a la luz.

—¿Es en serio?

—¡Claro que no! —objetó Ranma inmediatamente, atorándose con las palabras, pero ya era muy tarde.