IV: Persecución

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Una sombra se movió ágilmente por el tejado esa noche, nadie podía oír sus pasos, ni siquiera Ranma lo percibió cuando entró a su habitación por la ventana abierta. Tímidamente se acercó hasta su presa y la observó; la pelirroja dormía sobre su costado derecho mientras ceñía la almohada entre sus brazos, su playera estaba descolocada y dejaba escapar su seno izquierdo por el escote. Dudó si debía cumplir el cometido que lo arrastró hasta allí y miró a los lados con temor de que alguien lo observara antes de besar a Ranma tímidamente en los labios.

Akane se levantó para ir al baño y atestiguó cómo la puerta del dormitorio de Ranma se abría y de su interior salía P-chan. Lo alzó y sintió que su cuerpito estaba muy caliente, pensó que tal vez tenía fiebre así que lo llevó para atenderlo mejor en la cocina.


Los rayos de sol en la mañana cubrieron el rostro de la pelirroja. Bajó a desayunar con su playera blanca y sus calzoncillos, era sábado y, por lo tanto, el ritual de prepararse para la escuela era omitido. Sólo las jóvenes de la familia se encontraban a la mesa, en ausencia de la mirada patriarcal.

—¿Dónde está papá? —preguntó Ranma a las presentes.

—El tío Genma salió hace un rato con papá, pero no sé a dónde fueron —contestó Kazumi.

Ranma se sentó y comenzó a comer con tranquilidad. El ambiente parecía más amistoso sin la presencia de su padre.

—Y dime, Ranma, ¿quieres alquilar algún vestido para hoy? —escudriñó con monetario interés Nabiki.

—Estoy segura de que Akane me prestará alguno, ¿verdad? —dijo Ranma con una gran sonrisa, dirigiendo su atención a la menor de las Tendo.

—¿Eh? Sí, claro —contestó Akane. Tenía un aire ausente en su mirada.

Terminaron de desayunar y fueron a la habitación de Akane para que Ranma pudiese probarse ropa; como era de esperarse, hubo desacuerdos en las tallas, hasta que finalmente se decidieron por una falda y una blusa.

Mientras las mujeres de la casa debatían temas femeninos, Genma y Soun fueron a atender una cuestión mucho más urgente con Cologne. Llegaron hasta el restaurante de la anciana, pero lo encontraron cerrado por ser aún muy temprano, así que tuvieron que escabullirse para poder entrar hasta la habitación donde la sabia se encontraba. Su cometido pronto cayó en desgracia cuando Shampoo los encontró y alertó su posición con un grito y una patada que mandó a volar a los dos intrusos.

Al ser descubiertos, los hombres no tuvieron más alternativa que disculparse por haber irrumpido en la casa y se excusaron ante la joven diciéndole que lo habían hecho porque tenían un asunto urgente que hablar con Cologne acerca de Ranma. Al oír esto, Shampoo llamó a su abuela e insistió en que le contasen la preocupación que traían entre manos.

—Verán —comenzó a decir Genma—, Ranma está actuando muy extraño últimamente: todo el día está transformado en mujer, se viste como tal, ya no parece tener deseos de ser hombre. Al principio pensamos que sólo era una cosa del momento, pero ya lleva dos días así y comienza a preocuparnos. ¿Cree que alguien le echó una maldición o algo? —interrogó dirigiéndose a Cologne.

—No sabría decirlo —contestó la anciana—, debería verlo para comprobar qué es lo que anda mal.

—¡Abuela, yo quiero ir! —Interrumpió Shampoo— ¡Él es mi prometido, no quiero que nada malo le pase!

Los cuatro se pusieron de acuerdo para capturar a Ranma y así averiguar qué era lo que le sucedía.

En ese momento la pelirroja se encontraba ayudando a Kazumi con las compras en el mercado, ambas lograban atraer la atención de los clientes y los vendedores, consiguiendo con sus encantos naturales un par de descuentos y productos extras. Volvían a casa tranquilamente cuando fueron sorprendidas por un repentino salto de Shampoo dirigido a atrapar a Ranma entre sus brazos. Detrás de ella aparecieron Soun, Genma y Cologne.

—Ranma, mi amor, ¿qué te sucede? ¿Estás enfermo? —preguntó Shampoo mientras masajeaba los senos de su prometido con preocupación.

—¿De qué estás hablando? —dijo Ranma tratando de quitársela de encima.

—Ranma, vinimos a ayudarte, así que no te resistas —exclamó Genma con una cuerda en la mano.

Antes de que el joven pudiese reaccionar, Cologne le había propinado un fuerte golpe con su bastón y lo había noqueado para hacer más fácil el transporte hasta el comedor. Los hombres ataron de pies y manos a Ranma y lo llevaron cargando.

Habiendo llegado a destino, mojaron a Ranma con agua caliente para convertirlo en hombre y la sabia anciana aplicó todos sus conocimientos místicos y míticos en el estudio de Ranma. Fuera de la habitación cerrada, Soun, Genma, Shampoo y un ganso esperaban impacientes el veredicto.

Luego de un rato, Cologne salió con una expresión calmada ante sus espectadores, e inmediatamente después de ella salió Ranma sin decir nada y se retiró saltando por los muros.

—¿Y bien? —interrogó nervioso Soun.

La anciana masticó unas palabras y se sentó frente a ellos.

—Hablé con él y hay buenas y malas noticias. La buena es que el comportamiento de Ranma no está siendo afectado por ninguna maldición... Pero esa también es la mala noticia.

—¿Qué quiere decir?

—Una vez conocí a un muchacho que se transformaba en perro con el agua fría. Con esa forma había logrado captar la atención de una linda chica de la cual se enamoró, y por eso ya no quería volver a ser hombre. Es algo común para los que han sido malditos por Jusenkyo el acostumbrarse a su otra forma.

—Entonces, ¿está diciendo que Ranma sólo está «acostumbrado» a ser mujer? —preguntó Soun.

—No, va un poco más allá de eso, lo supe en el corto tiempo que hablé con él. Ranma está decidido a ser mujer, y hay una razón detrás de su transformación...

—¡Díganos cuál es, por favor! —Interrumpió Genma.

Cologne lo golpeó en la cabeza con su bastón mientras lo miraba con reproche.

—No interrumpas —dijo, y aclaró un poco la voz para continuar hablando—. La razón de ese muchacho era poder estar con esa chica; aunque no sé cuál es la razón de Ranma, sospecho que tal vez tenga que ver con alguien importante, no quiso contármelo, pero su reacción cuando se lo pregunté me dice que es un tema muy delicado.

—Abuela, ¿qué podemos hacer para traerlo de vuelta? —preguntó Shampoo.

—La única manera de hacer que se olvide de su forma femenina es mostrarle que no puede cumplir su objetivo de esa manera. Cuando el muchacho descubrió que su amada ya estaba comprometida y que nunca sería amado como deseaba, desistió de acercarse a ella con su forma maldita.

—¿Y cómo averiguaremos la motivación de Ranma? —Dijo Soun tomándose la barbilla.

—Pues sólo hay una manera de hacerlo: ¡deberemos seguirlo día y noche hasta descubrir a quién dedica su forma femenina!

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Holi, espero que el capítulo de hoy les haya gustado, muchas gracias por leer ❤

Los sentimientos de una chica [Ranma 1/2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora