Capítulo III. LA FAMILIA DE JOSE LUIS

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José Luís y yo regresamos a la casa. En la sala nos encontramos con Ana, mi cuñada.

-¡Hola Mariana! ¿Cómo has estado? –me preguntó Ana

-Bien -le contesté

-Que alegría que ya estén aquí, los esperábamos para empezar a comer

Caminamos hasta el comedor,  en donde se encontraban sentados mi hermano Adrián y sus hijos menores, los pequeños gemelos Fabián y Sebastián. Estando todos reunidos tomamos asiento y agradecimos a Dios, mediante una breve oración, por los alimentos. Comimos  uno de mis platillos favoritos, ¡Qué delicioso! hacia mucho tiempo que no comía como ese día.

Nadie dijo nada por algún tiempo, hasta que Adrián decidió romper con aquel silencio preguntándome:

-¿Qué te parece Acapulco?

-Muy bien, ha cambiado mucho desde la ultima vez que vine;  y… ¿Cómo está la familia?

-No lo sé, hermana -contestó Adrián –Ana y yo dimos una fiesta hace tiempo para que la familia se reunieran con nosotros y desde entonces no sabemos nada de ellos. 

-¿Y por qué no damos una nueva fiesta? -propuso Ana con emoción

-Me parece muy buena idea, así podremos convivir nuevamente con la familia -dijo José Luís

-¡Ha nosotros también nos agrada la idea! -dijeron los gemelos Fabián y Sebastián al unísono

-Entonces ¿Cuándo hacemos la fiesta? -preguntó Ana

-¿Les parece bien dentro de una semana?

-Nos parece perfecto, Mariana. La fiesta se hará el lunes de la próxima semana -confirmó Adrián con una gran sonrisa en su rostro.

AMOR IMPOSIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora