En un día soleado de mucho calor, a Angie se le apeteció ir a la playa a nadar un rato, al alistarse para irse, su mamá le habla y le avisa que la tiene que acompañar al centro. Angie enojada se sube al auto y se van.
Al llegar al centro van viendo la ropa. En un local que vendía comida estaban limpiando la calle. Al pasar por un lado del local, una niña brinca y salpica agua cayendole a Angie.
Corrió hacia una bodega y le apareció la aleta, su mamá fue corriendo para ver que pasaba. A intentar querer abrir la puerta, Angie la congela y se atora, aprovechó para secarse la aleta y hacerla desaparecer.
Cuando se secó, salió de la bodega, ve que si mamá estaba preocupada.
Paty: Que sucede Angie? Estás bien?.
Angie: Si, todo bien.
Se van hacia su casa, al llegar, su mamá la ve sospechosa, entonces agarra un vaso con agua, sin pensarlo, va al cuarto de Angie, cuando entra, cierra la puerta con candado, pidiendo disculpas por lo que iba hacer, le avienta el agua.
Angie no puede escapar, aparece su aleta... Su mamá no entiende lo que pasa pero Angie le explica todo.
Paty: Nunca me has tenido confianza.
Angie: Siempre he tenido mucha confianza en ti, solo que esto no lo podía contar, se supone que nadie debe de saber.
Paty: Yo aún así te amo, no me vuelvas a ocultar nada.
Las dos hablaron más sobre sirenas, Paty logró comprender muy bien todo.
