Capítulo 4 -> CURVAS.
"¿Hola? ¡Alex?" — atendí la llamada desde mi cómoda posición en el sofá junto a mis amigas con resaca mientras yo estaba de lo mejor.
No se escuchaba nada desde la otra línea.
— Momento. — me incorporé en la conversación. — ¿alguien dijo resaca? — solté una carcajada.
— No. Momento tu ahí. — me señaló mi amiga ofendida con el dedo mientras se dejaba caer en el sofá. — Yo no estuve borracha. No a tu nivel ¿ok? Solo que hace unos minutos un dolor de estómago me está matando. — arrugó su frente.
— Tal vez se recuperaría si cambiara los chocolates por verduras. — apareció Emily sosteniendo un vaso de agua.
Rayos. Ella si tenía una notoria resaca. Ojos caídos. Ojeras y un cuerpo sin ganas de vivir.
— No creí que estuvieras tan mal, amiga. — solté una risilla.
Imitó de mala ganas una mueca.
— No es justo, tú estabas más devastada que yo — la rubia le hizo compañía a Alice a mi lado que seguía sufriendo dolor abdominal.
— Solo que tú no hiciste el ridículo, amiga. — Apareció la antes muy callada Ángela sentada en un sitial frente a nosotras. Reconocí burla en su voz.
— Golpe bajo, Feli. — habló toda encogida Alice.
— ¿Qué sucedió al final? -Abrió sus ojos Emily. — necesitamos los detalles en este momento. Bebió de su agua intrigada.
Suspiré.
— No pasó nada, ¿sí? — peiné mi cabello para atrás. — El cree que soy una inmadura, y que todo es un capricho en mi cabeza. — me puse de pie ya inquieta de solo pensarlo. Caminé hasta la cocina buscando algún chocolate.
— ¿Y no lo es, Felicia? — Emily preguntó cuidadosamente.
Las chicas sabían mi historia con Franco. Lo bueno, lo malo e intermedio. Lo odian mas que yo, aunque mi "odio" fuese muy distinto.
— No, no sé, no sé qué pasa, chicas... — respondí con un mundo de sentimientos en mi cuerpo – ha pasado mucho tiempo desde que él se alejó de mí, muchas cosas han cambiado, él es un exitoso deportista, cumplió su sueño, y con eso llegó la fama, mujeres, dinero. Estoy muy contenta por eso chicas, pero por las noches mi mente sigue divagando sobre nuestro pasado, en qué sucedió, porqué se alejó tan repentinamente, qué hice...Entonces lo veo, tan extraño, tan perdido, tan solo — Las palabras fluían desde lo más profundo de mi alma.
— Feli, Franco Brooks jamás está solo, amiga. — dijo despacio Alice.
—No me refiero a esa soledad, es algo mas profundo que he intentado ignorar estos años, pero ya no no lo soporto, quiero despojarme de este sentimiento de culpa, me alejé apenas el me lo pidió y...
— No, Felicia. Franco te corrió de su lado de una forma brusca y egoísta. Ignoraba tu presencia y se alejaba cada vez que podía, nosotras vimos como llorabas, como sentías y como, orgullosamente podemos decir, te liberaste de su fantasma. Eres una mujer empoderada, renovada, resuelta.
Sentí como mi estomago se contraía, Angela tenía razón y todas en la habitación sabíamos aquello.
— Las amo, chicas, todas sabemos que ustedes tienes razón, pero ¿Qué hago con esta sensación? — mi voz se ponía cada vez mas débil. — Estoy en un momento que no me importa nada, chicas, solo quiero lanzarme a sus brazos, tomarle la cara y obligarlo, obligarlo a que me de una buena explicación de una puta vez. — Tomé aire. — ¡Porque estoy harta! ¿Saben? ¡Realmente cabreada de ese estúpido que no logro sacar de mi cabeza! — mis manos sudaban de impotencia.
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Mi pasado, Felicia y yo.
Lãng mạnCuando una llamada inesperada aterriza en casa de los Monroe, todo cambia para Franco..... Es allí donde viven los padres de su amigo y la chica que lo trae con insomnio, pero son las palabras de una mujer a través de la línea telefónica las que har...