-De hecho, ya nos íbamos...- Dijo Angela.
- ¿Qué dices? – insistió Nicolas.
-Un trago estaría perfecto – solté bajo un suspiro. Dio un paso al costado y me invitó a pasar delante.
Tomé mi bolsa, mi abrigo, miré a las chicas con nerviosismo y les lancé un beso.
-Nos vemos pronto – me despedí
Un par de puestos mas a la derecha estaba el sector de la barra del bar-restaurante, por lo cual, nos posicionamos en unos bancos y ordenamos unas cervezas.
-¿Cómo ha estado la universidad? – me miraba atento con una leve sonrisa en el rostro.
-Uff, sobre la universidad no hay mucho que contar. Todo es algo bastante monótono. Amo la mayoría de mis clases y a mis amigos, sin embargo, ya deseo poder aventurarme en el laburo – abrí mis ojos mientras ponía un maní en mi boca, al parecer, la chica tras la barra lo había dejado ahí.
Soltó una risa.
-¡Te comprendo tanto! Yo estaba igual se ansioso que tu y una vez salí y se me fueron dando los proyectos fue maravilloso. Lo estoy disfrutando mucho, la verdad.
Que alegría me daba escuchar. Nicolas era un buen chico, siempre atento, comprensivo, etc.
-Me alegra mucho escuchar eso – alcé mi gran vaso de cerveza y brindamos.
-A mi me alegra mucho verte, Felicia, en serio. – Sonreí. Sabía lo sincero de sus palabras.
-Ahora cuéntame...¿hasta cuando por Santiago? – subió sus cejas y respiró profundo.
-Creo que mas de un mes – Mostro sus dientes en una amplia sonrisa.
La charla siguió en base al teatro, proyectos, anécdotas, la universidad y nuestros momentos como amigos y si, también como novios. Los litros de cerveza que ya había recibido mi cuerpo ya no recordaba y todo parecía demasiado agradable, sentía que hace mucho tiempo no disfrutaba tanto una velada...si así puede llamarse.
-...Entonces, pretendo mudarme pronto a mi casa. – Terminaba de contarle mis planes a Nico.
-Cuenta conmigo si necesitas una mano para esa mudanza, desde ya me ofrezco, tengo el fin de semana libre – Me señaló con el dedo – Así que solo debes confirmar hora y fecha. – ambos ya estábamos algo ebrios.
- Día sábado, tipo 4 de la tarde está perfecto – comí mas del maní que al parecer jamás se acababa.
Mi acompañante tomó su celular del bolsillo de su jeans y anotó la dirección que yo le mencionaba. Probablemente mañana me arrepentiría de esto, sin embargo, hoy, todo sonaba de maravilla.
Mi celular de pronto comenzó a vibrar con varios mensajes en la pantalla. Era Alex.
"Hola"
"Hola"
"Hola"
"Hola"
"¿Aun con las chicas?"
Teclee rápidamente.
"Me he encontrado a un amigo, llego en un rato"
"¿Necesitas que te recoja?"
Mi menté se quedó pensando en voz alta un momento.
-¿Qué hora es? ¿Será factible tomar un taxi?
Él chico de cabellos rizados respondió de inmediato
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Mi pasado, Felicia y yo.
Roman d'amourCuando una llamada inesperada aterriza en casa de los Monroe, todo cambia para Franco..... Es allí donde viven los padres de su amigo y la chica que lo trae con insomnio, pero son las palabras de una mujer a través de la línea telefónica las que har...