CAPÍTULO V

56 3 0
                                    


Extrañando los momentos con su mamá, miles de recuerdos tornan en su mente de cuando ella estaba con ellos. Se siente relajado, como en aquellos días cuando se podía respirar armonía. De pronto, ella le abraza y se sorprende pues era algo que no esperaba.

«Esto es imposible...», piensa. Se presenta ante él su madre que había muerto en un accidente. Ahora está abrazándole; no puede creerlo, llora sin compasión. Acaricia su cabello en un abrazo apaciguador y confortable, echa un largo suspiro y el recuerdo de cuando su madre murió, llega a su mente.

Era una tarde tranquila en casa, Samy, hermana de Esteban, se hallaba organizando la habitación y él estaba tocando guitarra en un viejo sillón donde su abuela gustaba sentarse pero que vendieron para poder viajar y vivir en Caracas en ese momento. Su abuela llegaba temprano de hacer unas compras para la cena y notablemente decaída con aquella mala noticia que nunca pensó escuchar Esteban. Su madre ése día se había ido a Europa por asuntos de trabajo pero nunca llegó a su destino. El avión donde ella iba se estrelló y no hubo sobrevivientes, al momento del impacto, los reportes concluyeron que el avión explotó. Y seguía llorando, cerró los ojos como queriendo borrar las imágenes de su mente pero seguía recordando ese día. Su abuela Beth quien llegó devastada, ni siquiera podía hablar, le asustó tanto que solo logró llamar de un grito a su hermana Samy. Su abuela Beth no dejaba de llorar, ni Samy, ni Esteban sabían lo que pasaba, hasta que se calmó solo un poco y echó a contar el trágico accidente.

«Esa era una tarde tranquila...», se dijo para así mismo.

Sin embargo, se convirtió en instantes cortos, en el peor día de su vida. Ahora que la tiene allí, acariciándole la espalda y besando su frente, lo coloca entre una línea confusa de si estar alegre porque está haciendo no sabe qué cosa o entristecerse porque puede que nada sea real.

«Y es que no lo es, ¡esto no es real!» se grita para sí, nuevamente.

......

—¿Qué le ha sucedido? Vine lo más rápido posible –dijo preocupado el Dr. Osman a la enfermera que le coloca una inyección intravenosa.  
—Al parecer no es nada grave, solo se ha desmayado y ahora duerme profundamente –observa al muchacho y añade–: Él despertó cuando entró en emergencia, comenzó a llorar y gritar desesperadamente: "no te vayas, no ahora".
—¿A qué se refería? –replicó intrigado el Dr. Osman.
—No lo sabemos, se tornó agresivo y tuvimos que colocarle calmantes –sonríe y se voltea para marcharse de la habitación–. Esperemos que nos cuente cuando despierte.
—Gracias, Kaish.

......

—Hijo, ahora mismo me iré. Lucha, tienes que quedarte –dijo su madre susurrando a su oído.
—¿Qué estás diciendo, mamá? –preguntó con una voz perdida.

Su madre comienza a desvanecerse en sus manos y un haz de luz blanca apunta a Ana, y también desaparece. Entonces, él cae al suelo y su alrededor da muchas vueltas.

—Aún no encontramos la explicación de la bacteria, pero como tú lo quisiste, la hemos sintetizado –dijo el Dr. Osman en voz baja mientras toma la mano de Esteban.

Se acomoda y se la presiona.

—Te levantarás de aquí, Esteban –frunció el ceño–. Allá afuera hay una vida que te espera. Debes cumplir tu petición, falta mucho por realizar juntos. Vamos.

En ese momento, Esteban despierta.

Sin darse cuenta, una vez leyó la carta #2, no podía respirar y sintió un frío inmenso en su cuerpo. Tumbó todas las cosas en desesperación, cayó y se desmayó. Su abuela Beth, entre tanto ruido le auxilió y llevó al hospital. Pareciese fácil recordarlo, sin embargo, ella estaba tan asustada que olvidó el número de emergencia.

—Necesito decirle la verdad –dijo Esteban con palabras entrecortadas.
—Esteban... No hables, debes descansar –replicó el Dr. Osman, sin percatarse de que está apretando más fuerte la mano de Esteban.
—En cualquier momento voy a morirme, quiero que lo sepa de mí, ella no lo sabe –Traga saliva.
—Esteban, estás sedado. Más tarde estarás mejor y mañana puede que salgas de aquí –frunce el ceño.

Y vuelve a dormirse, por lo que el Dr. Osman se marcha para dejar que descanse. Una hora más tarde, aproximadamente a las 10 horas del día, su abuela se acerca con las cosas de Esteban y luego de besarle la frente, toma su cuaderno y lee un poema, su favorito en ese momento.

Eres tú, siempre.                          Fecha: 03-01-2025

Verte me hipnotiza,
Porque eres tan dulce,
Verte me enamora,
Y es que verte me obsesiona.

Con tu piel tan lisa y
Clara como las nubes,
Siento que vivo cuando
Mis dedos pueden tocarte.

Y es que verte cuando cantas
Escucharte cuando hablas,
Tus labios que se mueven
Y ahora estoy tentado a besar.

No puedo dejar de lado
El sabor de tus besos,
Y tus caricias en mi mejilla
Y tú excitante mirada.

No me canso de verte,
Y no me cansaría de hacerlo
Porque estés donde estés
Siempre quiero verte.

Diré que a veces,
Me corrijo diré siempre,
Te veo en mi mente
Y estás tal cual
Siguiendo enamorándome
Como cuando te conocí.

¡Es que tu sonrisa!
Tú sonrisa despierta niños,
Cuales ríen por doquier.
Tú sonrisa es de amaneceres,
Y tú eres el sol y eres mi Luna.

Eres las estrellas de mi cielo,
Las luces de mi ciudad,
¡Mi universo de colores!
¡Esa dimensión increíble!
El camino, mi andar y mis pasos,
¡Eres mi vida!

Tu ceño fruncido
Y tú penetrante mirada,
Y tus mejillas tiernas
Y tus manos delicadas...

Besar tu cuello,
Dibujando corazones en tu piel,
Pasar mi lengua por esos hoyuelos
Que están en tu espalda baja,
Mientras bajo besando tus nalgas,
Y mientras provoco cosquillas.

¡Y acurrucarte en mi abrazo!
Es lo que quiero,
Eres lo que quiero,
Eres lo que tengo,
Y te quiero tener siempre.

Ahora solo observo tus ojos,
Tus cejas moverse,
Tus labios que besos me envían,
Tu nariz arrugada,
Tu sonrisa perfecta
Y ahora te veo solo a ti,
La persona que amo
Y que amaré siempre.

—Eres la mejor abuela del mundo –Se despierta sonriendo.

Beth sonríe y se emociona, hasta que Esteban le relata su extraño sueño. Para sorpresa de él, su abuela decide contarle un secreto que haría estremecer su corazón.

.........................

¿Cómo te va? Al parecer la burbuja de Esteban está por reventar. Espero hayan disfrutado este capítulo. Actualizaré esta historia cada lunes.

Recuerda que si la compartes, me das más motivación de seguir publicándola a tiempo, me das a saber que te gusta y que quieres saber más de esta historia. Gracias por tomarte el tiempo de leerla, lo aprecio mucho. Nos leemos el próximo lunes.

Las cartas que nunca EntreguéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora