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Kuro: Bien, muchachos ¿que se traen de información? ―mantiene su rostro pensativo.

Martín: Bueno el equipo de fútbol americano nos dijo que vieron a unos chicos subirse a un carro sospechosamente, era eso ó que las axilas del entrenador olían a pollo frito ―posa sus manos sobre su mentón.

Shandy: Era la primera, además llevaban cosas, ¿y ustedes? ―alza una ceja de forma interrogativa.

Kuro: Bueno el novio de Romeo nos dijo que posiblemente sea ese grupo del tal Daniel

Martín: ¡Alto ahí! ―exclama levantándose de golpe de la mesa¿desde cuándo tú tienes novio? ―se voltea a verlo con la mirada confusa.

Romeo: ¡No es mi novio! ¡rompimos apenas hoy! se cruza de brazos indignado.

X: ¡Amor! ―se acerca corriendo mientras todos en la mesa los observan boquiabiertos.

Romeo: No jodas ―estampa su rostro contra su plato de cereales ―no existo...

X: Ugh...asco ―se aleja asqueado.

Martín: ¿Por esa zorra me cambiaste? Ni nalgas tiene ―bufa―,vaya mal gusto tienes en hombres.

Romeo: Me junto contigo, ¿qué esperabas? ―levanta su mirada.

Martín: *Se queda en shock indignado*

Mateo: ¿Y mi amorcito?

Leo: *Llega con toda su ropa destrozada* ―por favor sin preguntas...camina hacia la mesa para desplomarse encima de ella.

Shandy: ¡Alguien traiga un pan!―trata de reanimarlo a base de cachetadas ―¡Rápido!

Mateo: *Corre agarrando una tonelada de panes*

Shandy: ¡Atrás esto puede ser peligroso!―utiliza los panes como resusitadores, dándole golpes sin parar* ―¡Vamos hombre, despierta!

Leo: *Intenta abrir los ojos* ―¿Mamá?...¡Carajo es una bruja! ―se encuentra con la mirada molesta de Shandy para luego levantarse de golpe.

Martín: Viste Romeo apenas ya te ven y se asustan con la cara de víbora que llevas.

Romeo: Claro, ¿y tú que? ¿acaso no te has dado cuenta que tienes cara de mandril deforme?

Martín: Lo de mandril te lo aguanto, lo de deforme no ―intenta darle un puñetazo, pero recibe un golpe en la cara por culpa de un balón― esto no es chido... ―cae tendido sobre el suelo.

Shandy: ¡¿Quién carajos fue?!―dirige su mirada hacía unos chicos corriendo― ¡A ellos! ―todos comienzan a correr mientras arrastran a el cuerpo de Martín por los pasillos.

Leo: ¡Rápido hay que atrapados! ¿Quién tiene algo para lanzar?

Romeo: *Revisa sus bolsillos* ―no tengo nada...espera creo que...―saca unas tangas― ¡¿Qué chingadas!?

Kuro: Cielos, esa no la vi venir ―se ríe.

Romeo: ¡No son mías! ―se sonroja.

Martín: Pues obvio que no, ese color no te favorece, pero miren nada más encontré mis tangas.

Romeo: ¿Porque mierda dejas tus tangas en mi bolsillo? ―lo agarra del cuello.

Martín: Para que mi aroma siempre este contigo

Romeo: ¡No quiero andar con el aroma de tus pelotas sobre mi ropa!―grita furioso recibiendo las miradas de todo los presentes―. Yo...―se pone nervioso.

Martín: ¡¿Qué miran?! ―se libera del agarre― ¿alguien quiere mi tanga para recordar está celebridad?―todos se alejan.

Shandy: Prestamela―los empuja agarrado la tanga―. ¡Necesito misiles! ―le pasan un montón de canicas.―¡Bart simpson, no me falles ahora! ―suplica al cielo mientras dispara por distintos lados, golpeando a varios chicos con las canicas.―¡Rápido, vayan por uno de ellos!

Romeo: Se lanza sobre uno y recibe una golpe en la cara―¡Dios!―se soba la nariz―¿porque siempre es en la cara? ―es golpeado por un montón de libros.―¡Ayuda!

Martín: ¡Hey! ¡Con mi chico no te metas!―se lanza sobre uno y le da con su zapato.―¡Yo no más puedo golpear a este pendejo!

Xxx: ¡Quítate perra! ―lo empuja―¡Es mi hombre, yo lo defiendo!―golpea al chico con los libros.

Martín: ¡Muévete! ¡Es mío desde antes!―se empujan uno con otro mientras siguen golpeando al sujeto, quién ya no daba señales de vida.

Romeo: ¡Par de ridículas!―los separa de un manotazo― yo no soy el hombre de ninguno de ustedes ―se levanta del suelo muy irritado― ¡Y por cierto no son mi tipo! ―se marcha molesto.

Martín: Pss...―se cruza de brazos― Y nosotros aquí defendiendolo

Xxx: Nosotros dando la vida por ese idiota y nada, mira nada más como es de llorón ―ambos chicos asiente con la cabeza mientras se observan detenidamente.

Martín: Yo opino ―es jalado de un golpe a levantarse― ¡Oye!―intenta mantener el equilibrio, pero termina siendo arrastrado.

Leo: Después sigues tu charla, se nos escapan ―se marchan corriendo a toda velocidad.

Xxx: ¡Llámame! ―grita con todas sus fuerzas ante de perderlo de vista.

El internado para idiotas 2 [Libro4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora