23

113 26 2
                                    

Tiempo después....

Shandy: ¡Joder, coño! -comienza a patear una pequeña piedra repetidas veces, tirando de uno de sus mechones rojos -. ¿Cómo carajo se nos escapan? ¡No tiene un puto sentido!

Martín: Magia negra nena, magia negra - bufa para luego mirarse en un espejo disfrutando de la vista -. Aunque vaya hermosura de esta mañana o sea yo

Leo: No los quiero joder, pero necesitamos un mejor plan que este de ir corriendo a lanzarnos a batalla - murmuró cansado, dejando reposar su cuerpo sobre la pared del cuarto -. Parecemos salvajes ni los simios se comportan así -suspiro para luego taparse la boca mirando a alguien en particular -. Sin ofender, Martín

Martín: ¿Perdón? - se voltea indignado, intenta pronunciar algo, pero le tapan la boca con una mano haciendo que termine lamiendo esa mano recibiendo un manotazo por parte de Romeo.

Kuro: Tiene razón, necesitamos usar éste cerebro que rara vez usamos, ¿alguien se le ocurre algo? - se queda pensativa esperando que alguno de los presente hable.

Leo: ¿Fingir que traemos pizza?

Kuro: No, la pizza ya está muy vista además no tenemos ni un peso - hace una leve mueca.

Mateo: ¿Decimos que le venimos a hablar de la palabra del señor?

Romeo: Uy si claro - rueda los ojos para dejar salir un pesado suspiro -. No más falta que alguien se vista de marrana y les vaya a coquetear para así poder entrar en su habitación con todo el plan seductor -se cruza de brazos mientras escupe sus comentarios sin pensar.

Leo: Bueno... podría ser que... - todos se observan mutuamente mientras alzan las cejas en una sola dirección.

Romeo: ¿Me están....? -palmface.

Minutos después
....

Leo: Golpea la puerta repetidas veces tratando de sacar a alguien del baño -. ¡Apurate, ya es hora!

Martín: Sale llevando puesto unos pechos falsos mientras camina con una minifalda sosteniendo un bolso rosa chillón tratando de mantenerse equilibrado con unos tacones -. Ya estoy listo para ir a seducir a esos malditos y limpiar mí buen nombre - se levanta un poco la falda más -. ¿Qué?, Hay que mostrar muslos para que se sientan deseosos - sonríe acomodando la peluca que se le quedó trabada en su collar.

Romeo: Por Dios, ¿No pudiste pintarte con otro color? ¿Porque tuviste que escoger ese rojo maraco, si existen varios mejores colores? -golpeó su frente irritado al verlo.

Martín: Dah, para inspirar pasión - se ajusta los pechos falsos -. Ya déjame, en estos momentos él que se está vendiendo a esos desgraciados soy yo - guarda unos billetes entre sus pechos -. Ahora sí me disculpas debo menearle el trasero a unos chicos -intenta salir, pero es detenido por un brazo que le impide el paso -. ¿Ahora qué?

Romeo: No pienso dejar que salgas -
le da unos empujones para regresarlo adentro.

Martín: ¿Tanto así me quieres? - se muerde el labio ante ello, manchando su diente con labial rojo.

Romeo: ¿¡A mí que verga me importa sí te vendes como zorra barata?!, ¡No más no pienso dejar que salgas con esas piernas peludas! - señala cada una de las piernas haciendo que todos vieran los vellos sobresalir de las piernas de Martín -. ¡Nadie va quererte tocar si andas con las piernas de chewbacca!

Martín: Oye que grosero, ¿Cómo me hablas así? - actúa indignado golpeandolo con su bolso -. Qué descarado, atrevido, sin vergüenza -aprieta los puños para luego suspirar -. Me ofendes y la pobre víctima que se va a vender soy yo, mira que poca madres tienes para tratarme - entrecierra los ojos.

Romeo: ¡No seas iluso! - hace presión sobre el puente de su nariz tratando de calmar su enojo -. Tenemos que arreglarte.

Martín: Pero entre más peluda mucho mejor, ¿No? - sonríe restandole importancia para ser agarrado de los brazos siendo forzado a tomar asiento-. ¡Oigan, no! - se mueve inquieto hasta sentir como un líquido caliente pasa a través de sus piernas -. ¡Ni te atreva!, ¡Habló en serio!

Romeo: ¡Cállate, chicos atrapenlo - se acerca colocando varias vendas sobre la cera agarrandolo firmemente con las puntas de sus dedos -. Uno... - comienza a tirar suavemente -. Dos...

Martín: ¡No, soltarme! - es afirmado de ambos brazos siendo inmovilizando con fuerza -. ¡Chicos! - voltea su rostro en varias dirección comenzando a mostrar una expresión de terror-. Por favor...amigos...

Romeo: ¡Tres! - arranca la tira de manera brusca para escuchar unos fuertes chillidos provenir de la boca de Martín que se oyó por todos los pasillos -. No jodas, ¡Apenas te saque un pedazo! -le da una cachetada sonora -. ¡Mira! - le muestra un montón de pelo para luego todos observar la pierna roja que aún tenía vellos.

Martín: ¡Me rehusó a seguir con está mierda! - intenta liberarse hasta conseguirlo logrando levantarse con algo de dificultad.

Romeo: Bien, entonces ve con toda una pierna peluda y la otra no -gruñe alejándose para dejarlo caminar -. A ver si así los conquistas

Martín: ¡Me irá fabuloso, ni siquiera necesito tú ayuda! - exclama en voz alta comenzando a flaquear las piernas al caminar -. ¡Que me vea como Bambi al caminar no quiere decir que te necesite, de hecho incluso parece que han abusado de mi hermosa persona! - trata de apoyarse sobre la puerta -. Son unos puercos, abusaron de mí

Romeo: Bufa molesto para observar como Martín se iba tropezando con los tacones hasta verle chocar contra la puerta dejando empañado todo ese maquillaje mal hecho -. ¿Qué decías?

Martín: Solo fue un golpe celestial -soba cuidadosamente su nariz -. Mi divina presencia ha de quedar marcada, sólo dejo mi autógrafo para que no se olviden de mí.

Leo: Basta, Martín apegate al plan -
lo jalonean hasta dejarlo atado a una silla esparciendo lo que quedaba de cera sobre todas sus piernas -. Mateo, cubrele la boca. No quiero tener líos por sus gritos - la persona nombrada asiente para colocar un calcetín sobre la boca de Martín, ambos se miran por unos segundos tratando de llegar a un posible acuerdo más Mateo sólo niega cerrando los ojos para no ver la escena, susurrando varios lamentos mientras que Leo comienza a tirar de la cera viendo como Martín comienza a sollozar.

Romeo: Le da un zape sobre la nuca para callar al llorón -. No llores, debes ser una marrana con apariencia de nueva, no una toda usada - comenta para luego mirarlo con molestia.

El internado para idiotas 2 [Libro4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora