Algo útil para soñar (Paperhat)

Capítulo 6: Sueño feliz

Ahí se encontraba Flug, en una cita con el señor Black Hat.
Paseando juntos por un cementerio, es obvio que fue el de sombrero el que eligió la locación de la cita, aún así, el de bata disfrutaba de aquel momento.
De la nada sintió como el de sombrero tomó su mano, Flug estaba emocionado cual colegiala por ello.
Tras tomar su mano, el señor Black Hat puso su otra mano en el costado del de bata por lo que tuvo que voltear hacia el, se observaban fijamente el uno al otro mientras iban acercando sus rostros mutuamente, el científico estaba apunto de hervir del sonrojo.
La distancia era cada vez más corta y entonces...

[...]

Ahí se encontraba el científico, tratando de obligarse a volverse a dormir, aún le parecía algo extraño el tener esa clase de sueños con su jefe pero a decir verdad le agradaba poder verle de una forma más dulce.
Aunque... Por alguna razón, sus mejores sueños siempre tenían ese tono romántico.

De cualquier modo, decidió ver la hora para pensar en si debería seguir durmiendo o levantarse a trabajar.
Las tres de la madrugada, era obvio que volvería a dormir pero... No podía hacerlo, decidió levantarse por un bocadillo nocturno.

Entró a la cocina y paso alacena a alacena buscando algo que comer hasta que lo vio, un paquete de las galletas de Black Hat, suele hacer esas galletas de vez en cuando para envenenarlas y venderlas, pero les gustaba guardar unas cuantas debido a que a el demonio se le daba bien la pastelería.

Mientras masticaba aquella galleta notó algo raro en esta... ¿Veneno? Pensó de inmediato, tal vez habían olvidado sacar esa o algo así, sus corazonadas lo preocupaban aún más, necesitaba saber quién era y sabía quien se lo diría con certeza.

Y ahí se encontraba, en la puerta de puerta de la habitación de su jefe, se encontraba inseguro de entrar pero esta era una emergencia, llevaba consigo el resto de la galleta.
Al acercarse a la cama del demonio pudo oír como jadeaba de forma brusca, algún sueño agitado, pensó el científico.
Con cuidado acercó su mano a Black Hat para moverlo un poco mientras decía en voz baja: -Jefesito... Despierte-.

De un momento a otro el de sombrero comenzó a despertar, abrió sus ojos lentamente encontrándose con el de la bolsa, le sorprendía pues justo estaba teniendo uno de esos sueños "raros", en este (como casi siempre) estaba el mencionado.
-¿Qué carajo quieres Flug?-, preguntó algo frustrado por tener que verlo.

-E-es que, c-comi una de las g-galletas y cr-creo que tenía veneno-, el de bolsa tartamudeaba por los nervios y por el frío de la habitación, debido a el espíritu demoníaco de Black Hat la temperatura siempre descendía a su alrededor.

-Dejame ver-, dijo sentándose en la cama, entendía porque Flug lo había despertado, era una situación preocupante.

El embolsado le entregó la galleta al de sombrero, solo con olerla un poco podía decir todo lo que tenía, era una pastilla para las náuseas, probablemente de aquella vez que 5.0.5 se enfermo y tuvieron que mezclar su medicina en algunas comidas para que la tomara.
Antes de hablar, al de sombrero le vino una idea perversa a la mente.

-Es el veneno de saliva ácida de Demencia-.

-Veneno de saliva ácida...-, Demencia solía hacer mezclas raras que normalmente terminaba sin ser nada pero el veneno de saliva ácida fue una excepción, lo creó usando saliva de un monstruo que escupia ácido, un poco de la de Black Hat y algunos químicos del laboratorio de Flug, este quemaba todo el cuerpo desde adentro y solo tenía un antídoto...

-Señor...-, el de la bolsa se encontraba nervioso por lo que tenía que hacer -¿me haría ese favor?-.
El de sombrero asintió.
Un antídoto seguro era probar la saliva de Black Hat, ambos sabían esto y por esto resultaba ser el plan perfecto para el de sombrero.
-Esta bien, sólo ten cuidado la próxima, odiaria que esto se repitiera-, era tan bueno mintiendo.

Pronto, el de la bolsa se sentó frente te a el en la cama, levantó levemente la misma mientras percibía como el demonio se iba acercando.
El científico permanecía estático, estaba nervioso y su rostro ya había tomado un tono carmesí.
Se encontraba apunto de decir algo cuando sintió los labios del contrario sobre los suyos.
Black Hat se encontraba impaciente, casi al instante le mordió el labio al de la bolsa, haciendo que este abriese un poco la boca.

Unos minutos después continuaban aquella batalla de lenguas, el de sombrero abrazaba a Flug por el cuello y el contrario acariciaba con delicadeza la cintura del demonio.
Ahí estaban, unidos por un fino hilo de saliva después de aquellos preciosos minutos.

Ninguno de los dos estaba seguro de que decir hasta que el demonio decidió hablar:

—Quedate a dormir aquí...—, dijo sin pensar del todo.

—¿Eh?—, respondió con confusión el científico mientras acomodaba aquella bolsa.

—P-por si no funciona—, dijo tratando de excusarse —Es mejor que tengas a alguien cerca si el antídoto falla—, no estaba seguro de poder convencerlo y por ello hablaba con cierro nerviosismo.

—Buena idea—, aún siendo algo torpe, Flug podía ver con claridad las intenciones de su jefe.
A decir verdad, le agradaría dormir a lado del demonio por lo que decidió seguirle el juego.