1.- La madrugada más aterradora.

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Lo peor de tener un ex es que todas las cosas que compartían ya no vuelven a ser la mismas.

La ventaja es que puedo seguir viendo series de televisión sin esperarlo. La desventaja, ya no tengo con quien hablar respecto a los episodios.

Ahora llego a mi apartamento y me lanzo al sofá para llorar como bebé.

No tengo idea del por qué me derrumbo, bueno sí, pero fingiré que no lo sé porque no me agrada la razón.

Debería buscar una nueva serie y empezar de cero, pero detesto abandonar las cosas. Soy de esas personas que no se rinden,  terminan lo que empiezan, aunque el camino no sea fácil y se ponga empedrado.

Sabía que sería difícil ser estudiante de intercambio, tuve que dejar a toda mi familia en Asia, y adaptarme a un país con una cultura muy distinta a la mía, no todos los mexicanos me recibieron de buena manera, algunos hasta la fecha, me siguen haciendo burla por mis ojos o mi acento al hablar español.

Esteban me enseñó a entonar mejor la letra "R". Y de esta manera, dejaron de imitar mi pronunciación con similitud a la letra "L".

Pero fue un error enamorarme de él, no solo le di de mi tiempo, realmente compartí mi vida, con Esteban conocí los peores y mejores lugares de México, le conté de mis planes, y de mis sueños. Me volví tan cercana a ese chico que a veces olvidaba relacionarme con las demás personas. 

Solo éramos él y yo. Inseparables, indestructibles... irremplazables. 

Ahora estoy sola.

No me asusta la soledad, lo que me asusta es sentirme extraña. Mi hogar estaba al otro lado del mundo, y cuando llegué aquí, Esteban trasladó aquel lugar justo a su pecho.

Él recibió con gusto mi corazón, yo creí que sería mi nueva casa, pero nada más fui su huésped por un tiempo.

Tallo mis ojos por la impotencia. No voy a tirar la toalla, no señor, primero terminaré la carrera universitaria aquí y tal vez luego me regrese a mi país natal. Festejaré Navidad y Año Nuevo como se debe, seguramente aquellos días los pasaré sola en este país.

O tal vez no. Faltan dos semanas, puedo cambiarlo. Le doy vuelta al ticket del supermercado de ayer y escribo lo primero que se me viene a la mente. Soy buena haciendo listas:

Conseguir un amigo

Lo tachó segundos después. Si se trata de un hombre puede que sea mala idea, seguro haré click y, ¿Qué tal si me vuelvo a enamorar? Esteban comenzó siendo amable conmigo.

Conseguir una amiga

Mucho mejor.

Ay no, si se supone que pasaré las fiestas navideñas con ella, seguro me presentará a alguno de sus primos, vecinos,  o algo. No quiero involucrarme con hombres.

Comprar un pez

Olvídenlo, se sentirá desolado como yo.  ¿Es que no se han puesto a pensar en los peces betta?  

Además, otro tipo de pez merece ser libre e ir al mar, no vivir en una pecera.

Metafóricamente yo también salí de mi océano y vine a otra tierra ¿no? Prefiero que no sufra.

El perro de mi exWhere stories live. Discover now