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El mensaje me dejó impresionado. Al levantar la vista de mi celular, observé que Lucas venía cargando una charola de papas fritas y refrescos. Corrí a ayudarlo y pusimos las cosas en una mesita que había en la sala.

Después de largos minutos de discusión, elegimos la película. Decidimos ver El Conjuro   A pesar de que me daba un poco de miedo, me gustaba pasar tiempo con Lucas, inclusive en los momentos de mayor tensión, tomaba su mano o me inclinaba y ponía mi cabeza en sus rodillas. 

Minutos antes de finalizar la película, recibí otro mensaje proveniente del número que me había mandado el mensaje anterior.

Si quieres hablar conmigo, contáctame.   Mandame un mensaje por Whatsapp.

Decidí hacerlo. Lo agendé en mi celular y le envié un mensaje. Mientras esperaba su respuesta, Lucas y yo recogimos todo lo que sobró de la comida y tiramos la basura en su lugar. Nos despedimos y yo seguí viendo una serie mientras llegaba mi madre. 

Por la noche, llegó mi madre y decidimos ir a cenar a Mcdonalds.  Cenamos, y mientras comía, recibí una notificación de Whatsapp. La persona que me envió el mensaje ya me había respondido.

-Hola. Me llamo El Fénix


-Miguel, deja el celular. Estamos comiendo.

-Ya voy mamá.

Conocí a El Escarabajo  ya varios años. Tuve que cambiar toda la información de mis redes sociales para evitar ser intimidado más por el. Eliminé mis fotografías, modifiqué mi nombre y borré todos mis mensajes.


-Miguel, por un demonio. Deja ese celular.

-Si, solo un segundo.

-¿Cómo fue que empezó todo?

No pude conocer su respuesta, pues mi madre me quitó el celular y me obligó a terminar la cena sin dispositivos móviles.

Estaba muy ansioso de conocer la verdad y de saber quien era El Escarabajo y a cuantas personas había acosado, además de saber porque lo hacía.

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