JiMin estuvo esperando a YoonGi.
Ya era medio día y el mayor aún no venía. Se sentía ansioso, desesperado y un poco triste.
Le había mentido.
Sonrió falsamente y lágrimas de coraje resbalaron por sus mejillas cuando se dio cuenta que le creyó, e igual que su madre; se aprovechaba de él para luego hacerlo sentir despreciable, que no valía nada.
Aún así, se levantó y salió al patio de ahí, gracias al oficial que había venido a ocupar el puesto que YoonGi tenía. Incluso en eso lo había engañado: le había dicho que ya nadie vendría a ocupar su lugar.
El oficial sin preguntarle y al ponerle las esposas, lo sacó a la fuerza para que fuera a comer algo y si no causaba problemas podía ir al patio o centro recreativo de la cárcel.
Después de comer esa comida tan tan desagradable, el mismo oficial lo llevó al patio y le quitó las esposas por si quería hacer o jugar algo. Vio que unos presos jugaban baloncesto y otros hablaban y convivían con otros. Vio a TaeHyung a lo lejos, pero estaba de una mano esposado en la mesa donde estaba sentado y con una cara triste; esperaba que su Hobbie-hyung no le hubiera hecho lo mismo que el ex-oficial a él.
No quería hablarle, tal vez mañana, pero ahora quería estar solo.
También si lo quisiera hacer, no creyó que se lo permitieran.
El castaño bebía de una lata de aluminio refresco de cola. Tenía el cabello un poco desordenado, y rasguños en la cara y brazos, se veía muy cohíbido y JiMin podía distinguir desde la distancia que tiritaba un poco, mientras que unos oficiales, uno a cada lado le apuntaban con sus armas. TaeHyung le había hablado sobre los ataques de ansiedad que le daban al enojarse o hartarse de pensar que se encontraba solo en su celda y le dijo que lo oficiales llegaban a golpearlo o electrocutarlo con un arma que últimamente se utilizaba mucho, un tasser.
«—Eso es lo único que me hace calmarme.» le dijo el menor con escalofríos.
Y le dijo que después de recibir los choques eléctricos tiritaba un montón y los oficiales le daban un refresco o café para que se le pasara el shock que había sufrido.
Pero que al sufrir los ataques de ansiedad y HoSeok se encontraba ahí o cerca de él, no les permitía a los oficiales siquiera tocarlo y en vez de sentir esos dolorosos choques sentía que le cogían de las manos y le entrelazaban los dedos con los contrarios y los movía a los lados mientras cantaba la melodía que su madre le solía cantar, e igualmente, le daba algo dulce para calmarlo.
Algo tan horroroso y malo que le daban los policías no se comparaba para nada con algo tan dulce y melancólico que le hacía recordar su psiquiatra, pero aún así las dos cosas funcionaban para calmarlo.
JiMin, cuando Tae le contó eso, se sintió bien al escuchar esa historia. Pero, ahora, al recordarlo se sentía mal y un poco celoso.
¿Él no se podía sentir enamorado y ser correspondido?
¿Qué más quería o pedía la vida? Ya no tenía nada qué perder.
Su madre nunca lo cuidó, no lo quiso, no lo amó. Nunca tuvo amigos y las personas que se hacían pasar por ellos, lo golpeaban y lo herían. A la única persona que amó y quiso la había perdido y nunca se despidió de él, de su padre no padre; Pete. Los tantos "novios" que tuvo, lo lastimaban y lo tocaban como un violín hasta desecharlo como basura. Y ahora perdió a YoonGi, la persona que lo hizo sentir amado, correspondido, y querido, ni siquiera le dio tiempo de luchar por no perderlo, o al menos una razón coherente.
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Official Min Yoon Gi. [Y.M]
Fanfiction-Suga, Suga, Suga... El oficial tragó seco. -¿Q-Qué quieres, Park? -Quiero que entre a esta celda conmigo... Me siento solo -dijo el delincuente mientras hacía un puchero y luego dejó escapar una sonrisa juguetona-. Si entras aquí tal vez nos divir...