Capítulo 3; Inocencia

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Estaban los dos solos, Sharon los había dejado solos para que se "conocieran", hubo silencio entre los dos hasta que Conan decidió romper el silencio.

—Tu tampoco eres un niño normal—. Menciono.

El albino sonrió y suspiro pesadamente.

—No soy un niño, soy un hombre en sus 20—. Se burlo.

Conan sabia que el veneno no funcionaba en todos por igual, podía haber matado al albino, así que era casi imposible que ese niño también haya tomado el veneno, ¿Cierto? Imposible o no el descubriría la verdad. Estuvo pensando por varios segundos hasta que por su cabeza paso el nombre de Gin (Plata) fue entonces cuando pensó.

Si es Gin podría soportar el veneno”.

Él no podía solo pensar que era él, necesitaba pruebas y debía conseguirlas, antes que la policía se diera cuenta que el albino no era un niño sino un adulto, un adulto que trabaja para una organización criminal y se dedica a matar gente, tanto inocentes como criminales.

—¿Entonces... Eres Gin?—. Pregunto con nerviosismo el de gafas.

—Sí, soy Jin*—. Respondió, creyendo haber escuchado que el niño había pronunciado "Jin" (Plata). —Un albino tiene el cabello blanco y...—. Comenzó a explicar el menor.

—¡No me refiero a Jin, me refiero a Gin!—. Aclaró el mal entendido de inmediato.

Gin guardo silencio al darse cuenta que el menor conocía su seudónimo por el cual era conocido en la organización y no solo en la organización si no también en el bajo mundo, se formó una sonrisa en el rostro del albino mientras dejaba salir de su boca una risa áspera. ¿Desde cuando un mocoso era tan listo? ¡Un zorro, sin duda!.

El albino rio de manera áspera, más eso no intimidó al detective, por su tono de risa se dio cuenta que el albino estaba molesto.  Trato de hablar pero una mano se lo impidió el de ojos verdes apretaba su cuello, no le apretó con fuerza, solo lo hizo para amenazarlo. Los ojos verdes del albino brillaban de manera asesina y con esa mirada el lobo intimidó a la oveja.

—Dime pequeño Zorro; ¿Te causo temor?—. Pregunto con sorna. El pequeño detective no respondió trago saliva y se armó de valor, le miró con odio negando lo que el albino había dicho. —¡Vamos no me mires así!—. Exclamó en tono infantil, acercando su rostro al pequeño de gafas, aún seguía tomandolo del cuello. —Me pregunto como se verán tus hermoso ojos cuando apriete tu cuello y estos se quieran salir—. Dijo burlón y a la vez sádico.

—¡Basta!—. Exclamó el detective. Su voz temblaba. El asesino frunció el seño molesto, poco a poco su rostro mostró una expresión sádica.

—¿Prefieres que saque tus ojos o prefieres...—. diciendo esto acerco sus labios al oído del detective—, que te torture lentamente cortando tus dedos, cortando tus miembros de tu cuerpo aún con vida?—. Le pregunto con dejó de burla, intimidando más al detective, provocando que este cerrará los ojos para esperar su fatal destino.

Pero como resultado él asesino lo soltó.

—¿Por qué...?—. Cuestionó el pequeño detective.

—No tiene sentido... Por alguna razón no tiene sentido—. Susurro  Gin. Lo cual sorprendió a Conan y mentalmente se preguntó: ¿Qué no tiene sentido?.

Una tos lo saco de sus pensamientos y miró al pequeño albino toser y inhalar con la boca el aire, pronto busco el botón para llamar a la enfermera y lo presionó tres veces, mientras miraba como él albino tosia más y más.

—¿Qué tienes?—. Pregunto angustiado. El albino le sorprendió que el detective se preocupara por el enemigo.

I can't die, not even, detective—. Murmuró entre tos. "No puedo morir, no aun, detective" eso había dicho el asesino y él lo había escuchado muy claro.

La enfermera entro creyendo que era alguna emergencia, pero solo vio a los dos niños, el paciente tosia y el visitante parecía alterado.

—Solo es una tos—. Dijo la enfermera en voz alta para sí misma. —Los niños suelen exajerar—. Susurro mientras se acercaba al paciente. —¿Tienes tos?—. Cuestionó la enfermera.

—Asma...—. Susurro el menor entre tos. La enfermera se sorprendió y salió de inmediato a llamar al médico.

Vermouth al ver a salir a la enfermera entro y vio al albino toser y tratar de respirar.

—¡Conan!—. Exclamó molesta a la vez que corría a la cama de Gin, lo agarro y le sobo su espalda. —¡Él no debe alterarse!—. Le dijo furiosa al menor de gafas, Conan no entendía lo que pasaba, un fumador empedernido no podía fumar si tenía asma.

Una idea paso por su cabeza y salió corriendo de la habitación. Era algo imposible y debía consultarlo con Haibara lo antes posible, porque si era cierto lo que sospechaba entonces ellos tenían un grave problema.

Al salir de la habitación de Gin vio cómo entro el médico rápidamente, así que se dispuso a hablar le a Haibara, dígito el número en su celular, escucho sonar y sonar hasta que por fin escucho una voz al otro lado del teléfono.

—Hola, Kudo—. Se escucho la voz infantil de Ai. —Me enteré por los niños que había un niño muy extraño en el barco—. Comentó burlona.

—¡Haibara!—. Exclamó Conan. —¿El veneno, aparte de rejuvenecer puede volver nuestras enfermedades de esa época?—. Cuestionó el detective, al otro lado de la línea se escucho silencio.

—Depende de la persona que lo tome y la dosis ingerida—. Le respondió. —Si la persona que ingerio el veneno tuvo una enfermedad grave o mortal pero fue sanado o se recuperó cuando era adulto o adolescente, si, puede volver ya que su sistema es como el de un niño—. Explicó la científica de manera sería.—, pero si tomo demasiadas dosis el caso es peor, aparte de volver al estado de infancia y quiza sus enfermedades, sus recuerdos desaparecerán dependiendo de la dosis y solo recordara lo que paso siendo un niño de esa edad—. Concluyó Haibara. —¿Porqué preguntas, Kudo?—. Le pregunto con un toque curioso pero sin perder su tono serio.

—Tenemos graves problemas Haibara... Gin, él apareció bajo los efectos del APTX—. Dijo el detective sabiendo la reacción de su amiga. Al otro lado de la línea se escucho silencio y la respiración agitada de la científica.

—¿Él qué?—. Cuestionó la científica, pudo haber cuestionado más pero por el momento fue lo único que pudo salir de su boca.

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Notas de la autora: ¡Hey qué os parece este capítulo! ¿Cómo la habéis pasado estás vacaciones?

¿Yo? ¡Mal! Mi cachorra se enfermo y cuando por fin se estaba recuperando su hermano cayó enfermo. ¡Sentí que mi mundo se venía abajo! Mis dos luces en la oscuridad se estaban apagando ¿Y yo que podía hacer? Solo podía pensar en lo negativo ¡Quise morirme!

Pero ya se están recuperando y yo siento un poco de esperanza al verles casi bien

¡Nos vemos!


Silver BulletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora