One-shots Devie

Perdida de memoria

Pequeño inciso, si continuo este one-shot será en una historia aparte. Nada más que decir, a disfrutar.

Me desperté un día como otro cualquiera, en mi habitación... Que raro ayer me quedé a dormir en el cuarto de Evie y Mal "por que terminé muy tarde de trabajar" o esa fue la excusa de Evie para que durmiera con ella.

Antes de siquiera salir del cuarto escuche como llamaban a las puerta, espero que me expliquen por qué amanecí aquí.

- Hola Doug, espero que estés listo para recibirlos, recuerda que te tienes que vestir con el uniforme de la banda, enseñarles el recinto y luego darles los horarios - me avasalló Ben nada más le abrí la puerta. Que raro, no recuerdo que Evie me haya dicho que iban a venir nuevos hijos de villanos - tiene que ser perfecto son los primeros que van a venir - Ben se fue como una exhalación

¿Los primeros?, vale esto se pone cada vez más raro. Me puse mi uniforme, pero fue raro, ya que siempre era Evie la que me acomodaba el traje, sobretodo para eventos importantes. Me fui a peinar. ¡Pero qué demonios, mi pelo, esta corto y sin flequillo! Me peiné, más o menos, y me fui.

Tocamos dándole la bienvenida a ¿los chicos?, vale esto es una broma. Me tuve que ir muy rápido de allí, mientras algunos compañeros me deseaban suerte.

Al llegar Mal me saludó con la mano nada más verme, dejando confusos al resto. Creo que ella también se acuerda, voy a decir algo que me verificará si se acuerda o no, pero tengo que intentarlo, antes de hacer nada noté la mirada de Evie sobre mí y vi como disimuladamente mordía su labio inferior.

- Buenos días chica uva - esa fue la brama que le hice ayer, Jay apretó los puños, Evie, Carlos, Ben y Audrey miraron con miedo, a alguno se les notaba más que a otros, pero Mal sonrió y sus ojos brillaron

- Igualmente Enanín - como no estábamos muy lejos me revolvió el pelo, dejándolos notablemente confundidos.

- Bueno..., os dejo en buenas manos - dijo Ben siendo arrastrado por la arpía rosa

- Bueno me presento soy Doug hijo de Dopey - salude al resto, un choque de puños con Jay, un apretón de manos con Carlos y besé la manos de Evie ganándome un pequeño sonrojo de su parte - os daré los itinerarios, cada uno tiene algunas clases que estaréis separados y en otras en otras estaréis juntos como en bondad, que tiene pinta de ser un rollo - Los chicos se rieron por lo bajo - bueno, vasta de cháchara os voy a enseñar algo del instituto.

- ¿Qué vamos a visitar? ¿dónde están las clases? - pregunto Jay con una sonrisa burlona

- Si tú quieres luego te enseño donde quedan todas las clases, aunque creo que en el itinerario ya hay un mapa con las clases marcadas, pero ahora os voy a enseñar donde están los tres sitios más importantes - sus sonrisas se borraron y me miraron confundidos - donde se come, se duerme y se caga -

Ahora era yo quien bromeaba, les enseñé la cafetería y pusimos rumbo a la habitación de los chicos.

- Bueno este este es vuestro cuarto - dije dándole las llaves a Jay - oye, ¿alguna vez habéis jugado a un videojuego? -

- ¿Qué es eso? - preguntó Carlos

- Vais a flipar - encendí la consola y puse un juego de lucha - Atentos los dos, en este juego el mando es la espada y tienes que ir atacando al enemigo y defendiéndote a ti y a los aliados. Cuando os aburráis me llamáis -

- ¿Así es como entrenáis en Auradon? - comentó Jay burlonamente

- No, los principitos suelen jugar al turney - los cuatro me preguntaron con la mirada si yo entrenaba - yo voy cada vez que puedo a visitar a mi familia y ayudo en la mina -

¿Y eso cómo es? - preguntó Evie mientras jugaba con su pelo

- Pues les ayudo a transportar los minerales, es bastante duro ya que ellos ya tienen practica y pueden sacar hasta treinta kilos en el tiempo que salgo y entro - me miraron como si hubieran visto un fantasma, cosa que me hizo reír - Sino os importa llevaré a las chicas a su dormitorio -

Las llevé hasta su cuarto, en el camino noté como Evie no paraba de mirarme.

- Aquí está su cuarto señoritas, aunque es muy rosa espero que os guste - Evie me sonrió mordiendo ligeramente su labio inferior - por cierto tenéis que dejar la puerta abierta un rato mientras arreglo la puerta -

- Exageras - dijo Mal quitándome las llaves e intentando fallídamente abrir la puerta - me rindo, qué le pasa -

- Tiene una bisagra rota y como nadie la cambia, porque nadie me hace caso nunca - dije mientras forzaba la puerta consiguiendo que abriera

- Que fuerte estás enano - habló Mal apretando mi brazo provocando que Evie la mirara con cara de sorpresa mezclada con celos

- Oye si no os gusta hay una tienda de colchas cerca o si queréis coser también hay una tienda de telas - los ojos de Evie brillaron ante mis palabras - Veo que te ha gustado mi idea, pero debéis estar cansadas, pero mañana después de terminar la tarea tenemos una salida pendiente.

- Por supuesto Doug - conozco a Evie lo suficiente como para saber que dijo mi nombre para alargar el momento, pero es cierto que se me hizo raro que no me dijera Dougie

Les arreglé la puerta y las dejé descansar. Estuve un rato jugando con Jay y Carlos, fue muy divertido, hubo un momento en el que Jay casi tira el mando sin querer, Carlos se descompuso. Me fui a practicar guitarra al jardín hasta la hora de cenar, pero al llegar a la cafetería no estaban, mierda, la barita. Cogí algo de comida y me dirigí a la habitación de los chicos.

- ¿Qué haces por aquí? - me preguntó Jay mientras Carlos guardaba un portátil e Evie su espejo

- No os vi en la cafetería y pensé en traeros comida antes de que se acabara - dije sacando tres cajas con pizza

- No sabía que se podía comer en las habitaciones - dijo Mal mirándome extrañada

- Y no se puede - me volvieron a mirar sorprendidos - dejad de mirarme como si hubiera matado a alguien y comed estos manjares - Todos menos Evie me hicieron caso

- Yo no como por la noche, te engorda - argumentó Evie

- Engordar es lo que tienes que hacer estás muy delgada y para ti te he traído otra cosa - dije sacando una ensalada de manzana con salsa, pero aun teniendo hambre negó la comida - Vamos a hacer un trato, te voy a decir tres razones por la que te deberías comer esto y cualquier comida, tres razones que están partidas en tres fracciones la primera un 65%, la segunda un 25% y la última un 10% y te lo comerás todo -

- Vale - dijo con una sonrisa divertida por mi ocurrencia

- Esta primera parte que es la más grande y la más importante, es por ti, por tu salud, tu felicidad - se sorprendió por lo que dije y comió el 65% - la segunda es importante pero nunca puede eclipsar a la primera, es por las personas que se preocupan por ti, que no te quieren ver mal - dije acariciando su mano

- Y la última - me preguntó Carlos, cuando me dí cuenta todos estaban prestando atención

- La última, seria un crimen tirar ese poquito - ambos sonreímos olvidando que no estábamos solos