Cliché.

Cliché 14: Caperucita roja.

Lauren parpadeó varias veces intentando ubicar el lugar dónde estaba, maldijo internamente al detallar lo que llevaba puesto, una caperuza roja. Cuento equivocado, otra vez.

– Necesito que le lleves esto a tu abuela – le dijo su madre extendiéndole la canasta.

– Claro – suspiró resignada, sabía que no serviría de nada cuestionarse – yo no pedí nacer de todas formas – murmuró caminando fuera de la pequeña casa de madera para encontrarse con el mismo bosque del capitulo siete, sin embargo no diría nada solo caminaría sin rumbo fijo a la casa de su abuela.

Lauren caminaba por el bosque pensando que su vida no podía ser más desastrosa cuando, vaya, se dio cuenta de que sí.

– Hola caperucita – le habló el Matthew Hussey vestido como lobo. Lauren cerró sus ojos preguntándose porqué – ¿Vienes sola? – la chica solo intentó seguir su camino, sin importarle lo que tuviera que decirle – ¡Hey! – dijo siguiéndola – ¿Dónde está la otra chica? –

– No te interesa – respondió sin siquiera mirarlo – ahora, déjame terminar el cuento tranquila – el lobo feroz frunció el ceño.

– A Camila es a quien quiero comer – dijo molesto. Lauren lo miró de igual manera – oh, eso no sonó muy bien – dijo de inmediato – sin embargo en este cuento es lo que quiero hacer –

– Aléjate, el lobo representa tantas cosas, en este caso a un hombre mayor que quiere enamorar a una chica menor, o ***** – Lauren se detuvo de inmediato al notar lo que había sucedido – ***** – Matthew rió, y se veía mejor si no lo hacía – ¿Me censuraste? – es una historia para niños de cualquier forma – es una estupidez – normas, Lauren – ¡¿Normas?! ****** con tus estúpidas normas – gracias.

– Estás discutiendo con el cielo en medio del bosque – le recordó el lobo – y yo soy un lobo ¿No es emocionante? – Lauren lo miró con su semblante serio antes de seguir con su camino y que Matthew la siguiera de cerca.

– ¿No tienes nada mejor que hacer? – le preguntó viéndolo fascinado con el bosque – quizá hacer un live en Instagram, o quizá parecer el tío de una jovencita en un parque – Matthew la miró con su ceño fruncido – de España –

– No quiso verme después de eso – recordó – pero aquí estoy, buscando a tu novia –

– No es mi novia – respondió con sus mejillas totalmente rojas. El lobo la miró de manera sugestiva – ¡¿Qué miras, *******?! – me reí.

– Como digas – dijo simplemente antes de hacer un gesto de dolor, había chocado con un tronco, notando que de ese tronco salía un pequeño hombrecillo.

– Lo que me faltaba – suspiró Lauren al ver a Billy con un traje ridículo – ¿Qué haces tú aquí? – Billy sonrió galantemente.

– Busco a Casey – respondió sinceramente – desperté aquí, al parecer soy el galán de los siete enanos y necesito a mi dama – Matthew sonrió, el también buscaba a una chica hermosa.

– Casey, Casey, Casey ¿Ella tiene una amiga, no? – preguntó mientras que Lauren ponía sus ojos en blanco. Billy asintió.

– Hablas de Camila, una diosa – volvió a asentir.

– ¡Camila! – dijo Matthew emocionado, al fin sabía su nombre.

– Los dos ******* se reunieron – murmuró Lauren comenzando a caminar lo más lejos posible de aquel par – ¿Por qué no intentas censurar a tu madre? – yo soy tu madre, yo te creé – yo te creé, ******* *** – murmuró molesta – ¡Ya basta! –

– ¿A quién le gritas? – le preguntó Casey apareciendo por los arbustos de su izquierda.

– Pareces enojada – dijo Camila apareciendo por los de su derecha. Lauren suspiró, no sabía cómo debía sentirse. La presencia de Camila ahora era agradable, más allá de tolerable.