Cliché 18: Cambio de lugar 1/2.

2K 184 51
                                    

6:23am.
La chica despertó mientras bostezaba, se sentó en la cama antes de abrir lentamente sus ojos y parpadear varias veces tratando de ubicarse en tiempo y espacio. Sus ojos se abrieron grandemente al darse cuenta.

Esa no era su costosa pijama.
Esa no era su espaciosa habitación.
Esa no era su gigante mansión.
Ese no era el ambiente de riqueza al que estaba acostumbrada.

Sin querer creerlo dirigió su mirada a su izquierda, encontrándose con el marco de una fotografía donde salía aquella chica que se parecía a ella y su mejor amiga rubia. Su ceño no podía fruncirse más y sus ganas de insultarme no podrían ser contenidas por mucho más tiempo.

– Sí yo estoy en esta estúpida habitación, quiere decir que... – decía para sí misma, intentando encontrar el sentido a lo que sucedía. Tomó el celular que estaba frente al marco y sin dudarlo marcó su propio número.

Los Ángeles.
Aquel tono pegajoso intervino en su magnífico sueño, sentía nunca haber dormido tan cómodamente antes. Sin abrir sus ojos o levantar su mejilla de la almohada, buscó con su mano el celular de dónde provenía el sonido.

– ¿Hola? – preguntó en un bostezo al colocar el celular en su oreja.

– ¡Espejito! – aquel grito de aquella voz la hizo abrir sus ojos de golpe – ¿Estabas dormida? Oh, qué pena – dijo siendo sarcástica, obviamente – ¿Es cómoda mi cama? Lo sé – la chica frunció el ceño confundida mientras que se sentaba en la cama, e impresionada se dio cuenta de que esa no era su habitación.

– Wow – susurró viendo lo espaciosa que era, fácilmente todo lo que había allí podía sumar miles y miles de dólares – ¿Es esta tu habitación? – Camila universitaria asintió orgullosa de sí misma, casi haciendo una reverencia – si yo estoy aquí, quiere decir que tú estás... –

– En tu vida de clase media – interrumpió haciendo un gesto, no estaba acostumbrada a estar en lugares que al menos no sumaran varios millones de dólares – se siente terrible ser pobre ¿Cómo lo soportas? – Camila colegiala puso sus ojos en blanco.

– Yo no soy pobre – corrigió notando que tenía puesta una pijama de marca, muy diferente a sus pijamas de revista – pero si me haces sentir así – era una pijama en realidad suave, y claro, costosa.

– No me interesa – rió sinceramente – sin embargo, si me interesa saber cómo llegué aquí – Camila rió, ella sí sabía.

– Verás, nosotras somos la misma pero en diferentes versiones – trató de decir sin sonar como si estuviera loca, era difícil – así que, este tipo de cosas extrañas son normales para mí – Camila universitaria dejó escapar su melodiosa risa mientras que peinaba su fleco con sus dedos.

– Claro – respondió sarcástica – de cualquier forma, me interesa incluso más saber cómo me iré de aquí y volveré a mi vida –

– Supongo que al final del día mágicamente estarás de vuelta en Los Ángeles – se encogió de hombros. Camila llevó su mano a su mentón con una sonrisa maliciosa, sonaba divertido ser pobre por un día.

– Muy bien – asintió levantándose de la cama – disfruta ser rica por un día – volvió a reír – adiosito, espejito – dijo antes de simplemente cortar la llamada.

– ¿Ser rica por un día? – susurró ladeando su cabeza antes de sonreír, ahora era Camila Cabello, figura pública, modelo, heredera de millones de dólares, dueña legal de una cadena de hoteles, ex novia de Nicholas Wright, universitaria problemática... definitivamente se divertiría.

Cliché.
Al abrir el armario de espejito, lo primero que notó fue su mal gusto. No reconocía ninguna prenda de diseñador o marcas reconocidas, ni siquiera encontraba el uniforme de su escuela. No es sorpresa que no recuerde que no usan uniformes en aquel lugar. Negando con su cabeza con suma decepción, escuchó cómo abrían la puerta.

Cliché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora