Esas Cosas No Existen [ ChanSoo ]

04.

<< Ｓｅñｏｒ... >>

– ¿Señor se murió?, Esta pesado... – el pobre chico arrastraba al más alto hasta su habitación, dejando caer sus piernas con algo de fuerza cuando logró dejarlo sobre la alfombra. Se arrodillo y se acerco a su rostro levantando uno de sus párpados con sus deditos– ¿señor?... – se sentó aún lado jugando con los pelos de la alfombra esperando a que su dueño despertara.

Media hora había pasado y ya el pequeño estaba cansado de estar sentado sin hacer nada, miro lo que el alto vestía e hizo una mueca para luego mirarse, ¿por que él no tenia cosas como esas?

Se puso de pie para buscar de donde provenían aquellas cosas coloridas que yacían cubriendo el cuerpo del que segun el minino estaba muerto.

– ¡Tú!... – grito ChanYeol sujetando su cabeza mientras se acomodaba en el suelo, se quejo– ¿por que sigues aquí?...

– ¡ay!... – el de ojos grandes se había golpeado la cabeza con la puerta del armario mientras salia intentando ponerse una camisa del alto, la cual estaba algo enredada en sus orejitas. Una de sus manos sujetaba el pantalón que estaba a punto de caer. Aquella ropa era demasiado grande para él. – señor esta vivo... – los pantalones terminaron cayendo cuando con ambas manos logro colocarse bien la camisa. El pequeño no tenia ropa interior, pero no tenían por que preocuparse, aquella camisa le quedaba como traje.

– ¿por que sigues en mi casa?, ¿por que usas mi ropa? – paso ambas manos por su rostro y peino su cabello hacia atrás mirando el lugar donde estaba– ¿por que estoy en mi habitación?.... – susurro –

– ¿Por que haces tantas preguntas? – ChanYeol se giro para verlo serio y el pequeño sólo pudo volver a su forma animal, sacándole un grito a ChanYeol quien se trepo rápido a la cama–

– Maldita sea!!! Cosa del demonio!! Ayuda!! – El alto gritaba como loco sentado en el centro de la cama abrazando una de las almohadas.

Los gritos habían asustado bastante al minino quien intentaba salir con desesperación de la camisa, clavando sus uñas en esta. ChanYeol pudo notar lo asustado que la bola de pelos estaba por los altos maullidos que se mezclaban con sus gritos y dejo de hacerlo acercándose al borde de la cama y estirando la mano para poder quitar la camisa.

– Hey gatito... – Este retrocedió hasta quedar en una esquina, su respiración estaba algo agitada – perdón, perdón por asustarte gatito... – bajo con cuidado de la cama y se acerco, haciendo que el pequeño buscara algún lugar por donde poder escapar – hablemos de humano a.... – guardo silencio– lo que sea que eres, ¿si?, no te haré daño....