Capítulo 5

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"¿Quién rayos se creía para besarme cuando se le pegara la gana? Ese tonto está muy equivocado si cree que dejaré que me trate de su juguete... Sin en cambio, la idea de volver a verlo en la fiesta te hace sentir esa sensación en el estómago y de muy boba sonríes al recordar lo que ocurrió en la tienda del señor Gabanna. Ahora explícate eso a ti misma. Debes deshacerte de él."

Al llegar a casa me recosté en la cama sobre las cobijas, estaba muerta de cansancio, ahora sabia el nivel de perfeccionismo que poseía Ann en sus eventos, quería dormir y dejar que la noche se encargara de mi cuerpo adolorido e hiciera descansar mi mente, estaba harta de pensar en Dante.

Al día siguiente encontré a Cristine en el patio del instituto y nos la pasamos juntas encontrando muchos amigos en común, no podía creer que no la había notado aquí. Almorzamos juntas y llegamos al club juntas, en comparación al día anterior todo estuvo mucho más calmado Ann no había ido y su remplazo tampoco se había presentado pero todos nos quedábamos ahí para pasar el rato y ensayar un poco.

Durante la tarde converse con Cristine y Mónica de las personas que había conocido en el turno de preparativos. Cuando Mónica se dio cuenta de la repentina actitud distante de Dante hacia mí, pareció como si el asunto quedara en el olvido y comenzó a portarse mejor.

Ambas me introdujeron un poco más con la pequeña sociedad que formaba el club de teatro, me familiarizaron con algunos y confiaron secretos de otros más, uno de ellos era Edgar y Paulette —la chica con la que había visto a Mané anteriormente—, eran novios desde que iniciaron su carrera escénica así había funcionado siempre, los demás podían ver o saber de alguien si estaban siendo pareja, el truco estaba en que ni Ann o Ixchel se enterasen y ninguno delataría a nadie jamás.

— ¿Es en serio? Nunca me hubiera enterado.

— Ahí es donde se demuestra la lealtad por aquí.

El día estaba muerto por lo que todos decidieron regresar a casa y salir mucho antes de la hora. Claudia, Mónica y Cristine me convencieron para ir de compras con ellas, buscarían accesorios o algún otro atuendo para dar el último toque a sus disfraces. Cerca del teatro las tiendas eran increíbles y de los mejores estilos, nos encaminamos a una de ellas.

— ¿Qué opinas de esto? —me consultó Cristine sosteniendo delante de mí un vestido que había sacado de los ganchos colgados alrededor de la tienda.

El vestido era negro, de tela reluciente y metálica.

— Pruébatelo, antes de cualquier decisión lúcelo.

— A mí me fascina —llegó Claudia con un vestido rosa de mangas largas, con peluche al rededor del prominente escote y las muñecas.

— Llévatelo.

Claudia, Cristine y Mónica tomaron un vestido cada una y nos dirigimos a los probadores, la sala no era tan espaciosa ni elegante como la nuestra pero servía, me senté en el único sofá frente a los probadores y espere a que salieran.

La primera en salir fue Cristine, el vestido que eligió le quedaba demasiado corto, tomando en cuenta la estatura que tenia se notaba mucho, era ajustado y sin escote por lo que con ayuda de un buen antifaz y algún otro accesorio sería perfecto para gatubela.

— ¿Qué opinas?

— ¡Chicas, chicas no den opiniones hasta verme! —gritó Claudia desde su probador, enseguida salió de este y se paró junto a Cristine colocando una mano en su cintura y la otra en su cabeza para darle volumen a su cabello, parecía que posaba para una revista.

— Claus, te queda muy bien.

El segundo vestido que se probó no era tan ajustado como el de Cris pero hacía que su figura resaltara y le diera un pequeño toque de diva.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2020 ⏰

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