Capítulo 4

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El día en la escuela se me pasó raramente lento. Estaba ansiosa, tenía años desde que no me sentía así por un chico, y dudo que estar así por Dante fuera algo bueno. Al tocar el timbre salí disparada del aula, no me despedí de nadie, deseaba llegar pronto al teatro, pero debía cambiarme primero.

En casa me monté algo más lindo como pude en menos de dos minutos y me encamine al club, cuando llegué Ann aún no estaba y todos se encontraban sentados en los puff del círculo. Dante se encontraba en el último sofá hablando con Mónica, claro si a eso se le llamaba hablar, él no mostraba ni el menor interés mientras ella hablaba sin parar. Un escalofrío me recorrió la columna subiendo hasta la nuca, me calme e inicie saludando a todos para ocultar mi repentino nerviosismo. Uno por uno, todos me recibieron calurosamente, antes de llegar al último sofá, salude a Cristine.

— ¿Qué tal? —me incliné dándole un beso en la mejilla.

— ¡Hola Janeth! Oye, antes de que saludes a los demás... —dijo poniéndose de pie.

— ¿Qué pasa? —Debí ser muy obvia cuando al preguntarle miré de reojo hacia donde se encontraban Dante y Mónica, porque Cristine comenzó a reír.

— Justo de él quería hablarte.

— ¿De quién? —Sentía como mis mejillas se coloreaban enrojeciéndose instantáneamente.

Me tomó del brazo apartándonos de los demás, hasta donde no pudieran escucharnos. Me puse de espaldas a todos, no quería verlo y parecer ansiosa, pero Cristine estaba poniéndome peor.

— Bien, habla —Soltó cruzándose de brazos.

— No sé qué quieres que te diga —Sonreí forzadamente

— ¡Vamos! ¿Creíste que no me daría cuenta, cierto? Quizá nadie lo haya hecho, pero yo los he visto toda la semana, creía que no te agradaba Dante a pesar de lo que habían hecho, pero claramente eso ha cambiado. Anda, cuéntame ahora.

— ¿Fue tan obvio el cambio?

— Demasiado, anda cuéntame que pasó.

Suspire. "Sólo suéltalo Janeth."

— No sé, quizá él y yo comenzamos a pasar más tiempo juntos y sólo... fueron cambiando las cosas.

— ¿Y ya? No te creo nada.

— Es la verdad.

— Esta bien si no me quieres decir. Así lo dejaré, ahora dime que pasa hoy.

— ¿Hoy?

— Claro nena, si hoy vienes hecha un desorden, claramente algo paso o está pasando y tiene que ver con ese tipo —enarcó una ceja animándome a hablar.

— Bueno, anoche estuvimos hablando mucho por textos y... —Sonreí— quiere pedirme ser su novia, o al menos eso me dijo que haría si nos encontrábamos solos.

Cristine soltó un gritito de festejo y me abrazo saltando en su lugar, los más próximos voltearon a vernos, pero se volvieron sin prestarnos atención.

— ¡Uh! Janeth, es increíble, se ven tan tiernos.

— No sé si pueda funcionar —dije volteando a ver a Mónica.

— No te preocupes por ella, de ese asunto me encargo yo ¿Ok?

Sonreí y ambas regresamos con los demás, después de dejarla en su sitio me encaminé hacia el último sofá de la estancia.

— Chicos... —Me incline y salude a los dos, Mónica se acercó más a Dante y este a su vez se giró sobre su asiento dándole la espalda, si esto no era suficiente desprecio para Mónica entonces no sé qué esperaba para darse cuenta, al menos ahora, ella era un cero a la izquierda.

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