Capítulo 1

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Todavía hacía frío pese a estar a mediados del mes de abril. Un golpe seco de la persiana del local dio el fin a una jornada agotadora en el restaurante de comida rápida en el que Peacie trabajaba. Era sábado y el metro estaba lleno de chicas y chicos bebiendo y preparándose para salir de fiesta, pero ella solamente quería llegar a casa y descansar.

El traqueteo del vagón contra las vías hizo que sus ojos se fuesen cerrando lentamente y que tuviese que luchar para no quedarse dormida. ‘La próxima estación es Seven Sisters’. Suspiró. Parecía que le pesaban los pies cuando subía las escaleras para salir a la superficie. El aire le congelaba la garganta y los pulmones así que dio un par de vueltas a la bufanda y apuró el paso.

-Ya estoy en casa - dijo dejando las llaves en el recibidor y cerrando las puertas a su espalda. El olor a comida inundaba la estancia. Su mejor amigo estaba en el salón haciendo zapping sin prestar atención a las imágenes que pasaban por delante de sus ojos.

- Pensaba que no llegarías nunca. Tienes fideos chinos en la cocina, he comprado un par de latas de cerveza, están en la nevera.- aburrido, apretaba con fuerza las teclas del mando como si así fuese a conseguir su objetivo más rápidamente.

Peacie dejó el abrigo sobre el sofá y puso los fideos y la bebida en una bandeja. Cuando volvió al salón parecía que su mejor amigo por fin había encontrado algún programa de su agrado.

- Cal, ¿cuándo dejarás de ver concursos de adiestramiento de mascotas?

- Probablemente nunca -rió. Cal, como Peacie llamaba a Calum, era algo así como el hermano que nunca había tenido. Se habían conocido de intercambio hacía unos cuantos años y no habían perdido el contacto gracias a Internet. A los pocos meses de que ella llegase a Londres, Calum había encontrado un trabajo allí en una tienda de discos en un barrio al norte de la ciudad. Junto con Kurt, un gato pardo que habían encontrado en la calle, formaban una pequeña familia. Calum y Peacie estuvieron un par de horas hablando antes de que ella decidiese ir a su habitación a dormir, no sin antes darle un beso en la mejilla a su amigo y hacerle unas cosquillas a Kurt en la tripita. Este le respondió con un arañazo y un par de lametazos en la mano. A veces era odioso.

La habitación de Peacie no era muy grande. Su cama tenía un edredón rosa fucsia y estaba decorada con cojines de color blanco. Encima de la mesa del escritorio había tres cactus pequeños y un marco con una foto en la que salía su familia. Las paredes estaban decoradas con polaroids y con un enorme poster de su grupo favorito, Arctic Monkeys. 

Ya se había puesto el pijama cuando Calum entró por la puerta sin llamar.

- ¡Cal! Cualquier día abrirás y verás algo que no quieres ver.

- No creo que me asuste o que vea algo que no haya visto antes - rió - Quería preguntarte si te apetecería ir a cenar mañana. Sophie me acaba de mandar un mensaje, dice que irán al mejicano que hay en Camden. - sostenía el teléfono en una mano y se apoyaba en la puerta con la otra.

- Tengo que trabajar -respondió Peacie.- Puede que otro día.

- ¡No! Te pasamos a buscar, podemos reservar mesa para las once.- Dijo sentándose en el borde de la cama. Peacie comenzó a hacer muecas dubitativa. - Veeeenga, si quieres paso a buscarte. No creo que tardemos mucho en metro.

- Bueno - contestó- está bien. Pero iré con mis pintas del trabajo, espero que no os asustéis - soltó una carcajada.

- No problemo -sonrió mientras contestaba afirmativamente al mensaje del móvil antes de abrazar a su amiga.- ¡Buenas noches otra vez!- cerró la puerta dando un sonoro golpe. Peacie se recogió el pelo y se metió en cama, no sin antes mandar un mensaje con el móvil.

"Mañana al salir de trabajar voy a cenar con Cal y unos amigos. Te prometo que el viernes dormimos juntos. Te quiero."

Enviar a Harry. Apagó el movil. Y tardó poco más de un suspiro en quedarse dormida.

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