Capítulo Catorce: Conoce a la familia.

692 80 5
                                    

Capítulo Catorce:

Conoce a la familia.

Me desperté, miré al reloj, y eran las 7:30 de la mañana, el gran ventanal que daba hacia el bosque, ya me calaba los ojos. Me iba a disponer a levantarme, cuando sentí una presencia junto conmigo.

Volteé hacia atrás, y Manuel, estaba durmiendo en la misma cama que yo, y, aparte, estaba abrazado mio.

Sonreí. Durmiendo se veía tan lindo.

Espera, ¿lindo? ¡Agh! Samara, vuelve a tus sentidos.

Me levanté de la cama y fui al baño.

Una vez que salí, fui a despertar a Manuel.

- Manuel.- No despertaba, genial (Notese el sarcasmo).- Manuel.- Dije esta vez más fuerte. Nada.- ¡Manuel!.- Grité y lo golpeé con una almohada.

Este cayó de la cama. Me reí.

- Bah, los hombres por qué tienen el sueño tan pesado.- Bufé.

Manuel miró el reloj.- ¿¡Estás loca, Samara!? ¡¡Son las 7:30 de la mañana!!.- Gritó quejándose.

- Venga a desayunar, que probablemente, si hubieras dormido en el suelo, no te hubieras dado ese golpe.- Arqué una ceja.

Manuel pasó su brazo por la nuca.- Yo...

- A desayunar.- Dije al paso que me iba, y le dediqué una sonrisa, a lo que el me la devolvió.

Una vez que bajé las escaleras, y Manuel iba detrás mio, me topé con una pequeña sorpresa. Toda la familia paterna.

- ¡Samie!.- Gritaron todos mientras iban y me abrazaban.

Oh no. Papá planeó algo.

- ¡Este debe ser Manuel! ¿Cierto?.- Preguntó la tía Katy emocionada.

Asentí. Manuel saludó.

- Pá, ¿qué sucede?.- Pregunté amenazadoramente.

- Bueno hija, hace mucho que tu familia de mi lado no te veía, y les conté sobre que ibas a venir el fin de semana, así que... ¡Vamos a ir a pescar!

- ¿¡Qué!?.- Grité.

¿¡Qué!? Tenía que ser una broma, una muy mala broma. ¿A papá se le olvida que no sé nadar?

- Oh y, ¡daremos un paseo en bicicleta!.- Continuó alegre.

!Y que no sé andar en bicicleta! Este hombre está loco, imposible que fuese mi padre.

Manuel me miró, él vaya que estaba consciente que yo no sabía ni nadar, ni andar en bicicleta.

- Anda Samara, no tendrás que nadar.- Me alentó en un susurro Manuel.

Hice una mueca.

- Bien, vayan a arreglarse muchachos, los esperamos aquí.

Ambos asentimos.

No podía creerlo.

...

- Hey, ¿estás lista?.- Preguntó Manuel saliendo del baño.

- ¿Tú estás listo? Me refiero, para conocer a mi familia.- Continué.

- ¿Por qué no? Sólo es como amigos.- Se encogió de hombros.

- Claro.- Alargué.

Sentí una punzada en el corazón sin motivo alguno.

- Una pregunta.- Dijo.

Querido Cupido: ¡Tu flechazo me llegó!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora