Parte 18 - El misterio

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Thomas, Cris, Andy y yo nos miramos entre sí.

— Dile que tenemos habitaciones reservadas — dijo Andy mirando a su novio.

— Vaya, eres toda una genio, ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? — Cris la miró — oh espera, eso ya lo hicimos.

La chica de la recepción nos veía con una sonrisa sin entender un carajo.

— Bueno, estamos sin hotel — Andy sonrió — pero en Paris, que elegante.

— ¿Y cómo es que hicieron la reservación? — pregunté mirándolos.

Cris volteo hacia Thomas, y él nos dio una sonrisa avergonzada —En realidad le dije a mi primo que la hiciera, es que él habla francés.

— ¿Y cómo es que no habla inglés? — Cris bufó.

— Oye, eso es racista — mi amiga lo miró.

— No, solo que si es una zona tan turística como Paris, supondría que hablan inglés — suspiró.

— Oh genial, entonces nos vamos a quedar aquí — Andy suspiró.

— ¿Qué Cris no tomó clases de francés? — preguntó Thomas.

Lo miré con una sonrisa — Cierto, tú tomaste clases de francés — le di una sonrisa burlona.

— Este no es momento para reprochármelo — dijo, avergonzado.

— ¿Entonces no sabes hablar francés? — Thomas lo miró.

Reí —No, Cris de lo único que se acuerda de sus "clases de francés"— hice comillas en la última frase — es de su linda maestra.

Mi amiga lo miró —Por eso te frienzoneaba, culero.

Cris me miró y abrió la boca, pero luego la cerró, yéndose a sentar.

— Chica — Andy puso sus manos en el mostrador — nosotros — nos señaló — habitación.

Pero ella solo nos miró raro.

— Vaya, que nivel de francés amiga — la miré, burlesca.

Me dio la misma sonrisa — Igual que el de tu novio.

— ¿No sería mejor si le muestras tu identificación? — miré a Thomas, ignorando completamente el comentario de Andy.

Él asintió, entregándosela a la chica. Ella asintió y tecleo algunas cosas en su computadora, dándonos unas llaves y escribiendo en un papel el número de las habitaciones.

— Que fácil fue — dijo Andy sarcástica, tomando la llave.

Tomé la mía y sonreí — Vamos — agarré mis maletas.

La mano de Cris se posó sobe mi brazo.

Volteé y lo miré — ¿Qué sucede?

— Yo... yo lo siento que...

Tomé su rostro — Si piensas pedir perdón por acostarte con tu maestra — él se puso todavía más rojo — no lo hagas, todos lo hemos hecho algunas vez — mordí mi lengua, tratando de no reír.

— Oh sí, es lo típico. El pan de cada día — agregó mi amiga, pasando por nuestro lado

Cris suspiró — Que vergüenza.

Reí — Oye — le sonreí — Yo te amo a ti, y eso incluye tu pasado, no es nada malo.

— Lo único malo es que no ayudaste en una mierda — Thomas lo miró.

Cris le sacó el dedo — Chúpame las bolas.

Comencé a caminar — Y no es algo que debas cargar como algo malo, ¿sí?

Viviendo con mi mejor amigo (Roomie 1)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora