¡PRIMER DIA DE CLASES!

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No entiendo porque nos hacen ir al instituto tan temprano, eso tendría que ser un delito para los adolescentes. Según mis investigaciones dicen que el cerebro recién trabaja a la perfección a las 10 de la mañana, ¡NO A LAS 6!

- Solo 5 minutos más, por favor..- digo medio dormida y volviendo a cerrar mis ojos. Cuando estaba volviendo a conciliar el sueño, me encuentro con la hermosa luz de mi ventana y eso sólo podría ser obra de Robert.

Robert es como la mano derecha de mi padre y se encarga de todas las cosas de esta casa, prácticamente administra mi casa como una empresa y se encarga de las cosas cotidianas que requiere esta misma, junto con las personas que viven en ella. En resumidas palabras es como una madre.

-Es hora de levantarse Azul. No intentes retrasar lo inevitable-dice Robert mientras hace pasar a la mucama para que recoja mi desastre y para que ponga a calentar el agua de la ducha.

- ¿Cuándo mi padre se dará por vencido y me dejara ir a la escuela que yo quiero? - pregunto con la cara hundida en la almohada y harta de la misma situación todas las veces que debo comenzar el instituto- ya le dije millones de veces que no quiero ir más a esa escuela, ya se que esa es la escuela en donde debe ir una hija de un importante empresario, pero ya me canse de los niños pijos y las niñas super "educadas"- digo haciendo comillas con mis dedos en la palabra.

- De eso mismo vengo a hablarte. Tu padre te tiene una sorpresa y necesita que estés lo más ante posible en la sala principal para que te de la noticia. Así que ve, báñate, arréglate y ponte algo de maquillaje, porque realmente y te lo digo como un buen amigo, te pareces a un mapache- con mala cara le hago una seña obscena y arrastrando los pies me dirijo al baño

ya en la ducha me miro al espejo y si no estuviera acostumbrada a verme así cuando me levanto ya hubiera gritado y rezado

la verdad no se que tendrá para decirme mi padre casi nunca esta en casa y se debe a su famosísima empresa, como saben esta es la típica historia de la chica que no tiene madre y su padre siempre trabaja, sinceramente hay veces en las que me dan ganas de que mi padre trabaje menos y nos veamos mas, pero eso seria una dificultad nomas, porque cuando realmente tienen tiempo para mi lo pasamos a lo grande y cada recuerdo que tengo junto a el siempre son de mis favoritas

Me termino de bañar y me coloco mi bata, no pienso cambiarme aun, porque realmente falta un rato largo para que entre al instituto y me ponga el aburrido uniforme, así que lo único que hago es retocar un poco mi cara y ponerme literalmente kilos de maquillaje debajo de mis ojos, porque tengo unas ojeras que si me vieras pensarías que soy el cuco en persona

con un poco mas de buen humor que esta mañana, bajo las escaleras y me encamino a la cocina para recoger mi desayuno e ir a la sala principal donde se encuentra mi padre. en la cocina se encuentra mi abuela, ella es la madre de mi madre y la amo demasiado, sinceramente desde la perdida de mi mamá se transformo en una madre para mi y en un ejemplo para seguir

-Hola, nana. Buenos días- le digo pasando por su lado y depositándole un beso en su mejilla.

-Hola, hija mía. ¿Ya fuiste a ver lo que quiere hablar tu padre contigo?- me pregunta mientras da pequeños sorbos a su café negro.

-Realmente, no- digo con la cabeza en el refrigerador mientras busco una manzana- pero ahora estoy por ir a averiguarlo- sonrío y salgo de la cocina para ir a mi encuentro con mi padre.

cuando llego a la sala encuentro a mi padre hablando por teléfono como es lo típico y Robert a su lado como un buen perrito faldero. Me acomodo en uno de los sillones individuales, porque se que esto tomara un tiempito, no tan largo, pero tampoco tan corto.

DEL ODIO AL AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora