OLVÍDAME

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A pesar de que el cielo estaba despejado y era un día soleado en Detroit para el teniente Hank Anderson era un día oscuro, a pesar de que era un día apacible y que ya no se sentía esa hostilidad y miedo hacia los androides el anciano sentía una gran pelea en su interior que sentía que no podría ganar, a su alrededor todo el mundo parecía feliz y no entendía el por qué. La vida no tiene sentido nacemos y morimos ¿para qué vivir si la vida solo es sufrir? No hay nada bueno en ella y por mucho que uno luche nadie conseguirá nada.

Para él la vida era un asco y no había nadie quien le pudiera demostrar lo contrario, ni siquiera la única persona que animaba su triste y solitaria vida. Ahora más que nunca se sentía desdichado ya que al fin había encontrado otra motivación para intentar mejorar y seguir una vida decente pero ahora... solo quería desaparecer en este mundo, de todas formas nadie se daría cuenta de su ausencia o eso quería pensar.

Caminaba por las calles cual fantasma con la cabeza gacha y la espalda encorvada, huía del sol cual vampiro y se alejaba de todo lugar que le recordara a todo lo que le hizo una vez feliz. Por lo visto el destino no quería que lo fuera así que no intentaría de nuevo buscarla ¿para qué si se lo arrebatarían?

Hank pensó que se merecía ese destino, al fin y al cabo se lo había buscando solo era cuestión de tiempo que pasara aquello, eso o morirse con la ruleta rusa juego del cual había conseguido dejarlo aunque ahora le entraban ganas de jugar pero esta vez con el cargador lleno.

Entró en casa de un portazo y con el objetivo de gastarse todo lo que había comprado de su vuelta, ni siquiera miró quien le esperaba sentado en el sofá mirándole atento

- Teniente... - llamó quien menos quería ver por su acto imprudente de ayer un joven de unos veintipocos años, pelo castaño, un LED de color ahora naranja intenso que mostraba su naturaleza, ojos marrones y esbelto el cual se levantó nada más verlo entrar - yo... regresé - dijo con miedo y cohibido.

El anciano ni siquiera se dignó a mirarle sino que siguió su camino como si no estuviera

- Admito que... mi acto no fue muy noble, no debí haber huído pero... no sabía qué hacer, nunca me había visto en una situación así y en mi programación no tengo ninguna clase de protocolo para tal situación pero ahora que lo he pensado quiero decirle que... - se calló cuando se fijó en la bolsa que llevaba el mayor - ¿qué lleva allí?

- No es de tu incumbencia - respondió frío dejando la bolsa en cuestión en la mesa de la cocina donde el androide pudo ver mejor su contenido.

Ginebra, whisky, vodka, había un montón de alcohol y no entendía aquello el joven ya que sabía que su amigo había dejado ese mal vicio

- ¿Por qué ha comprado eso?

- Vete de mi casa - ordenó abriendo la primera botella de whisky con total normalidad pero le detuvieron

- Me temo que no puedo permitir esto

- ¡Joder Connor! ¡¡Vete de mi casa ahora mismo!! - le empujó con fuerza lleno de rabia e impotencia

- ¿Qué le ocurre? - vio dolor en sus ojos castaños, la guinda del pastel para que Hank se sintiera peor pero no le quería cerca - lleva días comportánde de manera extraña y me preocupa, si le ocurre algo dígamelo por favor

- ¡¿A ti qué coño te importa puta máquina?!

Máquina... esa palabra le dolió como un clavo hirviendo a Connor que no entendía esa crueldad tan repentina de alguien que siempre le había dicho que era mucho más que una máquina

- Se comporta así por el beso de anoche ¿cierto? Como ya le dije antes no estuvo bien que me marchara sin decirle algo pero no vengo aquí a decirle que le rechazo sino que...

Olvídame (Hannor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora