Azúcar

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Apenas se recuperó de la impresión de estar en el Marriott en una suite en el séptimo piso, Ophelia dejó su bolso sobre el sofá y se lanzó en la blanca cama, riendo y ocultando el rostro en la almohada para ahogar un grito de emoción.

No podía creer su suerte.

Ese hombre literalmente no le estaba pidiendo nada a cambio de ayudarla a dormir adecuadamente, y había dado a entender que Ophelia podía usar la suite todo el tiempo que quisiera. 

Sin cambiarse, bajó al vestíbulo y preguntó por la sala de computadoras. La empleada la guió al pequeño laboratorio de computadoras, le explicó que podía utilizarlas el tiempo que necesitara pues era parte del gasto de la suite y Ophelia se puso a trabajar. Estuvo en las computadoras unas dos horas haciendo sus tareas y enviándolas a los maestros antes de apagar la computadora y subir de nuevo a la suite, aún sin creer que dormiría en ese sitio.

Apenas entró, se lanzó de nuevo en la cama, pensando en quedarse dormida y ya, pero necesitaba darse un baño, y no podía dormir con el vestido puesto. Se quitó toda la ropa y la dobló con cuidado sobre la silla del pequeño escritorio, poniéndose luego una bata esponjosa que encontró en el baño de la suite y se dio un baño de burbujas, algo que no había hecho desde que vivía en casa de sus padres. Su departamento tenía una tina, pero estaba vieja y oxidada y si la llenaba se le salía el agua a chorros por varios agujeros.

Darse un baño en esta tina le supo a gloria. Se secó con una suave toalla y se secó el cabello con el secador que proveía el hotel, después de envolverse en la bata nuevamente.

Vio la televisión un rato, luego, cuando por fin cayó la noche por completo, admiró las luces de la ciudad desde aquel séptimo piso del hotel Marriott. Luego se metió en la cama, se cubrió con las cálidas y suaves mantas y se quedó profundamente dormida.

En ningún momento se le ocurrió tomar el teléfono y llamar a sus amigas para contarles.

***

"¿Que hiciste qué?" Gritó Lilian del otro lado de la línea, cuando Jonathan le contó lo que había hecho.

"Dijiste que no ibas a gritarme, Lilian." Respondió él, calmadamente.

"Johnny... Eres mi amigo y te quiero, pero eres un idiota, ¿qué estabas pensando? Si esa niña se roba algo o hace destrozos o algo así, te van a echar la culpa a ti."

"No te llamé para eso. Quiero pedirte un favor que tiene que ver con esto." Lilian suspiró, Jonathan casi podía verla rodar los ojos mientras lo hacía.

"¿Qué necesitas?"

"Quiero saber sobre Dylan Jones."

"¿Padre o hijo?"

"Ambos."

"¿Por qué?"

"Ella me dijo que era hija de Dylan Jones, quiero corroborarlo. Pregúntale a Phil, él sabe de esas cosas, solo quiero saber. Si realmente es hija de Dylan Jones entonces no debería estar viviendo casi en la calle."

"Ni siquiera sabes si realmente ha estado viviendo en la calle. Tampoco sabes qué hizo en verdad para estar en esa situación."

"Lilian, si la vieras, te darías cuenta de que de verdad está en una situación difícil, y es tan joven, no debería estar trabajando vendiendo dulces en una cafetería con ojeras porque no ha dormido y hambrienta porque sus amigas le llevan sus sobras porque no le alcanza para comprar comida."

"Eres demasiado buena persona, lo sabes, ¿no, Johnny?"

"Solo quiero ayudarla, siento que no estaré en paz si no lo hago."

Flor en el asfaltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora