Ladrillos

19 2 1
                                    

Cuando Ophelia llegó a la escuela, fue atacada por Louise y Molly.

Sus compañeras de clase corrieron hacia ella. La chaqueta negra de Molly tenía luces que brillaban contra la luz del sol, ambas lucían algo molestas al acercarse a ella, y Ophelia se preparó para lo que sea que fueran a decirle.

Molly la sostuvo por los hombros apenas estuvo frente a ella.

"¿Dónde estabas? Tu amiga Mary nos llamó porque no estabas en tu departamento y no tienes teléfono, ¿quién no tiene teléfono?"

"Yo no tengo teléfono, Molly, soy pobre." Ophelia torció el gesto. "Ya hablé con Mary, y como puedes ver, estoy bien."

"Bueno, pero ¿dónde estabas?" Preguntó Louise, cruzando sus brazos y también luciendo molesta pero más preocupada.

"Es una muy larga historia."

"Bueno, puedes contarnos después de clases, vamos tarde, así que hay que apurarnos."

Las clases transcurrieron con normalidad. Algunos de los compañeros de Ophelia le preguntaron dónde había estado, al parecer Mary había contactado a todos sus compañeros preguntando si Ophelia estaba con alguno de ellos, tal vez haciendo un trabajo de la escuela. Ella les dijo que había dormido fuera de casa y no tenía dinero para un teléfono público ni manera de llamarle a Mary para decirle que estaba bien, y todos sus compañeros parecieron tomarlo como verdad y la dejaron tranquila.

Excepto por Molly y Louise.

Al terminar las clases, las dos hermanas la acorralaron en el salón de costura y no la dejaron salir hasta que les dijera dónde había estado y con quién. Ophelia suspiró largamente, resignada a que no sería libre hasta que les dijera, y les contó todo.

Cuando terminó, Molly se echó a reír.

"Así que te conseguiste un sugar daddy, ¿quién lo diría?"

"¿Qué rayos es eso? ¡No! ¡Él solamente me compra cosas y quiere ayudarme y no me pide nada a cambio!"

"¿O sea que no te ha pedido nada?" Louise cambió su expresión, ya no se veía tan preocupada. "¿No te ha pedido que te acuestes con él? ¿No quiere llevarte a ninguna parte? ¿Te ha tocado o algo?"

Ophelia negó con la cabeza, Molly alzó la ceja.

"Pues qué raro. Normalmente ese tipo de hombres que te regalan cosas y te compran comida y así siempre quieren algo a cambio."

Molly y Louise la tomaron de las manos y la vieron muy seriamente, tanto que Ophelia sabía perfectamente lo que iban a decirle.

"Molly y yo solo nos preocupamos por ti, nena." Le dijo Louise con una sonrisa amable. "Promete que te cuidarás, ¿de acuerdo?"

"Fuiste la primera en hablarnos cuando llegamos de Canadá, si te pasara algo malo, estaríamos muy tristes." Añadió Molly.

Ophelia parpadeó para contener las lágrimas, ¿qué había hecho ella para merecer a gente tan buena que se preocupaba tanto por ella a su alrededor? Solo era una hija de un hombre adinerado, mimada y tonta que no sabía cómo sobrevivir por su cuenta y prácticamente vivía de la caridad de otros. Se abrazó a sus dos compañeras, las únicas en su clase a las que podía considerar amigas.

"Les prometo que me cuidaré."

Cuando se separaron, Molly tenía una sonrisa traviesa. "Dijiste que vendrá a buscarte a la escuela, ¿no?"

Ophelia tragó saliva, ahora se arrepentía de haberles dicho eso.

"¡Vamos contigo!" Louise tomó su mano y ambas la llevaron fuera del salón de costura. "¡Vamos a conocer a tu sugar daddy!"

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 18, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Flor en el asfaltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora