El Pensamiento

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Me siento solo. Cuando no debería pero... Me siento inevitablemente así.
¿Qué debo hacer? Tal vez nada.
A veces pienso que si llorase, todo sería mejor. Pero no lo hago. Hay personas delante, eso sería raro e incómodo.
Exacto, estoy con gente, pero me siento horriblemente solo. Me pasa a veces... ¿Y vosotros? ¿Os pasa también? Estáis rodeados de otros y aún así... Os sentís... Nada.

Verdaderamente quiero llorar, gritar muy fuerte y cantar mi canción preferida.
Quiero salir al campo, al exterior, y enfrente de ese gran y hermoso lago, gritarle a la inexistente montaña.

Ojalá pudiera... Ojalá... Si tan solo... Pudiera... Dejarles salir.......................

...

Lo haré. Debo hacerlo. Aunque quede como el raro... No puedo soportalo más. No puedo más. Deben saberlo.

Y mientras pensaba esto, se hacía realidad. Mis lágrimas caían de mis ojos, mientras todo el mundo me observaba, anonadados. Y yo... Yo recuerdo gritar mi soledad.
Todo lo que sentía, lo lancé en un solo grito. Y después huí.

Con las lágrimas estrellándose en el asfalto y mis pies resonando calle abajo. Mi garganta había empezado a cantar sola, esa canción que siempre me hace pensar en tí. Y mis piernas corrían solas hacia el calmado y brillante lago.
Mi respiración agitada y mi corazón a mil por hora. Mis manos sudadas por el calor y mis doloridos pies por la carrera... Llegaron al lago, todos juntos.

Y allí, sin nadie a la vista, a excepción de los espíritus y animales, canté. Y no paré hasta que me ardió la garganta. No paré hasta que me quedé sin lágrimas. No paré... Hasta que me desperté.

Mi estudioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora