4.1. PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

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Mis pasos vacilaban por el corredor, entré al baño y mordí mi labio con nerviosismo. Poco después, caí al suelo, aliviando mi cuerpo con el frío de las losetas color melón. Permanecí así por más segundos de los que mi mente podría pensar, ¿por qué Luke no podía estar ahora conmigo?, sobándome la cabeza y diciendo lo estúpida que me veo por solo decir un maldito nombre.

Pero ese nombre no era un nombre cualquiera, lo sentía diferente.

Con las piernas pegadas a mi pecho dejé salir todo el aire de mis pulmones, mis ojos picaban pero no tenía la fuerza para lavármelos, ni siquiera tenía fuerza para levantarme, la puerta se abrió y dos chicas entraron, casi ignorándome hablaron de un tema cualquier.

Salieron a paso firme, recién en ese momento tuve las fuerzas para levantarme, dejé que el agua fría del lavamanos limpie mi cara y aunque lo evité, observé mi reflejo en el espejo sucio. Mi pelo largo me molestaba, no era como yo quería, ni siquiera sentía que fuera mío, mis ojos granadilla estaban muertos, el color no estaba allí.

Me dirigí a la puerta, cuando salí algunos alumnos seguían en el pasillo, riendo, hablando. Los ignoré y a paso firme me dirigí hacia mi casillero. Saqué las llaves de casa y las metí a mi mochila con rapidez. Fue fácil escabullirme hacia la salida sin que ninguno de seguridad me tomara importancia, fue como si fuera invisible.

Las calles estaban vacías, era época de escuela y horario de trabajo

-¡Shinee!- no tenía que voltear para saber que Tyler corría hacia mi- Shinee, ¿estás bien?

-¡No!- lo encaré, su ceño estaba fruncido- no estoy nada bien, no lo estoy desde que ustedes llegaron, ¿qué diablos está pasando Tyler?

El ambiente ensombrecido arrastraba mis palabras, mis huesos temblaban. Tyler no decía nada, solo me miraba y había algo tan familiar en esos ojos.

-siento que te conozco, de algún lado

Negó con la cabeza y podría jurar que sonrió por un segundo antes de volver a verme, pero no era una sonrisa de felicidad, era de nostálgia, el tipo de sonrisa que haces al recordad a un ser querido muerto al cual querías.

-no sé de que hablas Shinee- pasó su mano sobre su cabello, despeinándolo aún más- no sé que decirte.

-Dime la verdad- supliqué- solo quiero que me digas qué sucede

No quería pero un sollozo salió de mi boca, estaba llorando, allí, en medio de la calle Fritzpats, frente a un chico que conocía, pero a la vez sentía que si.

-Déjame acompañarte a casa- Tyler avanzó dos pasos y retrocedí por instinto, su cara hizo una mueca dolorosa- por favor.

Quería decirle que no, que me deje en paz si no me iba a dar la información que necesitaba, pero mi cabeza actuó sin que mi cerebro aceptara y asintió.

Mi respuesta pareció tranquilizarlo, asintió y caminó lento hacia mi, supongo que temiendo que vuelva a retroceder, tomó vacilante mi brazo con ambas manos. Por cursi que sonara sus manos emanaban calor hacia mi, o tal vez éramos ambos.

Cuando llegamos hice un espacio para que pudiera entrar, se sentó en el sillón favorito de mi madre, no me sentía segura al respecto, entrecerré los ojos mientras me sentaba frente a él. Coroline saltó a saludarme y miró a Tyler, ronroneando.

-¿vas a hablarme?- le pregunté

Su silueta se curvó, dando un aspecto agotado, Coroline caminó como un depredador hacia sus piernas y jugueteó un momento con su zapatos, arrastrando su espalda contra ellos. Él la miró por unos segundos antes de levantar la mirada.

-no quiero que hables con Michael- dejó escapar un leve suspiro- no es bueno para ti.

¡Tenía que estar bromeando!, negué con la cabeza y reí sarcásticamente

-a ti qué te importa quién es bueno para mi- sobé mi frente un segundo antes de continuar- tú no sabes nada de mi, Tyler

Dejó escapar una carcajada y se levantó de golpe, yendo hacia la puerta, la abrió y se volteó

-te lo advierto Cashfod, no quiero que te acerques a él- cerró tras de si dando un portazo.

Qué mierda acababa de pasar, quedé petrificada sobre el sofá, escuchando a Coroline maullarle a la puerta, sentada en el mismo lugar en donde minutos antes Tyler había estado, por qué estaba tan enojado, yo no era la que le estaba ocultando cosas, ¡era yo la que pedía respuestas!.

Tomé mi celular con la esperanza de que Luke me hubiera respondido, dos mensajes desconocidos, ambos del mismo número.

"soy Michael, este es mi número

Escríbeme si deseas que te recoja para la fiesta, solo si quieres ;)"

Lo había olvidado por completo, la fiesta de Michael era hoy, pero Tyler me había dicho que no me acercara a Michael, bueno, Tyler podía irse mucho al demonio.

"si, por favor :)", enviado.

Subí a mi habitación, abrí mi armario con la esperanza de encontrar algo decente, no estaba muy bien informada con que tipo de ropa usabas para ir a una fiesta, después de indagar cajón por cajón, me decidí por una blusa pegada negra y unos shorts de jean.

Mi teléfono vibró dentro de mi bolsillo, lo encendí y leí

"10 pm paso por ti, linda"

Sonreí para mis adentros y puse el celular a cargar sobre el escritorio.

Ni mamá, ni papá aparecieron en todo el día, a las 9:55 pm dejé una nota pegada en el refrigerador avisando donde estaba por si llegaban a aparecer en algún momento de la noche, miré mi atuendo una vez más, llevaba unas botas simples y mi cabello recogido como una cola de caballo, llevaba poco maquillaje, solo me apliqué una base y brillo de labios.

Pasaron unos minutos antes de que el timbre suene, tomé aire y abrí la puerta, Michael iba vestido con unos jeans negros pegados y rasgados en las rodillas, un polo manga zero negro con las iniciales de una marca conocida escrita en el centro con letras blancas.

Miró mi vestimenta aguantando la respiración, tan solo unos segundos pero los suficientes para sonrojarme.

-hola- llamé su atención

Parpadeó un par de veces y me sonrió

-te ves hermosa- se acercó dos pasos y bajó la cabeza, dándome un beso en la mejilla

Se me cortó la respiración al sentir sus labios sobre mi mejilla, sonreí y tomé su brazo cuando noté que me lo estaba ofreciendo. 

Aparcado frente a mi casa se encontraba un BMW color plata, Michael me abrió la puerta del copiloto y caminó hacia el lado del conductor.

-mucha gente ya llegó, los dejé destruyendo mi casa- se encogió de hombros- espero que no hayan quemado la casa.

Reí al ver su expresión de terror, imaginándome por un momento, lo que sería tener una pareja como Michael, no podía estar nada mal.

BURNED WINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora