3.2. ADAN

7 0 0
                                    

Desperté con mi cuerpo bañado en una fina capa de sudor, mi respiración era irregular y angustiada, había sido un sueño demasiado realista, el ardor en mi espalda aún seguía alí, ya transformado en una simple molestia, miré el reloj de mi mesa de noche, cuatro de la mañana, suspiré y entrecerré los ojos.

-me estoy volviendo loca- susurré para mi misma

Traté de volver a dormir, pasé diez minutos calmándome, pero el miedo de volver a soñar con lo mismo me quitó el sueño por completo. Me levanté de la cama y me senté en el escritorio frente a la ventana.

Prendí mi computador y busqué significados de sueños

No había nada sobre mi sueño, pero estaba claro que Tyler estaba en mi sueño, sus ojos verde me habían observado, con solo imaginarme la tristeza de sus ojos me hizo lagrimear, si, me estaba volviendo loca, nuevos vecinos llegan y de repente empiezo a enfermar y a tener sueños aterradores.

-¿estás bien?

-maldición- di un salto, fulminando con la mirada a Camile, quien al igual que Tyler, adoptaba la misma posición de sentarse sobre la ventana

-disculpa, no era mi intensión asustarte- sus ojos se encontraban tapados con lentes esta vez color azules decorado con brillos a los costados- he escuchado ruidos, mis oidos están más desarrollados que los de otras personas, ya sabes- señaló sus lentes- ¿por qué estás despierta tan temprano?

Dejé mi cabeza caer sobre el escritorio

-tuve una pesadilla- me limpié los ojos con ambas manos, temiendo que empezara a llorar- fue una pesadilla horrible

-¡cuéntamela!, podría ayudarte a entenderla- se encogió de hombros

Las ganas de dormir nuevamente cayeron como un sistema de autodefensa, no tenía ganas de recrear el horror y menos de contarlo en voz alta, no ahora.

-Mejor hablemos mañana Camile, me voy a dormir

Camile asintió y me dedicó una leve sonrisa, como si supiera que la estaba mirando

Me arrastré como pude hacia la cama, intentando disfrutar de su cama por al menos tres horas más, antes de tener que volver al instituto.

Esta vez me tomó veinte minutos caer dormida, y por suerte mi mente permaneció en blanco y no abrí los ojos hasta que mi despertador chilló una música molesta.

Me di un baño rápido, me peiné y salí del baño. Abrí mi armario con pereza, el agua caliente había relajado mis músculos, me decidí por una polera gris y unos jeans normales, bajé corriendo con mi mochila lista, los dientes lavados y una bolsa con dos panes con jamón en mi mano derecha.

Tan pronto como la puerta se abrió el viento invernal chocó contra mi cara, mis dientes temblaron, no estaba muy acostumbrada al frío, pero amaba cuando nevaba, antes de que mis padres tuvieran tanto éxito en el trabajo, solíamos ir a esquiar dos veces al año.

Giré la cabeza hacia mis vecinos, Tyler y Camile salían de la casa a paso tranquilo, intenté torpemente voltear hacia otro lado para evitar que me notaran pero solo logré pisar las hojas caídas de el roble plantado frente a mi.

Ambos giraron al mismo tiempo, Tyler parecía deprimido, como si verme hubiera sido como tener hemorroides.

-¿Shinee?- preguntó Camile

-Buenos días- dije, caminando lentamente hacia ellos

Tyler se agachó a la altura de Camile, susurrándole algo, cuando volvió a su posición normal, se irguió y avanzó hacia el colegio, como si no me hubiera visto.

Mi corazón se estrujó, qué clase de falta de respeto era esa, Camile sonrió en modo de disculpa y alzó su mano en mi dirección, esperando que la tome.

-Vamos juntas, de paso podrás contarme tu sueño- dijo una vez que llegó a tomar mi brazo

Le conté todo, guardó silencio, analizando cada palabra que le decía, mirando hacia abajo cada cierto tiempo, moviendo su bastón de lado a lado, me sorprendió la manera en la que todas las palabras fluían a la perfección de mi boca, cada vez que una sílaba salía, sentía un peso menos.

Cuando acabé estábamos en la entrada del insituto, miré a Camile, lucía como siempre, su manera de ocultar emociones era algo envidiable, últimamente toda la gente que me rodeaba era muy buena en eso.

Sonrió de la nada y tomó mi hombro para tranquilizarme

-es solo una pesadilla, cosas que pasan- sus palabras era suaves, como si se lo dijera a una niñita de cinco años- no te preocupes

Guardé silencio, entramos, Luke no estaba por ningún lado asi que dejé que Camile me acompañara a nuestra primera clase.

-¿qué es lo que haces Camile?- abrí la boca rápidamente para argumentar mi pregunta- no es por nada pero ¿cómo logras hacer pinturas? 

-no necesitas ver para hacer arte- se encogió de hombros- puedo capturar a la perfección las sombras que veo y retratarlas como realmente creo que son.

Cuando nos sentamos abrió su mochila y me mostró uno de sus cuadros, era realmente maravilloso, utilizaba acuarelas y carbón para hacer los reflejos, aunque sus formas eran humanas ella trazaba algo parecido a un aura arriba de ellas, tenían formas de criaturas, si un pintor famoso pintara algo como esto lo vendería por millones y probablemente se vendería al instante.

-es hermoso- pasé un dedo sobre una persona en especial, su sombra era de una mujer, pero el aura arriba de ella era la de una mariposa, o algo parecido, sus alas se estaban pintadas de un violeta brillante y había logrado difuminar con carbón blanco las puntas superiores de las alas, creando un brillo en ellas- es arte de verdad.

-gracias- sus mejillas enrojecieron levemente- me gusta mucho hacer las pinturas.

No me había dado cuenta que esta vez me había sentado junto a la ventana, y que Tyler se había sentado delante mío, Simon y Joshua se situaron detrás de Camile, lucía parte del grupo, pero no sabía si era algo bueno o algo malo.

Luke no apareció ese día, le escribí y no recibí respuesta, no estaba acostumbrada a pasar el día sin Luke, bien sabía que no iba a ser un día divertido

-Cashfod,  ¿estás prestando atención?- el profesor se levantó del escritorio, mirándome- ojos en la pizarra, no en la ventana.

Ni siquiera me había dado cuenta que no prestaba atención, jugueteé con mi lapicero, Tyler se removió sobre su asiento, el aroma de su perfume cubrió la zona de mi nariz, olía a pasto mojado, flores de primavera. No pude evitar sonreír, mi cuerpo se acercó unos centímetros a su nuca, lo necesario para no parecer una acosadora.

El olor incrementó y mis piernas se doblaron, mis pensamientos estaban apiñados uno sobre otro, demasiadas cosas pasaban por mi cabeza, pero me quedé muda, disfrutando del aroma.

Camile llamó mi atención pateando mi asiento pero la ignoré, aguanté mi cabeza con ambas manos, le eché un vistazo a su cabello oscuro, perdiéndome contando cada pelo, dejé de escuchar, como si estuviera sorda.

-Adan- el nombre salió de mi boca tan fácil como respirar

Tyler se puso rígido.

Su respiración se puso irregular en un instante, incluso pude sentir la exclamación silenciosa de Camile.

-¿decías algo Cashfod?- la voz del profesor me hizo dar paso a la misión "escapar"

-¿puedo ir al baño?- le rogué al profesor

Debió ver la súplica en mis ojos por que asintió y me abrió la puerta, no volteé a ver a nadie

No sabía por que pero en mis adentros sabía que la había cagado.

 Pero lo que no sabía era que había hecho mucho más que eso.



BURNED WINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora