1842, Londres.
Las calles de aquella ciudad parecían estar en la sombra a pesar de estar iluminada por un par de farolas cada medio metro. Farolas de candelabro cubiertas de una pintura negra que daban el toque siniestro a un antiguo Londres con menos glamour del que se le conoce en la actualidad.
Los botines de cuerda de tacón fino negro resonaban por el callejón donde Scarlett paseaba con apuro. Caminaba insegura, mirando constantemente hacia atrás intentando divisar en la oscuridad si alguien la seguía, o al menos había dejado de hacerlo ya. Con su vestido blanco abombado de varias capas y su ajustado corset abotonado color marfil decidió acelerar el paso para llegar cuánto antes a su casa. Se encontraba a varias manzanas de lejanía tras haberse desplazado para una adinerada fiesta un poco a las afueras a la cuál tampoco había hecho mucha ilusión ir.
La presión social la hizo no poder faltar a aquel evento, ya que todas las chicas solteras de la zona debían acudir para intentar buscar marido o en su defecto, al menos dejarse ver por la alta sociedad de hombres que buscaban una mujer joven con la que desposarse, o simplemente desquitarse. Pero para su poca sorpresa, Scarlett vivió de todo allí menos buenas primeras impresiones.
Hombres de altos cargos de esa sociedad habían acudido a aquella fiesta con la intención de liberar estrés con las chicas solteras a las que quizás si alguien encontraba amoratadas, a nadie fuese a quitar el sueño. La mayoría de las chicas solteras que acudían a esas fiestas, eran mujeres de corta edad las cuáles no tenían ningún tipo de amparo ya que eran huérfanas o venían de familias en las cuáles habían sido duramente maltratadas y por ello precisaban de un marido para poder escapar o simplemente ser liberadas de aquella vida sin grilletes.
Entre esas chicas, Scarlett no era una excepción. Venía de una familia de clase media alta en la cuál nunca le faltó de nada, menos protección por parte de parte de su padre, la única persona con la que se había criado tras perder a su madre por una infección que jamás se curó, matándola a la corta edad de los veintisiete años. Su padre había sido un hombre muy serio, condecorado como militar y con un carácter que de su madre no haber muerto por enfermedad, seguramente la habría matado él con el tipo de palizas que vivía Scarlett desde que tenía memoria. Según él, esas palizas eran para la rectitud de su descarado carácter, aunque Scarlett ni corta ni perezosa, a pesar de terminar con las piernas rotas en más de una ocasión, no tuvo miedo a morir confesándole que sabía que aquellas palizas eran fruto de la ira de nunca poder pegar a su madre tras su muerte y haberse enterado tarde que tuvo un romance con otro militar que sí la quiso, y si la cuidó a diferencia de él. Ella cobraba todos los golpes de ultratumba que ya jamás llegarían hasta su madre, y eso al menos, la tranquilizaba.
Tomando la curva en un callejón intentando atajar el camino a casa, encontró una taberna con carteles de madera indicando el nombre del local: Wolf's Woods. Era la primera vez que Scarlett veía un local así, y antes de pasar por alto aquel lugar y seguir su camino, escuchó el crujir de uno de los adoquines del suelo tras ella. Girándose a tiempo pudo ver como la sombra de un hombre corpulento con sombrero se escondió tras un escaparate para que no le descubriera.
Sí, era él. El hombre corpulento de la fiesta al cual Scarlett había rechazado. En aquella fiesta todo se había convertido en sexo y depravación, hombres con derechos aprovechándose de la situación económica de mujeres con pocas oportunidades o ninguna de salvarse en un futuro. Entregándose al pecado y al deseo de hombres que las utilizaban a su antojo con promesas de un futuro adinerado que Scarlett sabía no iban cumplirse. Todos insistieron a Scarlett de no abandonar la fiesta y que disfrutase un poco más, pero ya había intentando antes unirse a aquella orgía bacanal con hombres gordos con anhelos de sentirse deseados, y seguía prefiriendo las palizas de su padre, a pasar de un mal nacido a otro y seguir siendo una pobre desgraciada o incluso caer embarazada.
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Angeles en el infierno
RomanceUna historia de amor trágica en la que las diferencias fueron las cuerdas que les ataron para siempre. Porque las evidencias cuando intentas tirar de ellas para mirar hacia otro lado, te someten. Hay historias y personas que llegan a tu vida para a...