Introduzco la llave a mi escarabajo, en el instante en que abro la puerta alguien carraspea para llamar mi atención. Suspiro con pesadez y volteo para mirar aquel ser que interrumpía en mi paz.
—Ah, hola Baxter. ¿En qué te puedo ayudar? —pregunto mientras me inclino hacia al frente para recargarme en la puerta—. Es que tengo que ir a trabajar y tengo prisa —miento descaradamente.
—Hola Raven, ¿cómo estás? —cuestiona Baxter con una sonrisa de oreja a oreja mientras aferra las correas de su mochila en su espalda, provocando que yo perdiera el tiempo.
—¿Bien? —indago confundida ya que evade mi punto de vista—. Baxter, tengo algo de prisa —río con desesperación ya que el tiempo se esta escapando.
—Nada, solo vine a saludarte. No, de hecho sí necesito un pequeño favor, ¿recuerdas a Noah?. Ha solicitado empleo en tu cafetería y esta nervioso, me gustaría apoyarlo...
—Ah, ya entendí hombre. Quieres un ride hasta la cafetería, yo no sabía que había un puesto bacante ahí. No me parece buena idea, ya sabes; tú y yo no somos amigos. —Me encojo de hombros en un vago intento de no ser tan grotesca.
—No somos amigos porque ¡tú!. —Alzó la voz en la última palabra—, tú no quieres que seamos amigos.
—No es que no quiera que seamos amigos, simplemente no fluye de una manera natural —farfullo relajada, cansada de repetir una y otra vez lo mismo—. No me agradas y sé que yo tampoco te agrado porque tú no me agradas, entonces ¿para qué forzar algo que no se da?.
—Entonces haz un favor a un compañero de facultad y llévame a tu café.
—Ahí cambia las cosas, súbete entonces —ordeno mientras me subo al automóvil.
Ya que quiero evitar el ambiente tenso que se puede crear debida a nuestra falta de comunicación enciendo la música, añado que tampoco quiero interactuar con él. No estoy interesada en entablar una conversación con él. Cuando menos me doy cuenta, estoy tarareando la canción de la radio y siento a mi acompañante sonreír. Sin embargo es absurdo porque ¿cómo es posible que yo pueda sentir que Baxter esta sonriendo?
—¿Te gusta esa canción?. ¡Que absurda pregunta he hecho!. —Toma su cara entre sus manos—, por supuesto que te gusta, a mi también...
Empieza a narrar la historia de cómo conocía a esa banda y yo quedo anonada porque creía que lo dijo para que me agradara. Entonces creo que por primera vez tenemos una buena conversación desde que nos conocemos, pero el cuento no duro tanto porque abre sus labios para decir puras tonterías.
—¿Ves? Creo que tenemos una muy buena conversación, deberíamos ser amigos. No entiendo la razón del porque no te termino de agrada ¿podrías explicarme?. Soy un chico amable, que ofrece su ayuda para lo que necesites, no tomo, tampoco fumo. Tengo una familia conformada por dos padres divorciados, yo soy el del medio pero no vivo con ellos. Vivo en la plenitud de la felicidad —canturrea emocionado.
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Préstame tu felicidad
General FictionHistoria sin editar, por lo tanto, contiene errores ortográficos. He probado varías carreras universitarias y ninguna es suficiente para mí. Le tengo mucha envidia a las personas que desde niños saben lo que quieren para su vida, en cambio yo, yo si...