Presencia

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Hoy es un nuevo día, Kirishima ya se ha ido y nuevamente quedamos solo nosotros dos, te veo dormir mientras que una de mis manos se pasea por tu pecho que sube y baja con suavidad por tu respiración. Quizás y he enloquecido pero desde tu extraño cambio de actitud esta es la única forma en que puedo estar cerca de ti sin sentirme ignorada o despreciada...

—¿Y entonces? ¿qué vamos a hacer?— pregunta Deku preocupado mientras el resto del grupo permanece callado. Se habían reunido en una oficina de la agencia en la que trabajaba Bakugo con el fin de saber que sucedia con su ex‑compañero.

Ejiro que sigue procesando todo lo sucedido anoche solo se limita a negar con la cabeza, entendía que el pecoso podía ser bastante obstinado en lo que implicara ayudar a sus amigos pero hasta él debía admitir que en esta situación su intervención era algo inútil, ninguno ahí presente podría quitarle la pena que llevaba dentro ni mucho menos entenderla en el mismo nivel.

—Nunca debimos llamarlos en esa misión...— dijo Momo en voz bajita mientras se abrazaba a modo de consuelo —pudimos haberlo resuelto nosotros, ellos no debieron estar ahí... ¿quizás fue nuestra culpa?—.

—N-no, tampoco digas tales cosas Yaomomo... esto pudo suceder en cualquier momento— intervino Denki —no fue nuestra culpa—.

—¿Enserio lo crees...?— un sollozo escapó de sus temblorosos labios —¡si el villano no les hubiera visto el ataque hubiera ido directamente hacia mi! ¡yo soy quien debió recibirlo!—.

Kyoka de inmediato corrió a abrazarla y susurrarle cosas para evitar repetir un escena como las veces anteriores, para todos estaba siendo bastante difícil pero ni el sentimiento de culpa se igualaba a lo que vivía el rubio que ahora les evadía.

Deku permanecía a una distancia considerable y solo escuchaba a su amiga maldecirse sin cansancio, no la culpaba, él se sentía igual e incluso peor pero se prohibía quebrarse frente a ellos, su deseo de ayudar se sobreponía ante todo.

—Debemos evitar que siga asi, Kirishima... por mas que conozca a Kacchan incluso para mi es difícil saber que podrá hacer en ese estado—.

—Amigo...—.

—¡No! ¡ya no puedo permitirlo!— gritó llamando nuevamente la atención de todos —yo debo hacer algo, o si no...—.

—¿Si no qué? ¿buscas enmendar algo con ello?— le interrumpió Kirishima tomándolo por el brazo —como amigo también me duele verlo así ¿pero como buscas ayudarlo? ...nada de esto borrará el pasado—.

—Muy bien, es hora de calmarse— intervino Todoroki separándolos —todos seguimos afectados a nuestra manera por lo sucedido, aquí ninguno es bueno ni malo, ninguno tiene la razón y sobre todas las cosas... esto no es por nosotros, es por él y lo importante es estar como soporte para Bakugo, podrá ser orgulloso pero muy dentro de si sabe que los necesita y a su debido tiempo los dejará intervenir—.

La habitación quedó en silencio, incluso Momo había dejado de llorar, sabían que tenía razón pero todo seguía sintiéndose tan irreal que les era inevitable recaer en ese punto de desesperación y tristeza. Si querían ayudar a su compañero primero ellos tendrían que aprender a lidiar con todo eso, poder ver hacia atrás sin sentir esa culpa que les quemaba conforme los días seguían su curso.

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Hace mucho frío, desearía poder recibir un abrazo tuyo para envolverme en tu calidez ¿será muy injusto robarte uno estando dormido?

Amor en vida y muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora